Y encima la permanencia estará barata
Mientras el Granada CF deambula como pollo sin cabeza, el resto de contrincantes por abajo pincha pese a que lo hacen compitiendo
Adams da instrucciones a Carcela en el partido del pasado viernes. Foto: LOF
El partido disputado por el Granada CF en Sevilla es el claro ejemplo de cómo no debe salir un equipo que se está jugando la permanencia al terreno de juego.
Por más que por la boca de la plantilla y cuerpo técnico salga que se está compitiendo sobre el césped, lo cierto es que la penosa imagen que muestra el equipo, la de un pollo sin cabeza a excepción de algunos lances, es para que la sentencia del descenso estuviera ya más que emitida.
Actitud
Los jugadores rojiblancos salieron más vivos de lo que dijo el marcador porque, entre otros motivos, el Sevilla bajó el pistón y porque Ochoa volvió a dar la cara en un encuentro en el que el Granada CF superó su peor marca goleadora en Primera (la de la 15/16 estaba en 69 tantos).
Solo Cuenca podría salvarse de entre los jugadores de campo disputaron el encuentro. El resto no estuvo. Simplemente se mostraron indolentes pese a que las matemáticas todavía dan opciones de permanencia.
Los números
Si encima habrá algo que agravará esta sensación de haber tirado la temporada es que la permanencia en Primera División apunta a la más barata de la historia.
La derrota del Leganés sumado al empate entre Osasuna y Sporting deja entrever que a poco que el Granada CF hubiera puesto la misma intensidad competitiva que el resto el objetivo estaría al alcance de la mano.
Otra píldora
Pero como quiera que ya se piensa en la próxima temporada, más en Segunda que en Primera, Tony Adams tiene el cometido de rebajar la incertidumbre desde que llegó.
Así, el entrenador rojiblanco se ha dedicado a ir soltando píldoras como que el director deportivo se presentará en la semana que comienza o que la confección de la plantilla para el año que viene está anvanzada en hasta 13 jugadores.
Píldoras que aunque puedan reducir los interrogantes no palían el malestar de que el infierno está una jornada más cerca.
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