jueves 25 abril
Opinión  |   |

Carazo y Cía

Es posible que en este infinito entorno electoral, usted se haya preguntado cuándo comienza realmente la campaña electoral de las municipales. No se preocupe, no necesita consultar el calendario oficial, un acontecimiento en los medios de comunicación más tradicionales locales le darán la pista: la publicación de las primeras encuestas electorales de su localidad. No importa que alguna de esas encuestas parezcan hechas por el mismo equipo responsable de la sección astrológica del periódico o que claramente hayan sido elevados más para influir en el resultado electoral que para ofrecer una prospectiva más o menos objetiva del mismo. Las encuestas locales son el verdadero pistoletazo de salida de la campaña electoral en las municipales.

Y aunque todos saben que esas encuestas suelen tener el mismo valor científico que el Calendario Zaragozano, algunas candidatas y candidatos las esperan como agua de mayo por si los resultados allí avanzados-adivinados-deseados fueran la única buena noticia que van recibir en lo que para ellas y ellos es ya una larga agonía preelectoral. En Granada, se me antoja que el caso de la señora Carazo es especialmente paradigmático de cómo un prolongado proceso electoral se puede convertir en un largo calvario nada prometedor.

No quiero ni pensar en ese día en el que el Señor Bonilla anunciara a la mejor Consejera del mundo mundial, asombro de los tiempos y superviviente por los pelos del naufragio de la nave capitaneada por el señor Torres Hurtado, que le tocaba ser candidata a Alcaldesa y que debía abandonar el Olimpo sevillano. Quizás, al señor Bonilla se le olvidó comentar el pequeño detalle de que la alcaldía a la que optaría es a la de Granada, porque vistas las propuestas, las presencias y las ausencias de la señora Carazo, Marifran bien podría pasar por candidata a la alcaldía de Soria, de Palencia o de Guarromán.

Ya con las maletas hechas y preparada para salir de la Consejería a lo grande y por todo lo alto y en todo lo alto de Sierra Nevada, va y salta el “caso Carazo”, donde se evidenció la peculiar comprensión que de la contratación pública tiene la candidata a alcaldesa. Si para la señora Carazo es de lo más normal adjudicar unas obras millonarias para construir una carretera a una empresa sin solvencia y sin experiencia en el sector, llegado el caso ¿porqué no adjudicar el contrato de la limpieza de la ciudad, pongamos por ejemplo, a una peña de futbito?

Y a Marifrán le llegó el momento de presentar su lista. Otro trago que para hacerlo más llevadero requirió de la presencia de Elias Bendodo, estrella rutilante del firmamento político español, que denostó del gobierno de la nación, que halagó a Bonilla, que ensalzó a Feijoó y que lisonjeó a la candidata con ese empalago con el que se cae al referirse a un difunto en su entierro. Poco se habló de Granada y pocas referencias se hicieron a las personas que completan la lista del PP a las elecciones municipales en la ciudad de Granada.

Aunque poco hay que decir de la lista de Marifrán, más allá de reseñar que se trata de una lista insulsa, un tanto acartonada y con algunos integrantes que arrastran más pasado que porvenir. Ningún temor ha de tener la señora Carazo de que algún miembro de su equipo le haga sombra. Eso sí, tras ella, en el número dos de la lista, aparece el Secretario General del PP granadino, el mismo que gestionó la negociación de la alcaldía 2 + 2 (¿se acuerdan?) y el mismo que ordenó a sus compañeros del equipo municipal que desertaran de sus responsabilidades de gobierno en el Ayuntamiento ( ¿lo recuerdan?), premiando su obediencia con la exclusión de todos y cada uno de ellos de las presentes listas. Vamos, un portento de la política local al que hay que pensarlo dos veces antes de darle la espalda.

No, como candidata, no se le ve muy católica a la señora Carazo, quizás por eso se le ha podido ver por algún templo de la Iglesia Evangélica pidiendo el apoyo y, posiblemente, una oración.

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Columnista
Baldomero Oliver

Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada

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