jueves 28 marzo
SALUD  |   | Redacción aG

Vithas advierte de la necesidad de tratar contra la epilepsia, que se manifiesta más en niños y ancianos

Las manifestaciones epilépticas aparecen, fundamentalmente, en las dos edades extremas de la vida, en los primeros años y después de los 65

El abordaje de la epilepsia puede hacerse desde una hélice terapéutica cuádruple: estilo de vida, tratamiento farmacológico, tratamiento quirúrgico, estimulación y dietas específicas. Foto: Vithas

El doctor Juan Carlos Sánchez Álvarez, especialista en neurología del Hospital Vithas Granada, ha advertido este lunes de que en España "puede haber entre 500.000 y 700.000 personas" que padecen epilepsia, enfermedad que se manifiesta más en la población infantil y anciana, "pero que no han sido diagnosticadas o han superado la enfermedad y no reciben tratamiento".

Según ha informado Vithas en una nota de prensa, la epilepsia es una enfermedad cerebral crónica no transmisible que afecta a unos 50 millones de personas en todo el mundo, mientras que, en España, se calcula que la prevalencia de epilepsia activa -con tratamiento farmacológico- es de unas 300.000.

Las manifestaciones epilépticas aparecen, fundamentalmente, en las dos edades extremas de la vida, en los primeros años y después de los 65. "Con la prolongación de la esperanza de vida, estamos encontrando un pico en la senectud, debido a manifestaciones inducidas por alteraciones circulatorias, que producen pequeños infartos corticales, enfermedades degenerativas cerebrales y otras. Y el otro gran pico viene dado entre el primer y segundo año de vida y los diez a 12 años. Aunque puede expresarse a lo largo de toda la existencia", ha matizado el doctor Sánchez Álvarez.

Una crisis epiléptica es la manifestación del cerebro ante una actividad irritativa del mismo que provoca alteración de la conciencia, una actividad convulsiva o una alteración de la percepción, entre otras consecuencias. Viene definida por el factor tiempo, siendo un proceso autolimitado que no dura más de unos minutos y que se manifiesta por diversos síntomas, sobre todo alteraciones de conciencia y alteraciones motoras. Si es única y aislada, no constituye la enfermedad de la epilepsia.

"Para que se considere epilepsia, debe haber dos crisis o una única, pero con una gran probabilidad de que vuelva a repetirse un segundo episodio", explica el especialista en neurología.

Las causas que provocan las crisis epilépticas son muy diversas: desde una alteración cerebral transitoria, como un golpe fuerte en la cabeza con alteración de conciencia, una bajada de glucosa en sangre, ingesta de tóxicos como las drogas, hasta lesiones cerebrales permanentes como un tumor cerebral, una anoxia durante el parto, diversas malformaciones cerebrales y también alteraciones genéticas.

"Hacer un diagnóstico precoz es fundamental para ver el pronóstico del paciente y la instauración de un tratamiento adecuado. A mayor probabilidad de padecer crisis epilépticas, mayor insistencia tiene que procurarse con el tratamiento", ha resaltado el doctor.

Abordaje

El abordaje de la epilepsia puede hacerse desde una hélice terapéutica cuádruple: estilo de vida, tratamiento farmacológico, tratamiento quirúrgico, estimulación y dietas específicas. "Una vida con un alto nivel de estrés, el consumo de alcohol y la falta de sueño son potenciales detonantes de crisis epilépticas, sobre todo para quienes son sensibles a ellas. Por otro lado, disponemos de más de veinte fármacos para tratar esta enfermedad".

"La cirugía de la epilepsia es cada vez más frecuente, actuando sobre las malformaciones cerebrales, cicatrices cerebrales o tumores cerebrales y otras causas visibles que provocan la irritación en el cerebro. Y, por último, para los pacientes a quienes no les funciona nada de lo anterior, existen las técnicas de estimulación del tejido nervioso y las dietas cetogénicas", ha proseguido el experto.

Para aquellos padres y madres que presencian por primera vez una crisis epiléptica en su hijo, las recomendaciones esenciales son evitar que se lesionen, mantener las vías aéreas libres, no meter nada en la boca y mantener la calma.

"En un alto porcentaje de las ocasiones, la actividad convulsiva pasará en unos 2-3 minutos y el paciente quedará en estado de postración durante unos diez minutos más. Mantenga la tranquilidad sabiendo que pasará y pida asistencia sanitaria para que sea valorado inmediatamente", ha finalizado.

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