Una identidad menos definida
Las franquicias tienen la mayor parte del 'terreno' en las calles más céntricas de Granada en detrimento del comercio tradicional, que lucha día a día por ganarse la confianza de los granadinos y visitantes
La calle Recogidas es uno de los puntos en los que las franquicias son mayoría. Foto: Alex Cámara
Cuando en 1999 los granadinos conocieron del cierre de una de las cafeterías más legendarias de la ciudad, 'El Suizo', pocos eran capaces de imaginar que aquella sólo iba a ser la punta de un iceberg que poco a poco ha ido marcando la decadencia del comercio tradicional, enfrascado en una lucha diaria por ganarse la confianza de granadinos y visitantes.
La colonización de las tiendas franquicia en las calles más concurridas de Granada capital deja sin una identidad definida este eje que va de Recogidas y Reyes Católicos a Mesones y Carrera de la Virgen, pasando por pequeñas calles en las que las grandes marcas de ropa, joyas, comida rápida u otro tipo de negocio ganan terreno claramente a los establecimientos que marcaron una época en sus respectivos espacios.
Para muestra, un botón. Solo hay que comprobar cómo los trabajos que se desarrollan en el antiguo terreno de la gasolinera de Recogidas para comprobar que las franquicias tienen gran parte del terreno ganado, ante la próxima apertura de un popular restaurante italiano así como una conocida cadena de clínicas dentales. A partir de este punto es complicado ver qué establecimientos de toda la vida sostienen la persiana contra todo pronóstico.
La intensa lucha entre los comercios tradicionales y las franquicias va desde los precios, la ubicación estratégica en los sitios más concurridos y la innovación a la que tiendas de toda la vida no pueden acceder por la inversión que ello requiere.
"Todo empezó con 'El Suizo', una cafetería emblemática", recuerda la presidenta de la Federación Provincial de Comercio de Granada, María Castillo Olmo, quien ha manifestado que el centro se ha convertido "en otra cosa" pese a hace poco más de una década se concentraban en él las mayores tiendas de toda la vida.
En el centro quedan pocos establecimientos tradicionales en las calles más concurridas, como Reyes Católicos. Foto: Álex Cámara
La situación de Granada respecto a las franquicias, en cualquier caso, solo sigue la línea de cualquier otra ciudad que recibe a centenares de turistas a diario, por lo que hace que cada vez sean todas "Más parecidas" y se pierda la identidad de los centros históricos de cada una: "Los centros son todos iguales, con unos escaparates que no tienen movimiento", recalca en declaraciones a ahoraGranada María Castillo.
En cualquier caso, la presidenta que reúne a parte de los comerciantes ha reivindicado que en Granada se mantiene un pequeño comercio que, por escaso que pueda resultar en comparación con las grandes franquicias en el centro, mantiene su "gran calidad" a base de "mucho sacrificio" y con una "especialización" en temáticas concretas.
No obstante, no es el centro el único punto en el que las grandes marcas han ganado terreno al pequeño comercio, ya que desde la Federación de Comercio recuerdan que poco a poco también están en los barrios y en poblaciones importantes de la provincia, por lo que es "un reto" continuar luchando para que el pequeño comercio y tradicional se mantengan abiertas, ya que aunque genera puestos de trabajo, "casi todo el dinero de las tiendas franquiciadas sale fuera".
A este tipo de comercios también hay que añadir los establecimientos de origen asíatico, que han comido el terreno por su parte a los casi inexistentes 'Todo 100' de finales de los años 90. La convivencia con este modelo de negocio, en el que se puede encontrar de todo, es "normal", ya que como recuerda Castillo "el público tiene todo el derecho de decidir dónde comprar", aunque al mismo tiempo ha abogado por "mirar bien precios y productos, porque quizás luego no tengan la respuesta esperada".
Cada día es más complicado encontrar según que tiendas o comercios especializados en algunas materias. Por ejemplo, las mercerías casi han pasado a la historia en el propio centro histórico. Es la clara demostración de que la identidad propia cada vez está menos definida, en detrimento del comercio puramente granadino.
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