domingo 22 junio
Opinión  |   |

Desigualdad en la EBAU

En estas semanas, miles de alumnos se han enfrentado a una de las pruebas más trascendentales de su vida académica, pues su calificación determinará si pueden estudiar la carrera que quieren o la universidad en la que desean cursarla, en definitiva, si pueden en un futuro desempeñar la profesión con la que siempre han soñado.

Las diferencias en el acceso a la universidad ponen de manifiesto las enormes desigualdades que la política educativa del Gobierno socialista ha generado con sus reformas educativas. Como resultado, y dependiendo del origen geográfico, un estudiante puede encontrarse en desventaja para acceder a una titulación respecto a otros, solo por la diferente exigencia académica a la que se enfrenta.

La ruptura del principio de igualdad de oportunidades y la rebaja de calidad y exigencia del sistema educativo se une a la disparidad de los resultados de la EBAU que, año tras año, en función de la comunidad autónoma donde se realizan las pruebas, origina la preocupación de los alumnos a la hora de acceder a una titulación respecto a otros, simplemente por la comunidad autónoma donde hayan realizado sus exámenes.

Las pruebas son tan distintas que un mismo alumno podría suspender o aprobar dependiendo de donde se presente debido a que los criterios de corrección son distintos, al igual que la cantidad de opciones de respuesta y el peso que se da a cada asignatura. Por todo ello sería conveniente la unificación de la prueba de acceso a la Universidad, con una estructura de examen común, que garantice la equidad y la igualdad de oportunidades de los estudiantes.

La llegada al Gobierno de Pedro Sánchez y su nefasta política educativa han hecho que esta prueba se haya visto devaluada considerablemente, quebrantándose uno de sus principales objetivos, que es garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la universidad, ya que se han ido incrementando las diferencias entre las comunidades autónomas, lo que ha provocado una mayor desvertebración del sistema educativo. La Ley orgánica 3/2020, de Educación (LOMLOE), establecía aprobar una nueva prueba de la EBAU que se implantaría para este curso escolar 2023/2024.

Esta debería haberse aprobado el pasado verano de 2023, pero el Gobierno después de haber dado tumbos con esta reforma desde su primera propuesta en julio de 2022, terminó no aprobando ninguna para la presente convocatoria del 2023 amparándose en el adelanto electoral del pasado 23 de julio.

Y así, llegan las pruebas de la EBAU del presente curso y son prácticamente similares a los de años anteriores, con la única salvedad de que los alumnos tendrán que elegir entre Historia de España y Filosofía, porque Historia de España ha pasado a ser optativa.

Ante esta situación, el Gobierno de Sánchez ha aprobado, sin hablar con las comunidades autónomas, un criterio de corrección común que dista mucho de la prueba única, el modelo que España necesita para reducir las diferencias educativas y equiparar a todos los estudiantes que se examinan para acceder a la Universidad, vengan del territorio que vengan. Además, esta decisión unilateral impone un examen único en cada comunidad, sin posibilidad de elegir entre dos opciones como hasta ahora. En lugar de solucionar el problema, lo han complicado más si cabe.

Desde el Partido Popular se lo venimos exigiendo al Gobierno en diferentes iniciativas desde septiembre de 2019, para que implanten en el territorio español una prueba común de Evaluación de Bachillerato y acceso a la Universidad (EBAU), a fin de garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso y admisión de todos los alumnos al Sistema Universitario Español, con independencia del lugar donde realicen la prueba. Porque consideramos que es justo, ¿no les parece?

©Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta noticia sin autorización expresa de la dirección de ahoraGranada
Columnista
Inmaculada Hernández

Senadora del PP por Andalucía

DÍA A DÍA
Desarrollado por Neobrand
https://ahgr.es/?p=259437