sábado 20 abril
Opinión  |   |

Aprovechar la oportunidad

Ha sido evidente que lo trascendido respecto del inicio en la conformación de la nueva coalición electoral de izquierdas en Andalucía ha sido una decepción, seguro que ni adrede sale peor la cosa, tan es así, que la petición general de disculpas que se ha realizado habrá sido de agradecer para el espacio electoral a quien se pretende llegar, dándose por supuesto que ese tipo de errores no pueden, ni deben reproducirse. El trabajo en los espacios comunes en política, la experiencia nos ha enseñado que deben construirse desde la confianza, como una telaraña de complicidad en lo esencial y con respeto al parecer de con quien se comparte proyecto político. Así mismo, requiere de personas capaces, leales, que no pierdan la perspectiva de lo que quieren representar cuando se pretende conformar una oferta política de cambio real de progreso que pretende ir más allá del espacio propio.

Solo construyendo una mayoría social amplia, inclusiva y transversalmente progresista se puede aspirar desde la izquierda a gobernar una comunidad histórica como Andalucía, repleta, afortunadamente, de contrastes que conviven en armonía, los que hay que tener en cuenta. Eso lo entendió en su día el PSOE lo que le permitió una mayoría aplastante durante mucho tiempo, que luego ha dilapidado por el desarrollo de políticas subalternas del liberalismo que ignoraban el descontento social y con ello el cambio social y político que está en curso. Y es ahora, por tanto, cuando se presenta una verdadera oportunidad para cambiar las cosas en favor de las personas en Andalucía, hay que recomponer, aun cuando no va a ser fácil, pero el esfuerzo merece la pena.

Es ilusorio pensar que Andalucía vaya a mejorar y a ocupar el lugar que le corresponde de la mano tradicional de la política, mucho menos, si los fascistas de VOX entran en el gobierno agarrados al brazo partido de la derecha. Solo basta escuchar a su candidata de peinado hitleriano para que se te pongan los pelos como escarpias cuando brama por Andalucía, siendo que su propia formación tiene como objetivo principal la disolución del estado autonómico, si a esto le unimos el coro mediático que alimenta la involución con tamaños despropósitos, parece incuestionable que se debe centrar el debate y el proyecto en lo esencial.

En otros tiempos no muy lejanos decíamos aquello de que había que ir a lo concreto, aún a cadencia presurosa, con preparación para lo imprevisto y si llegaba el caso improvisar sin perder la coherencia. No podemos negar que la ofensiva de lo que ahora se llaman las derechas para gobernar en Andalucía, donde el discurso de VOX lo sienten a modo de soplo en el cogote, es real.

Por otro lado, es indiscutible que el Gobierno de coalición se ha enfrentado a retos nunca vistos por otros gobiernos de nuestra historia democrática, incluida una guerra en Ucrania, lo que no ha impedido, por primera vez, que se haya legislado en favor de la protección de los sectores sociales más vulnerables, realizando políticas radicalmente distintas a las que padecimos por la especulación financiera en 2008 y años posteriores. Así se han puesto en funcionamiento los ERTES como formula de mantenimiento del trabajo y no con despidos masivos como ocurrió en la gran recesión, así mismo, se han implementado de ayudas a las empresas para que sus puertas no cerraran, especialmente a las pequeñas; el ingreso mínimo vital, la reforma laboral, la protección de las pensiones y del sistema público que lo sostiene, debiéndose reconocer que ha acompañado y mucho para desarrollar esas políticas el cambio de enfoque habido en la Unión Europea.

Andalucía necesita ser ahora más Andalucía, sin esta filosofía el proyecto político de la nueva coalición de izquierdas no obtendrá un buen resultado electoral, que solo será posible, a mi entender, si se va configurando un espacio político progresista donde Andalucía se encuentre y desde ahí recuperar el voto ilusionado, imaginativo e indignado que subyace en nuestra tierra andaluza, por tantos años, de veto, cuando le corresponde, por derecho propio, participar en las decisiones políticas importantes de modelo de Estado y de su configuración territorial. No hay que olvidar que nuestro producto interior bruto tiene especial relevancia para el sostenimiento vital de la economía española. De todo esto nada se ha hecho valer por los sucesivos y anteriores gobiernos andaluces, muy dependientes siempre del centralismo de los partidos que los han sustentado. Ahora se presenta una oportunidad que debe ser aprovechada.

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Columnista
Salvador Soler

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