Vecinos del Albaicín exigen "límites" al turismo de masas: "Nuestro barrio no es un parque temático"
Los asistentes aseguran que de no hacer nada el barrio se convertirá "en un triste decorado al servicio exclusivo de la especulación inmobiliaria"

Vecinos del Albaicín se han concentrado en la mañana de este domingo para exigir al Ayuntamiento de Granada y a la Junta de Andalucía que pongan "límites" a la turistificación, ya que consideran que de no hacer nada el barrio granadino se convertirá "en un triste decorado al servicio exclusivo de la especulación inmobiliaria y el entretenimiento turístico".
Convocados por la Plataforma Albayzín Habitable, y bajo el lema "Nuestro barrio no es un parque temático. Por un Albaicín habitable", los asistentes han pedido que se limite la "proliferación descontrolada" de viviendas turísticas y que la vivienda siga siendo un derecho y no "un producto de lujo inaccesible" del que solo pueda beneficiarse "una minoría de privilegiados".
También ha recalcado la necesidad de que se "proteja el espacio público" como bien común para el uso y disfrute de todos, "y no solo de los grupos de turistas que abarrotan las calles y acaparan servicios públicos esenciales como autobuses y taxis".
Igualmente, han solicitado que se reduzca "el consumo ilimitado de recursos y la contaminación de la industria turística" en una ciudad que es "de las más amenazadas del mundo por la emergencia climática".

Albayzín Habitable es una plataforma de vecinos y vecinas que ha nacido para movilizarse contra la turistificación que se produce en numerosos puntos debido a la proliferación de los pisos turísticos.
Así, entre las propuestas para que tanto el barrio como toda Granada "sigan siendo habitables", destacan inspecciones, seguimiento y multas para acabar con las viviendas turísticas sin licencia; renovación selectiva de licencias; regulación de los precios del alquiler; limitación de días anuales para el alquiler de corta duración, e inversión en vivienda pública.
Además, han planteado control de inversiones extranjeras, reducción del tamaño de los grupos de turistas; protección del transporte público; apoyo al comercio minorista, y una tasa turística de tres euros por persona y noche (o proporcional al precio del alojamiento) "para compensar los recursos públicos destinados al turismo y reinvertirlos en la ciudad".