viernes 29 marzo
Opinión  |   |

Aún hay tiempo

Tengo grabada la pregunta (casi súplica) que siempre, siempre, en cada reunión tanto de carácter institucional como orgánico, hacía un alcalde de la zona Norte de la provincia: ¿qué podemos hacer para que empresas que generan gran número de empleos se instalen en esta parte de la provincia? Y es que para nuestros pueblos, aquejados de la pérdida constante de población, la respuesta a esta pregunta sería una solución a todos los niveles.

Por supuesto, no hay respuesta definitiva, pero un acercamiento a ella es generar las circunstancias apropiadas que hagan nuestros municipios atractivos para que esas empresas prioricen instalarse allí sobre cualquier otro lugar. Con suerte, el propio territorio tiene potencialidades endógenas que aumentan su atractivo intrínseco y generan oportunidades que no se deberían dejar escapar.

La zona norte de la provincia de Granada, las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar, tienen en el sol y el viento esas potencialidades endógenas, y tiene empresas de energías renovables interesadas en instalarse en sus tierras y la intención de formar y emplear a una parte de su población: energía limpia y empleo; miel sobre hojuelas. Sin embargo, el sol y el viento endógenos, que son necesarios, no son suficientes: hay que favorecer el entorno con decisiones políticas que lleven formas de transporte de energía a esta zona.

Las comarcas de la zona norte de la provincia junto con una parte de la provincia de Jaén y el norte de la provincia de Almería constituyen lo que se denomina un “desierto energético”: ninguna línea de alta tensión primaria que permita evacuar y transportar la electricidad desde donde se produce a donde se consume pasa por estas tierras.

Esto tiene dos consecuencias: por un lado, un pobre servicio de electricidad en toda la zona, y por otro, la imposibilidad para evacuar toda la energía que se produce o pudiera producirse en sus centrales eólicas y solares. La energía que se produce y no se transporta, simplemente se pierde, lo que supone ya de por sí una pérdida de ingresos. Pero además, esto supone un límite al desarrollo de las energías renovables en el norte de la provincia y en Andalucía, e incluso algunos (como el Cluster Andaluz de Energías Renovables y Eficiencia Energética) llegan a cifrar en el freno de miles de puestos de trabajo.

Esa línea de alta tensión capaz de evacuar la energía que genera y que podría generar con más inversión (y más empleo) el norte de Granada, es el Eje Caparacena-Baza-La Ribina, que estaba contemplada en la Planificación de la Red de Transporte Eléctrico 2008-2016 realizada por el Gobierno socialista de Zapatero. Sin embargo, en 2015 el Gobierno del Partido Popular la descartó aprobando en el Consejo de Ministros la Planificación para el periodo 2015-2020 sin la Línea en cuestión.

Y nos engañó de nuevo, cuando parecía que ponía interés en recuperar el proyecto en mayo de este año contando con el apoyo manifiesto de todas las Administraciones locales y de todo color político recabado por el gobierno andaluz y de los agentes económicos y sociales, y en las últimas semanas tuvimos conocimiento de que volvía a estar descartada. Y ello pese a ser una Infraestructura estratégica y necesaria por las consecuencias económicas que puede tener para nuestros municipios y sus gentes tanto en el presente como en el futuro.

El Partido Popular ha dejado fuera de la planificación esta autopista energética en una zona especialmente necesitada, y lo ha hecho lanzando balones fuera y dando explicaciones nada sólidas y fuera de lugar. Pero “aún hay tiempo” porque la planificación no ha sido aún aprobada definitivamente; y este es único consuelo para los municipios afectados y su población. Población que quiere tener la oportunidad de permanecer en su tierra que le brinda un desarrollo que está en manos políticas. Población que ven en esas empresas, muchas de ellas con todos los trámites hechos para poder instalarse ya si estuviese construida la línea eléctrica, un futuro laboral estable.

Mi compañero Manolo, el de la pregunta insistente, ya no es alcalde. Si lo siguiese siendo, su decepción por la decisión del Gobierno de Rajoy de dejar, hoy por hoy, a casi 600.000 habitantes sin posibilidades de mejorar su situación social y económica, sería mayúscula. Y sin serlo también. Como él, nos sentimos en la zona los demás.

Por eso, porque “aun hay tiempo”, no podemos callarnos, ni dejar de seguir pidiendo a los responsables políticos del Partido Popular que no permitan un nuevo agravio con esta tierra ni con el centenar de municipios que se verían beneficiados por la inclusión y posterior construcción del Eje Caparacena-Baza-La Ribina.

No solo lo pide el PSOE, también lo piden ayuntamientos de otros signos políticos y como dije el sector empresarial. Es solo cuestión de voluntad política.

Olga Manzano
Parlamentaria andaluza del PSOE por Granada

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