martes 19 marzo
ASCENSO DEL COVIRAN GRANADA  |   | Juanjo Martín

Una década mágica para devolver a Granada a la élite

Cual cantante de rock entonando el “1, 2, 3, 4”, la entidad nazarí ha firmado ascensos con una campaña en Primera Nacional, dos en Liga EBA, tres en LEB Plata y cuatro en LEB Oro

Los artífices del ascenso del Coviran Granada a la ACB. Foto: Fermín Rodríguez (Coviran Granada)

En verano de 2012 se consumó la desaparición del CB Granada, equipo referente en aquel momento del baloncesto provincial y que había escrito páginas brillantes durante más de dos décadas de existencia. El club no sobrevivió a la crisis del ladrillo y a la salida del que había sido su presidente, José Julián Romero, y sucumbió por la millonaria deuda económica arrastrada durante los últimos años.

En aquel entonces, la entidad sufrió un inmerecido epílogo que le llevó a afrontar los encuentros con una plantilla en cuadro, en la que en cada jornada se marchaba un jugador por culpa de los impagos. Desarticulado en todos los ámbitos, el descenso deportivo a LEB Plata fue el triste punto y final al club nazarí.

De esos rescoldos surgió la Fundación CB Granada, creada años atrás y que asumió el reto de sacar un equipo en Primera Nacional. Con Pablo Pin como maestro de ceremonias en lo deportivo y con Óscar Fernández-Arenas de presidente, ambos decidieron no dejar en la estacada a jóvenes canteranos cuyo crecimiento podría detenerse de cuajo, como era el caso de Javi Hernández o Luis López.

La intención era que la cantera siguiera funcionando pese a la muerte del CB Granada y que los niños continuaran disfrutando del deporte de la canasta. Lo que nunca imaginó este binomio formado por Fernández-Arenas y Pin es que, diez años después, estuvieran abrazados celebrando un ascenso a la ACB. Un ritmo vertiginoso a ritmo de rock pues, al igual que el solista entona el “1, 2, 3, 4”, la entidad nazarí ha firmado ascensos tras una campaña en Primera Nacional, dos en Liga EBA, tres en LEB Plata y cuatro en LEB Oro.

Con la idea única de no gastar ni un euro que no se tuviera en las arcas –lección aprendida a fuego por la experiencia con el ‘Cebé’–, la plantilla conformada en 2012 tiró de gente de la tierra. La química no tardó en salir a relucir, pues ese «grupo de amigos» como ellos mismos se denominaban rubricaron en Baza el ascenso a Liga EBA en su primera y única campaña en la quinta categoría nacional.

Miki Almazán y Pablo García celebran el ascenso conseguido en Albacete. Foto: Twitter

Una vez en Liga EBA se comprobó que el club ambicionaba cotas superiores, pues en su curso de estreno rozó la fase de ascenso. Ese hito sí lo alcanzó un año después (2015) y, pese a que los pronósticos no eran demasiados halagüeños por la irregularidad exhibida, la Fundación CB Granada dio la sorpresa imponiéndose en sus tres compromisos de la fase final de Albacete y ascendiendo así a LEB Plata.

El proyecto cobró entonces otra dimensión con la mudanza al Palacio de los Deportes. El legado del ‘Cebé’ cobró aún más fuerza con el retorno al pabellón del Zaidín y el nombre de Granada resonó de nuevo por todo el territorio nacional. En su primera incursión en esta Liga (2016), los nazaríes accedieron a los ‘play offs’ pero cayeron en primera ronda ante Ávila pese a tener el factor cancha a favor.

En su segunda experiencia el club se las prometía muy felices con el triunfo en la Copa LEB Plata y la ventaja de campo en todas las eliminatorias de ascenso a Oro. El camino se allanó aún más si cabe al quedar apeados de esta carrera dos favoritos como Alicante y Cambados. Sin embargo, Zornotza dejó cariacontecidos a los seguidores granadinos cuando venció en el quinto partido de la semifinal, disputado en el Palacio. Uno de los días más duros en la exigua historia de la Fundación, si bien se rehicieron con presteza y, doce meses después, ya en 2018, festejaron en Pamplona el ascenso directo a la LEB Oro.

A punto

Las luces de la segunda categoría nacional no cegaron a los dirigentes de la Fundación CB Granada, sin afectarles que su presupuesto creciera sin parar gracias a la red de apoyo de sus patrocinadores. La euforia no se rebajó ni un ápice pese al salto de Liga, pues el Covirán estuvo a un partido de meterse en la ‘Final Four’ a la ACB. El Iberojet Palma, con una plantilla temible construida a base de talonario, les cerró el camino en el quinto encuentro de esa serie (2-3).

El listón se colocó bien alto en su debut en Oro y, por ese motivo, escoció aún más la debacle de la siguiente temporada. Con una irregularidad manifiesta y enormes problemas para ganar en los choques como visitante, los rojinegros se instalaron en la zona media de la tabla. Una racha de malos resultados les colocó al borde del precipicio del descenso y sólo la interrupción de la Liga por la pandemia (2020) evitó que la situación llegara a mayores.

Con el recuerdo bien presente de los errores cometidos, el Covirán retornó a la competición en Oro en mitad de mil restricciones sanitarias y un sinfín de partidos aplazados y bajas por la Covid. A pesar de esos obstáculos (incluido un cambio en las bases de competición que redujeron a una única plaza de ascenso a la ACB), el cuadro de Pablo Pin navegó con buen tino entre las adversidades y se metió como principal cabeza de serie en los ‘play offs’. 

Al equipo rojinegro se le escapó el ascenso el año pasado. Foto: Álex Cámara

El Real Murcia (2-1) y el Coruña (2-1) quedaron en la cuneta ante los granadinos, quienes después no supieron rematar la serie ante Río Breogán (1-2) pese a vencer en el primer duelo. Si lo de Zornotza dolió, qué decir de esa derrota en el choque definitivo ante los gallegos en el Palacio (57-83) de la pasada campaña.

Los fuegos artificiales se empaparon esa tarde de las lágrimas vertidas por los aficionados, aunque rápidamente han sido consolados. El desempeño del actual curso ha sido magnífico y, aunque ganar en la final de la Copa Princesa habría sido una guinda perfecta, lo importante ha sido que el Covirán ha sabido mantenerse en lo alto y asegurar el liderato frente a la pujanza del Mostar Estudiantes. 

Ni siquiera el pedigrí de los madrileños ha tumbado la solidez del cuadro nazarí, que se ha aferrado a una primera posición que le manda automáticamente a la ACB. Un broche perfecto a una década mágica de la Fundación CB Granada, quien recogió los restos del naufragio del ‘Cebé’ para desatar la ilusión de una grada que volverá a ver en primera persona a la élite nacional en el Palacio de los Deportes.

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