viernes 19 abril
Opinión  |   |

Granada, como la primera

Se vienen produciendo una serie de encuentros ciudadanos en nuestra ciudad que vienen debatiendo sobre un nuevo modelo y/o proyecto de ciudad que supere el actual basado en el desarrollo mercantilista que sitúa a las personas en el vagón de cola del tren, valga la ironía que, sin embargo nos sirve como metáfora de la falacia de la recuperación que se esgrime desde determinados escenarios políticos, sin duda, caducos y de escaso interés directo para la población.

En esos encuentros abiertos, en los que junto a otras personas participan muy activamente l@s miembros de la nueva dirección política de Podemos Granada, se vienen elaborando una serie de ideas que quieren servir de herramienta de trabajo para ir sentado las bases de un nuevo e ilusionante programa local que cambie en profundidad la actual situación de precariedad general de la ciudad en la que más de un 30% de la población se sitúa en riesgo de exclusión social, no llegan a final de mes. Sin embargo, se proyecta por los gobernantes actuales una visión de la ciudad casi idílica (turismo, gente en las terrazas, vacaciones en la playa, etc.). Por tanto, esas ideas que pertenecen a un trabajo colectivo de muchas personas, lo que yo hago aquí es facilitar que se conozca ese trabajo colectivo por el público en general.

Así, se plantea que Granada utilice un recurso propio para su desarrollo vital, que es definitorio de la ciudad y se puede denominar del Conocimiento, donde prime el modelo productivo basado en la I+D+I, donde la Universidad sea el motor en alianza con el mejor mundo empresarial para la transferencia de ese Conocimiento. Una ciudad conectada con el área metropolitana que despliegue proyectos industriales basados en las energías renovables, desarrollando, así mismo, un turismo sostenible, donde se aprovechen mejor los recursos naturales y la economía local y de proximidad, evitando crear una ciudad o barrios como parques temáticos y con estricto control de los alquileres turísticos en beneficio de un crecimiento más verosímil.

Una ciudad saludable, esto es, que luche contra la contaminación, más limpia, menos ruidosa, con más espacios verdes, con barrios interconectados, por tanto, una ciudad de los cuidados que vele por sus vecin@s, con mejores redes sociales y de apoyo y más tejido asociativo.

Granada se merece un buen gobierno, cuya seña de identidad sea la transparencia acreditada, con total erradicación de la corrupción, haciendo de la rendición de cuentas una tarea periódica, saneando en beneficio principal de las personas las cuentas municipales, lo que exige una participación ciudadana directa en la toma de decisiones: presupuestos participativos, revitalización de las juntas de distrito y las asambleas de barrio, promoviendo la eficiencia y un estudio solvente de remunicipalización de servicios públicos, por tanto, un Gobierno Local que contribuya, también, a erradicar la pobreza energética, a mejorar las dotaciones y los servicios urbanos de todos los barrios sin excepción.

Como decía antes, Granada necesita estar interconectada con el área metropolitana, lo que exige impulsar el transporte público, el uso de vehículo eléctrico o híbridos, las conexiones peatonales y ciclistas, ampliando el metro ligero a otros municipios, pero también conectada con el resto del mundo donde se establezca la reconexión ferroviaria y el corredor mediterráneo de pasajeros y mercancías, ampliando los destinos de nuestro Aeropuerto, todo en el objetivo de la cohesión urbana, asumiendo la condición de capital metropolitana y haciendo de La Vega ese espacio que cumpla sus funciones de agricultura ecológica, gran espacio verde y pulmón de nuestra ciudad.

Sin duda, Granada debe ejercer su liderazgo cultural, protegiendo y ampliando nuestro patrimonio cultural, pero acabando con la práctica actual de programar y gestionar la cultura como un simple conjunto de actos y espectáculos a los que asistir pasivamente, reduciendo a los ciudadanos al papel de meros consumidores reduciendo la cultura a la condición de mercancía, lo que redunda solo en beneficio para un@s pocos. La cultura es un proceso permanente en el que las personas quieren desarrollar su conocimiento y actitudes ante la vida como un diálogo con su entorno natural, participado con otros agentes sociales, sintiéndose parte de la cultura.

En conclusión, Granada, como la primera.

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Columnista
Salvador Soler

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