jueves 28 marzo
Opinión  |   |

8 de marzo, cuelga tu delantal en la ventana

Miles de madres y abuelas sienten que el feminismo y los conceptos que utiliza cargan contra ellas, contra su modo de vida. El “patriarcado” les suena como otra palabreja manida que usan las feministas en sus reivindicaciones. Tal y como lo perciben, creen que las quieren obligar a reconocer que sus maridos son machistas porque no “ayudan” en casa, que los albañiles son unos agresores por decirles un piropo, con lo bien que les sienta que alguien les diga “¡guapa!”.

“Si nosotras paramos, se para el mundo”. Este es el lema de la huelga del próximo 8 de marzo que pretende visibilizar a través del paro, la aportación de las mujeres a la sociedad; justo la mitad de la población mundial. En los últimos meses decenas de artículos argumentan lo justificado de la huelga, su importancia y necesidad. Es el “Basta Ya” a la desigualdad, a la violencia machista, al desdén continuo a las tareas del cuidado.

Con estas líneas no pretendo sumar un artículo más para intentar convencerte de lo imprescindible que es que te detengas. Tú ya lo sabes: si nosotras paramos, no solo se para el mundo, si no que casi dejará de respirar.

El feminismo no es un reproche hacia millones de mujeres que cuidan a sus familias y tiran de su carro particular. El feminismo es justo lo contrario, es el reconocimiento a su esfuerzo y su valentía, a su capacidad de ingeniar permanentemente soluciones para buscar y rebuscar para que a sus hijos e hijas no les falte de nada.

Gracias, sin ti, yo no sería posible. Con tu esfuerzo me diste la oportunidad de elegir. Mientras tú limpiabas en casas a 3€ la hora, yo veía otros mundos y caminaba libre. Sin saberlo, me hiciste feminista, me educaste para que tuviera las mismas oportunidades, para que no frenaran mis sueños, que no me sintiera inferior. Como a muchas otras madres que alientan a sus hijas: estudia, viaja, vive, sé independiente, no necesitas a un hombre a tu lado… el patriarcado (la educación recibida, los mensajes de la sociedad, los valores culturales tradicionales) les negó este regalo, porque para ellas, “una buena mujer era la que cuida y atiende a su familia, la que antepone las necesidades de los demás a las suyas propias. Abnegada, sumisa y mostrándose siempre feliz”.

Siempre digo que a las madres se les acaba olvidando que son personas, que un día tuvieron sueños e ilusiones más allá de ver a sus hijos e hijas crecer, que tenían otras aficiones e inquietudes.

No quiero que reniegues de tu vida, ni que te sientas culpable por querer ser la mejor ama de casa y desear que llegue tu marido a casa y que vea que su comida preferida está lista. Quiero que sepas que estoy orgullosa de tu esfuerzo, que reconozco tu trabajo y que no hay dinero en el mundo para pagar tu entrega 24 horas al día, 7 días a las semana, 365 días al año. De hecho, no cobras nada. Trabajas gratis, porque para esta economía de mercado tu esfuerzo no tiene valor económico. No tienes vacaciones, ni descansos, ni jubilación y por muy mal que te sientas, siempre sacarás fuerza para cuidarme.

Si tu paras, se para mi vida y quiero que el mundo lo sepa. Y como tú, millones de madres y abuelas que sustentáis la vida.

Cuelga tu delantal en la ventana y yo, como me has enseñado iré a la huelga. Cada una, a nuestra manera somos feministas, aunque no le pongamos el mismo nombre. También he aprendido que lo que no se nombra no existe, y parar el 8 de marzo es la mejor forma que tengo de decirte que valoro tu esfuerzo y te quiero, mamá, abuela, tía….

Leticia García Panal
Concejal de Imagina Nívar

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