Una placa para rendir homenaje a una vecina de La Zubia fallecida hace un año
Se encuentra enmarcada en el proyecto ‘Huellas de Mujer. Calles en Igualdad’, que busca aumentar la presencia de mujeres en el callejero
La localidad metropolitana de La Zubia ha dedicado una placa a María Retamero, la cocinera y propietaria del restaurante ‘El Patio Andaluz’, una mujer "emprendedora y avanzada para su tiempo" que murió hace un año y a quien sus vecinos han querido rendir un homenaje público.
Este reconocimiento forma parte del proyecto ‘Huellas de Mujer. Calles en Igualdad’ de la Asociación Alzawiya Glocal Forum y el Centro de Igualdad ‘Las 13 Rosas’ del municipio, que pretende aumentar la presencia de mujeres en el callejero.
“Ya el año pasado dedicamos una placa a la escultora Carmen Jiménez, porque queremos corregir poco a poco esta situación e ir aumentando la presencia de mujeres destacadas en nuestras calles y plazas”, ha explicado la concejala de Igualdad de La Zubia, Rebeca Sánchez, quien ha destacado que esta medida está recogida en el Plan Municipal de Igualdad.
Así, en esta ocasión el acto ha sido organizado por la Asociación Alzawiya Glocal Forum y el Centro de Igualdad. En él han intervenido la alcaldesa de, Purificación López; la concejala de Igualdad, Rebeca Sánchez; la presidenta de Alzawiya Glocal Forum, Ana Redruello; José Antonio Romero, en representación de la Asociación de Hostelería de La Zubia, y María Gámez Jaldo, nieta de María Retamero.
Mujeres que marcan historia
“María Retamero es una de esas mujeres que marcan la historia de nuestro pueblo, que dejaron huella. Una de esas mujeres que, gracias a su esfuerzo, su buen hacer y su tesón, logró dar origen a una de las empresas familiares más emblemáticas de La Zubia: El Patio Andaluz”, ha destacado la alcaldesa zubiense.
Los inicios de este restaurante fueron en el barrio de La Cortijuela, dónde María vivía junto a su marido Paco, que era guardabosques, y cocinaba todo lo que le traían los cazadores en un patio donde encendían varias lumbres para cocinar a la vez distintos platos.
“Lo que al principio eran unos pocos cazadores que acudían a que María les cocinara algo, al poco tiempo se convirtió en una gran afluencia de clientes que desbordaba todas las previsiones. Allí, además de cocinar para cientos de personas, criaba y educaba a sus 5 hijos: Rafi, Paco, Carlos, Leo y Sergio”, ha recordado Redruello.
Fue en 1975 cuando el negocio familiar se trasladó al actual lugar de El Patio andaluz, y allí María vivía por y para su cocina: desde las 06.00 horas en pie, limpiando su patio y su acera con su manguera, estuviese lloviendo o nevando, encendía sus fogones y hacía latir el corazón del restaurante.
Así hasta el final de sus días, donde murió prácticamente en la cocina, siempre activa, siempre ayudando, siempre pendiente de que todo fuese bien.
“Gracias a estas mujeres, y a María especialmente, las vecinas de La Zubia somos lo que somos hoy en día. Su herencia, su tesón y su ejemplo nos ayudó a mejorar, y a contribuir a mejorar este pueblo”, ha destacado la alcaldesa zubiense.
