miércoles 24 abril
LÁPICES DE LUNA  |   | Juan Luis Tapia

“Ya no sabemos pensar la realidad sin la pantalla”

Jordi Carrión, autor de ‘Teleshakespeare’, presentó ‘Los huérfanos’, una novela sobre el conflicto entre imaginación y realidad

El autor Jordi Carrión. Foto: aG

El autor Jordi Carrión. Foto: aG

Jordi Carrión (Tarragona, 1976) encajaría a la perfección entre la clasificación de cultureta de la posmodernidad digital. Ese sería una especie de avatar, porque en realidad es doctor en Humanidades por la Universitat Pompeu Fabra, donde da clases de literatura, escritura creativa y coordina un máster en creación literaria. Su cultura es el mundo de las pantallas, pero también el de las librerías. Es un escritor prolífico. Ha publicado una serie interminable de artículos, crónicas y libros, desde ensayos referencia como ‘Teleshakespeare a novelas como ‘Los muertos’, a la que le sigue ahora ‘Los huérfanos’, novedad que presentó recientemente en Granada de la mano de Domingo Sánchez-Mesa y de Andrés Neuman. Podría creerse que ante este curriculum es uno de esos autores que se arriman a la reverencia social de lo digital y los gadgets, pero se vacunó contra esta fiebre con ‘Librerías’, un título que le valió ser finalista del Anagrama de ensayo. El debate entre realidad y ficción, poder de creación de realidades a través de lo virtual y el mundo de la imagen, las nuevas representaciones y las divagaciones sobre el mundo están presentes no solo en sus ensayos sino también en las novelas. A ‘Los huérfanos’ le seguirá, como cierre de la trilogía iniciada con ‘Los muertos’, la que ya ha titulado ‘Los turistas’.

Pregunta.- ¿En qué consiste ‘Los huérfanos’ y de qué manera es secuela de ‘Los muertos’?
Respuesta.- Es una novela independiente, que sigue uno de los hilos de ‘Los muertos’ e imagina el mundo algunas décadas más tarde, tras un apocalipsis nuclear. ‘Los muertos’ ocurre en Nueva York y ‘Los huérfanos’ en cambio está ambientada en Pequín. En un búnker. En una atmósfera muy ‘Alien. El octavo pasajero’.

Ficha del libro
Título: ‘Los huérfanos’
Autor: Jordi Carrión
Editorial: Galaxia Gutenberg
Páginas: 256
Precio: 19 euros

P.-¿Plantea la historia como territorio de la manipulación y creación de ficción?

R.- Es una novela sobre el conflicto entre la imaginación y la realidad, entre la historia y la ficción, a partir de la manipulación de la ‘memoria histórica’, que es el fenómeno que lleva al colapso mundial.

P.-¿Hasta qué punto la ficción a través de la imagen está cambiando la percepción de la realidad?

R.- Ha ocurrido desde siempre. Pensemos en el mito de Pigmalión: la escultura que cobra vida, la imagen que nos enamora. Pero en el último siglo y medio, con la fotografía, el cine y la televisión, se ha extremado. Ya no sabemos pensar la realidad sin la pantalla, porque todo -absolutamente- desde pequeños lo percibimos también a través de ella (y no sólo a través del aire).

P.- ¿Cree en la novela como género o apuesta por el híbrido, por la narrativa como gran espacio experimental de creación de mundos y formas?

R.- La novela es híbrida desde su nacimiento con el Quijote, donde encontramos poesía, diálogo filosófico, aventura, desventura, novela pastoril, denuncia política... Esa es la tradición que me interesa, la cervantina.

Portada del libro

Portada del libro

P.- ¿Las nuevas literaturas, las de fusión de géneros y apuestas por cuestiones apocalípticas, por utopías y distopías?

R.- Todas las opciones son válidas y posibles, siempre y cuando encuentres las palabras para narrarlas.

P.- ¿Cómo es ese cambio de las formas narrativas, en qué consiste, qué referencias hay?

R.- En el cambio de siglo encontramos muchos tipos de relatos, hay una gran variedad, que coexiste. En ‘Los muertos’ trabajo en la narrativa de la pantalla, muy vinculada con el cine y la televisión, y la contrapunteo de crónica y ensayo. En ‘Los huérfanos’, en cambio, sigo una voz obsesiva, en primera persona, y la modulo en un chat y en informes de los viajes de ese personaje en el pasado. Hay que encontrar la variedad de registros, textos, voces, que lleve a un equilibrio en el artefacto que construyes. Creo que novelas de los últimos años, como ‘Verano’ de Coetzee o ‘La muerte me da’ de Rivera Garza trabajan también en esa dirección.

P.- ¿El cansancio de lo que llamo ‘Literhartura’ invita a la búsqueda de nuevas formas?

R.- Mi búsqueda es personal. Lo peor es aburrirte de ti mismo. Imagina que Picasso hubiera seguido pintando toda la vida en tonos azules o rosas figuras lánguidas: no sería Picasso.

P.- ¿Está cambiando la red el lenguaje y la manera de crear ficción y nuevas realidades?

R.- Sin duda. Como antes los hizo la televisión, la radio, el teatro; como lo hace cada época.

P.- ¿Qué importancia tiene la divagación como vía hacia la imaginación e invitación al despertar de la conciencia crítica en su novela?

R.- Divagar, caminar física o mentalmente, es un modo de buscar y tal vez encontrar ideas. Yo concebí ‘Los muertos’ caminando por Oriente Medio. La crítica, en cambio, no está antes del proyecto: la construyes en él y después lanzas la botella al mar de una lectura posible, que no puedes controlar.

P.- ¿Qué presencia tiene la idea y el tema del viaje en una novela en la que los personajes están encerrados en un bunker?

R.- Importa, porque Marcelo ahora está encerrado e inmóvil, pero fue un gran viajero, y encontramos los textos que escribió cuando viajaba. Para mí en ese personaje se da un debate que me interesa, el de lo local y lo global. ¿Puede una persona ser realmente cosmopolita e internacional? ¿Se puede renunciar del todo al origen?

P.- ¿Cómo influyen las teleseries en las interpretaciones de la realidad, en los sueños del público que las sigue, en las metas que la gente pretende alcanzar? (Ya se sabe, aquel dicho de “qué daño han hecho las películas de Meg Ryan”, por ejemplo).

R.- Todo influye. También la literatura, de ‘Werther’ a ‘Rayuela’. La ficción crea modelos. Constantemente. Por eso discuten los políticos sobre si prohibir que la gente fume en las películas. Pero lo que importa es la convergencia mediática, como ha explicado Henry Jenkins: qué hacemos con esos modelos posibles en nuestro cerebro, cómo los remezclamos, cómo nos los hacemos propios.

P.- ¿La crisis ha cambiado también la ficción, en qué medida influye?

R.- En estos años he trabajado en varios proyectos vinculados con ideas de crisis: en la trilogía de novelas, que ahora termino con ‘Los turistas’, hablo de la crisis de la memoria histórica como concepto político, y de una crisis muy antigua y muy humana, la que enfrenta al mito y al logos, a la religión y a la ciencia; pero también he hecho, con Sagar Fornies, un cómic sobre la crisis española, y en él, ‘Barcelona. Los vagabundos de la chatarra’, he renunciado a la ficción y he apostado por la crónica.

P.- Defiendes que a través de las series de televisión o de las librerías podemos entender una sociedad, ver cómo es, ¿ante las series y estado actual de las librerías, cómo es la sociedad española contemporánea?

R.- Es muy complejo. Yo busco plataformas, lugares privilegiados, para entender un poco el mundo. Pero renuncio de antemano a una visión de conjunto, que es imposible.

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