Escapar al destino de la derecha
La derecha se está preparando para gobernar Granada durante tres mandatos y hacer historia. Sobre la base de su mayoría absoluta y una situación económica saneada, el PP ya tiene una hoja de ruta para ocupar la Plaza del Carmen por mucho tiempo. Presentó su plan -sin complejos- durante el pasado ‘debate sobre el estado de la ciudad’, apelando a proyectos a largo plazo como la llegada del AVE, la capitalidad cultural de 2031 o el desarrollo de un nuevo plan general de ordenación urbana. Apuestan por ellos porque se ven en la foto de inauguración de todo lo que pase en una década.
Buena parte del éxito que se atribuyen se basa en una gestión económica que no tiene mérito alguno. Que el ayuntamiento tenga dinero ahora no tiene nada que ver con Carazo sino con la situación general del país. España atraviesa la mejor coyuntura económica de la democracia y las arcas de las administraciones están llenas. La recaudación fiscal y las transferencias del Estado a los ayuntamientos han convertido en ricos a miles de alcaldes y alcaldesas cuyo único talento ha sido poner la mano.
La supuesta fuerza del PP tampoco tiene nada que ver con su programa político, que sigue siendo el mismo populismo de derechas, construido a base de fútbol, procesiones y ladrillos, que tan bien funciona en Granada. Nadie ha votado a Carazo para que sea ‘transformadora’, es suficiente con que sea reconocible: que estén los nuestros y que hagan lo de siempre.
Además de cultivar a su parroquia, les queda músculo financiero para retar los objetivos de los demás sin meterse en muchos charcos ideológicos. Impulsarán el “anillo verde” de la ciudad que inventaron los socialistas e intentarán suplantarles con un plan local de vivienda hasta 2040. El presupuesto de 2025 incluirá todos los incentivos fiscales que pedía VOX, a quien también quitará la bandera de la atención a las familias (el cheque-bebé) y hasta el discurso del miedo a los okupas. Van a por todas.
No creo que la izquierda granadina se haya entregado a la tragedia griega, a la fuerza superior de una suerte decidida por los dioses, pero tendrá que espabilar si quiere ser el Edipo que logró escapar de su destino. El plan del PP no incluye resolver ninguno de los problemas reales de la gente y esa es su oportunidad. Por muchos años que gobierne, con Carazo no habrá más empleo, ni viviendas baratas, ni más ayuda a domicilio, ni ayudará a que mejoren la sanidad ni la educación. No lo harán porque no saben y porque no están en eso.
Pero, si esperamos a las urnas, será tarde. La izquierda granadina debe empezar ya a construir una alternativa en varios frentes. Reconocer el riesgo de que han llegado para quedarse y unir esfuerzos. Aprovechando la posición institucional del PSOE, única fuerza progresista en el ayuntamiento, pero abriendo el proyecto a todo tipo de colectivos políticos y sociales capaces de sumar: partidos, sindicatos, colectivos ciudadanos, feministas, ecologistas. Estrategia común, trabajo en red. Nada de grandes pactos, trabajo militante, metodología ágil, contactos personales y grupos de whatssap compartidos. Espacios híbridos entre varias organizaciones, complicidad. Movilización social basada en ‘causas’, no en siglas. Recuperar espacio a la izquierda, hablar claro y despertar a la gente.
No les regalemos el espacio, el futuro no está escrito. Depende más de nuestra movilización que de sus aciertos. Hagamos un frente común en defensa de la igualdad, de las libertades en peligro y de la protección social del Estado. Hagamos de todo, pero, sobre todo, hagámoslo ya. No se le echa un pulso al destino en lo que dura una campaña electoral.