Una sinfonía desafinada
El Granada CF empata a un gol con el Cádiz en un partido que ambos conjuntos pudieron ganar · Los rojiblancos firmaron una primera parte brillante, pero se vieron superados en la segunda
Se enfrentaban por primera vez en Primera división el Granada CF y el Cádiz. Dos equipos hermanados fuera del campo, pero que no hacen prisioneros sobre él, similares en el repliegue defensivo. Dos orquestas similares, pero que entienden de forma diferente la partitura de cada jornada. Los rojiblancos interpretaron la suya a la perfección en la primera parte y dejaron una de las melodías más bellas que han tocado, pero se desafinaron en la segunda y solo pudieron sumar un punto.
Precisamente por su estilo de juego, ambos conjuntos ofrecieron una primera mitad que fue de menos a más, casi como una sinfonía de música clásica. En los primeros compases quiso abrumar el equipo local a su rival, buscando un inicio eléctrico con un ataque rápido por banda que acabó en un córner antes del primer minuto. Tras ello, la calma.
Cedió el balón el Cádiz y lo tomó el Granada CF, que dedicó unos minutos a estudiar a su rival, ver qué encuentro debían jugar e interpretar la partitura que les había compuesto Diego Martínez. Con el esférico en los pies, Gonalons se convirtió en metrónomo y marcó el tempo para su equipo.
El ‘4’ rojiblanco supo medir en todo momento cuándo incrustarse entre los centrales y cuándo ofrecer una vía de pase en la medular. Sus incursiones al eje de la zaga para sacar el balón jugado permitieron a los laterales actuar como extremos y a estos últimos poblar el interior, dando lugar a un Carlos Neva omnipresente ante el equipo de su ciudad.
Sería el protagonista de la primera parte otro gaditano, uno con camiseta rojiblanca horizontal también, aunque con el seis a la espalda. Dejaría su huella gracias a un remate de cabeza nacido de la pizarra y finalizado con un centro medido de Kenedy, unas notas perfectamente grabadas en la partitura compuesta por el técnico vigués.
Dio frutos el ‘scouting’ del Granada CF, que debió ver que el conjunto rival fallaba en el marcaje a la salida de las jugadas a balón parado. Ejecutó un saque de esquina en corto, atrajo a la defensa, retrasó el esférico y les obligó a salir. Cuando adelantaban líneas, Kenedy puso uno de esos centros medidos y tensos, de los que se rematan solos, directo a la cabeza de Germán, que no falla ese tipo de remates.
Pudo doblar distancias el conjunto visitante. Primero la tuvo Puertas tras una gran jugada personal por banda izquierda. Su disparo, desde la esquina del área y con la zurda, se topó con el larguero. La misma suerte correría Kenedy tras el rechace, que envió su volea al poste.
La reacción local no se hizo esperar. Primero probó fortuna con un durísimo disparo el Choco Lozano, obligando a Rui Silva a estirarse. Después, tras cierta candidez defensiva del Granada CF, Pombo estrelló el balón en el poste tras engañar al guardameta portugués. Así, con 0-1 al descanso, el conjunto rojiblanco ya había interpretado la mitad de la sinfonía, y con buena nota.
Cambio de guión
La segunda parte trajo consigo un cambio drástico de guión. Una jugada por banda a los dos minutos de la reanudación finalizó en un centro despejado por Vallejo. El rechace no lo embocó de primeras Álvaro, pero Iván Alejo lo recogió para fusilar a Rui Silva a bocajarro y empatar el partido.
Tocaba el Cádiz unas notas que no figuraban en la partitura rojiblanca, unas que parecían hacerles desafinar. El conjunto amarillo, con el Choco Lozano como baluarte, desestabilizó a los visitantes y les obligó a abandonar el control del partido.
Vieron cartulina amarilla Germán y Kenedy en apenas unos minutos. El nerviosismo del gol hizo al Granada CF perder el diapasón y desafinarse. Faltaban instrumentos para volver a tocar la melodía que necesitaban los rojiblancos para sumar los tres puntos, y Diego Martínez los buscó en el banquillo.
Entraron Darwin Machís y Roberto Soldado para corregir la situación en lugar de Kenedy y Jorge Molina. Mejoró la presencia de su equipo. Con los cambios, los rojiblancos empezaron a aparecer más en campo rival, aunque sin terminar de contener las llegadas cadistas.
La mejoría estuvo a punto de materializarse en forma de gol. Combinaron Soldado, Puertas y Machís al borde del minuto 70. El venezolano recibió dentro del área y sacó un disparo que tocó en un defensor y se envenenó, pero Ledesma reaccionó bien para evitar el segundo tanto de los visitantes.
Dio el susto Salvi, noqueado por Ledesma en una valiente salida del guardameta en una jugada a balón parado. El jugador del Cádiz tuvo que abandonar el campo, ya consciente y en buen estado de salud pese a la incertidumbre del momento.
En la reanudación la tuvo el conjunto local. Una pérdida de Vallejo acabó en un centro por banda que encontró al Choco Lozano, un martillo pilón durante todo el encuentro, que remató y se topó con las manos de Rui Silva.
Respondió el Granada CF, primero con una llegada de Soldado que acabó en fuera de juego y después con un disparo potente de Machís al que reaccionó de forma espectacular Ledesma.
Cambio de dibujo
Ante un resultado que no convencía a ninguno de los dos conjuntos, Diego Martínez optó por volver a mover el banquillo, esta vez para reformar el once por completo. Entró Domingos Duarte por Luis Milla y los rojiblancos cambiaron a defensa de tres para buscar profundidad arriba.
No hubo tiempo de medir el cambio de dibujo del Granada CF cuando el VAR tuvo que entrar en acción. Foulquier cometió un posible penalti derribando a un rival dentro del área, pero el colegiado estimó que el contacto no fue suficiente para señalar la infracción. El videoarbitraje entró a valorar la jugada, pero el criterio del árbitro principal se impuso.
Dio cinco minutos Diego Martínez a su último fichaje, Luis Suárez. Sin embargo, no hubo mucho más que hacer en el tramo final del encuentro. Pese a que ambos conjuntos quisieron llevarse los tres puntos, el Cádiz logró desafinar la sinfonía del Granada CF y arañarles un punto que terminó por saber a poco tanto a locales como a visitantes.
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