jueves 28 marzo
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Homo homini sacra res

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Homo homini sacra res (El hombre es algo sagrado para el hombre) es una cita de Séneca que sirve como lema cuando se trata la dignidad humana, de hecho, alguna universidad pública española ha adoptado este lema como pilar sobre el que se sustentan sus valores de docencia e investigación.

Sin embargo, Séneca hace tiempo que dejó de ser objeto de estudio en las enseñanzas obligatorias haciendo que el concepto de dignidad humana se diluya entre las masas vociferantes e ignorantes de su pasado más próximo. Frases como “«¡putos nazis de mierda, voy a venir con otros diez a reventaros!», que cito textualmente de un diario nacional en un ataque a una mesa informativa de Ciudadanos el pasado junio, constituyen una amenaza incoherente dado que el mismo que la pronuncia se está comportando con la ideología de los que cita. Estos ataques han ido realizándose progresivamente a lo largo del último años hasta llegar a su máximo auge el pasado 29 de octubre a la salida del congreso.

Una masa ingente de exaltados espera a los diputados a la salida del Congreso para insultar y agredir a aquellos que no comulgan con su ideología y aplaudir a los que les conviene. Insultan a mujeres llamándolas putas y lanzándoles latas de cerveza mientras aplauden a aquellos que supuestamente defienden el feminismo y que traen bebés al Congreso en prueba de progresismo.

La doble moral de los que nunca estudiaron a Séneca sale al escenario de los medios de comunicación y como colofón, uno de los lisonjeados afirma, como buen mamporrero de la violencia y agitador de masas ignorantes que está “con la gente que sale a manifestarse contra el fraude en el Congreso”. Como máxima de la necedad y estupidez imperante, el lema de la manifestación de los que insultan y agreden es “Ante el golpe de la mafia. Democracia”.

Séneca está en desuso. Su diálogos “Sobre la ira” o “De la constancia del sabio” son ignorados y vilipendiados por una parte de la sociedad que opta por seguir a ídolos con pies de barro que no les exigen pensar demasiado y les prometen una arcadia feliz de todo a cien. En todo caso, nuestro cordobés romano ya puso de manifiesto que la ira es un ácido que puede hacer más daño al recipiente en la que se almacena que en cualquier cosa sobre la que se vierte.

Daniel Arias
Catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Granada 

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