Una veintena de profesionales sanitarios ha sido agredido en Granada hasta mitad de año
A juicio de Satse, el Plan de Prevención y Atención de Agresiones debe recoger más medidas preventivas para los profesionales
Hasta 19 profesionales sanitarios han sido agredidos en sus puestos de trabajo en la provincia de Granada hasta mitad de año lo que ha hecho al Sindicato de Enfermería (Satse) pedir medidas más drásticas que eviten estas situaciones, que no obstante se han reducido en este periodo respecto a otros años.
Esta situación más favorable está derivado a la situación del confinamiento durante la pandemia del Covid-19, hasta el punto de que ahora ya se percibe un repunte en las mismas en los dos últimos meses, ha informado el Satse en un comunicado.
Según los datos proporcionados por el SAS, entre enero y junio de 2020 se han producido un total de 494 agresiones a profesionales sanitarios, de ellas 413 físicas y 81 no físicas.
De manera generalizada, en todas las provincias andaluces esas agresiones han descendido. De modo que Sevilla es la que sigue sufriendo más agresiones con 143, seguida de Málaga con 108, Córdoba con 58, Cádiz con 57 y Huelva con 39. A la cola están Almería con 37, Jaén con 34 y Granada con 19 agresiones.
A su vez, el Sindicato de Enfermería valora de forma positiva el ‘Plan de Prevención y Atención de agresiones para los profesionales de sistema sanitario público andaluz’ que fue aprobado en Consejo de Gobierno y publicado de manera oficial en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía.
A juicio de Satse, el Plan de Prevención y Atención de Agresiones es un paso importante para reforzar las medidas para la protección de los profesionales sanitarios ante casos de agresiones en el desempeño de su actividad.
No obstante, el Sindicato de Enfermería ha manifestado a la administración que seguirá velando y luchando porque se incorporen al Plan de Agresiones otra serie de medidas preventivas proactivas urgentes.
Entre otras, a juicio de la organización sindical, el SAS debe tener en cuenta factores como la dotación de recursos humanos suficientes con respeto a las ratios recomendadas por las organizaciones internacionales a fin de evitar situaciones de conflicto generadas por largas demoras en la atención, reducir listas de esperas y tiempos de espera y disminuir la eventualidad del personal, ya que en muchos casos la inseguridad del profesional por el desconocimiento de un servicio deriva también en agresiones.
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