viernes 14 noviembre
Opinión  |   |

340 (y los que quedan)

Resumir el paso de Laura Requena –Lauri, como reza su camiseta– por el Granada CF en una cifra de partidos es absolutamente insuficiente. Lauri es historia viva del Granada CF Femenino, pero también es presente, ejemplo y espejo para quienes entienden que defender un escudo no consiste solo en ponerse una camiseta. Porque lo suyo no son solo 340 partidos: son miles de entrenamientos bajo el sol y cientos de viajes en carretera —porque aquí se tira mucho de autobús, aunque estés en Primera—. Son victorias y derrotas compartidas. Su historia también es la de una futbolista que llegó siendo joven a un club que vivía su primera temporada en la máxima categoría. Es crecer como jugadora y como persona, alcanzar la gloria como capitana y llevar a tu equipo a cotas impensables unos años antes. Es disputar una semifinal de Copa de la Reina con un estadio repleto de gente que sabe tu nombre.

Veía en redes sociales los mensajes que le dedica tantísima gente, felicitándola por haberse convertido en la jugadora con más partidos disputados en la historia del Femenino, y la verdad es que impresiona el cariño, el respeto y la admiración con los que tanta gente habla de ella. Lauri transmite autenticidad. En una época en la que eso escasea, ha construido una carrera basada en la constancia, la humildad y el compromiso. No hace falta escucharla mucho para entender que su manera de vivir el fútbol y el Granada CF es la de quien siente el club como una extensión de su vida. En un mundo de likes y retweets, Lauri siempre ha sido la que trabaja en silencio, la que no busca brillar más que el escudo que defiende, la que deja huella sin hacer ruido.

Y es precisamente esa forma de estar en el mundo la que hace que su historia trascienda. Porque Lauri representa a todas esas futbolistas que llegaron cuando nadie miraba, que entrenaban y competían en condiciones precarias. Representa a una generación que luchó por dignificar un deporte que hoy empieza a tener la visibilidad que merece, pero que no siempre fue así. Su legado no se mide solo en partidos, sino en haber sido testigo y protagonista de esa transformación. Ha visto crecer al Granada CF Femenino desde la modestia hasta el respeto, y en ese viaje ha sido brújula, ancla y motor. Por eso, cuando una niña se pone la camiseta rojiblanca y sueña con jugar en Los Cármenes, no está soñando solo con goles o títulos: está soñando con ser como Lauri.

Muchos se han llenado la boca con un sentimiento que ha resultado tan inocuo como sus palabras, pero el equipo que ella lidera está sirviendo de ejemplo a una generación entera de jóvenes granadinistas que la tendrán como referente absoluto de lo que significa amar un escudo. Porque donde otros caminan casi de puntillas, ella ha dejado una huella imborrable.

Caudete, su pueblo natal, ostenta los títulos de “Real, muy noble, muy leal y fidelísima Villa”, concedidos en el siglo XIV por el rey Pedro IV de Aragón. Y lo cierto es que no se me ocurre nadie más noble, leal y fiel al Granada CF que esta caudetana que encarna como nadie los valores que todos deseamos ver en nuestro club.

Gracias por todo, Lauri.

©Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta noticia sin autorización expresa de la dirección de ahoraGranada
Columnista
José David Collina

Abonado del Granada CF y creador de contenido en Puerta Nueve

DÍA A DÍA
Desarrollado por Neobrand
https://ahgr.es/?p=297477