viernes 17 enero
Opinión  |   |

Cuestión de prioridades

El verdadero sentido de la vida es llegar a fin de mes. Schopenhauer también lo hubiera dicho si, en vez de filósofo, hubiera sido repartidor de comida o limpiadora de hotel. Es lo que me viene a la cabeza en estos días en que se discute en el ayuntamiento el presupuesto de la ciudad. Todos sabemos lo complicado que es ajustar unos ingresos escasos a las necesidades inagotables de una familia. Lo difícil es decidir qué se paga antes y renunciar a todo lo demás, incluso aunque sea necesario. Logramos hacerlo porque tenemos muy claro cuáles son nuestras prioridades, sabemos muy bien qué gastos debemos atender primero.

La alcaldesa Carazo no lo tiene tan claro. Le he echado horas a su propuesta de presupuesto y no consigo entender qué ciudad tiene en la cabeza. Está a punto de gastarse 332 millones sin resolver ningún problema concreto. Es lo que pasa cuando llegas al poder con una mayoría absoluta y sin ningún plan bajo el brazo, que vas improvisando.

Antes de repartir el dinero tienes que saber qué agujeros quieres tapar, como hacemos en casa. La alcaldesa debería conocer los problemas reales de los granadinos y granadinas y dedicar el dinero a intentar solucionarlos. Hacer un presupuesto no es cuadrar los ingresos con los gastos, es resolver los problemas de la gente con recursos escasos. Para eso hay que priorizar, pero no se puede priorizar si no se sabe en qué.

Los socialistas de la oposición municipal le han dado algunas pistas a través de sus enmiendas al presupuesto, por si no habían tenido tiempo de mirarlo ellos mismos. Pequeños detalles sin importancia, como que Granada es la provincia con más paro de España según la EPA y que en la ciudad hay 20.000 personas que quieren trabajar y no pueden. Carazo ha previsto el 0’06% del gasto para el área de empleo.

Puede que la alcaldesa no sepa que en muchos barrios es imposible comprarse un piso o pagar el alquiler. En vez de entender la vivienda como un derecho, lo sigue viendo como el gran negocio inmobiliario que inició aquel funesto alcalde del que ella fue concejala. Por eso, en vez de dedicar el suelo que es propiedad del ayuntamiento a promover viviendas de alquiler barato, lo vende para pagar facturas. Cuestión de prioridades.

En el ayuntamiento no saben que hay 15.000 personas en la lista de espera de la dependencia y que todos los días mueren tres de ellas mientras esperan alguna ayuda. Por eso, en vez de crear las 22 plazas de trabajadoras sociales que acordaron con los sindicatos para este año, han previsto dos. No se enteran de que la dependencia es un derecho que tenemos, pero ya hay tribunales dispuestos a recordárselo por sentencia.

En la burbuja del gobierno municipal debe haber un aire mucho más limpio del que respiramos los demás cuando salimos a la calle, por eso no saben que también tenemos el aire más contaminado de España. El presupuesto municipal no dedica ni un euro de gasto a este problema, pero sí han descubierto que puede ser un modo de recaudar. La ‘zona de bajas emisiones’, que iba a servir para cuidar de la salud, se ha convertido en una forma de ingresar 1’4 millones a base de multas. Aunque, para ser justos, hay que reconocer que la idea de convertir la salud pública en un negocio ya se lo ocurrió a Moreno Bonilla.

A ver lo que tarda esta señora en averiguar lo que nos hace falta. Mientras tanto, seguiremos pagando la hipoteca y yendo al super -como podamos- con la esperanza de que el ayuntamiento nos eche una mano en algún momento. El año que viene no toca, pero no hay que desesperar: cualquier día de estos Carazo empieza a entender la ciudad que gobierna.-

Publicidad
©Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta noticia sin autorización expresa de la dirección de ahoraGranada
Columnista
Pablo Hervás

Publicidad
DÍA A DÍA
Desarrollado por Neobrand
https://ahgr.es/?p=272410