El Norte
El Norte llevado a la geografía de un país se caracteriza siempre con fuente de riqueza. Así el Norte del Estado español (Euskadi, Navarra, Catalunya) es donde en términos del PIB se viene experimentando la mejor renta per cápita. En Europa, en su Norte, residen las principales economías y las regiones más ricas (Alemania, Holanda, Reino Unido, Austria, Suecia y Dinamarca). No digamos ya en el Norte de América, donde además colinda Canadá. Podemos afirmar, sin cometer un grave error que el Norte es riqueza, lo que contrasta con los países situados al Sur donde parece que la bonanza no florece al mismo ritmo, es más, llevado este razonamiento al Norte de una ciudad del Sur como es Granada la pobreza y el abandono se concentra en aquella latitud.
Granada cuando diseñó su Norte, hace unos cincuenta años, se pensó como una suerte de ir acabando con el chabolismo en algunos lugares de la ciudad. Así, se construyeron miles de viviendas de protección social que fueron albergando a una población humilde y trabajadora pero heterogénea en su composición, pero la falta de inversión y atención a las necesidades básicas de la misma ha creado de forma crónica una bolsa de pobreza que se atendió por las autoridades de forma asistencial haciendo trabajos comunitarios varios, es lo que se conoce hoy como programa de fomento de empleo agrario, que desarrollaron un clientelismo político que hoy perdura.
Llegó la instalación en el Norte del edificio donde residen varias delegaciones provinciales de la Junta de Andalucía. Contamos con el Centro de Magisterio “La Inmaculada”, las zonas comerciales Kinépolis y Alameda, Tráfico, INEF, la ciudad deportiva CF Granada. Todo esto ha contribuido al crecimiento de lo que ahora se llama “Distrito Norte” y una nueva población con mayor nivel de vida, sin embargo, agoniza el barrio con un alto nivel de pobreza, desempleo y un importante fracaso escolar. Hay que añadir un repunte de inseguridad que ha llevado a las autoridades a ponerse las pilas, si bien sorprende la reacción del alcalde accidental de Granada que muestra preocupación dando a entender sorpresa por la situación, como si los problemas hubieran aparecido de pronto. Algo no cuadra.
Veamos, la situación actual del Norte es consecuencia del abandono a su suerte de las personas más débiles por parte de las autoridades granadinas, incapaces siquiera de visitar qué zonas del barrio, donde se ha constituido una forma de reparto de migajas con total ausencia de proyecto político, a lo más se limitan a parchear pero nunca a combatir con un plan económico y educativo que permita a las gentes del barrio visualizar una mínima perspectiva de futuro. La inexistencia de esperanza para prosperar consolida el abandono que conduce a muchas personas al más miserable servilismo o a merced de las mafias.
El fracaso es del sistema que nos consume, incapaz de articular políticas locales de empleo, de reinserción y formación profesional, planes sociales, educativos, de inserción social que combatan la otra cara de la moneda llena de carencias. No es difícil transformar esa realidad si existe la voluntad política que cuente con la imprescindible participación ciudadana para establecer un pacto que ponga en el centro a las personas para que el Norte sea también Granada.
La solución, por tanto, parafraseando a la pluma aguda de Cambril, no pasa solo por asegurar la seguridad en las calles, eso está en las obligaciones gubernamentales, sino que la mayoría satisfecha, ahora también pobre, se mueva para cambiar las políticas públicas, si no habrá que convivir con el crimen, el desempleo y la penuria, y añado, que acabará llegando a Recogidas y no bastará, para sentirse al margen de los problemas, comprarse un piso en la zona centro de Granada.
Salvador Soler García
Colaborador Ahora Sí
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