miércoles 24 abril
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Inversión en educación, pacto generacional y sentido común

Columna Daniel Arias

Si hay dos pilares fundamentales que sostienen a cualquier estado del bienestar son la salud y la educación. Es por ello que las naciones más avanzadas establecen pactos generacionales de manera que la generación actual invierte en educación para las generaciones futuras con el fin de que éstas generen valor en el futuro, que permita hacer crecer la economía de la nación y, por extensión, garantizar unos niveles de salud mejorados para toda la sociedad, incluidos los que inicialmente hicieron un esfuerzo por mejorar el nivel educativo. De este modo todos ganan sobre la base de que el conocimiento es el motor de desarrollo presente y futuro de un país.

Si miramos las cifras de inversión en educación como porcentaje del PIB de nuestro país en comparación con otras naciones como Francia, Reino Unido o Estados Unidos observaremos, por un lado, que que las previsiones para España en 2017 son de un 3,9% habiendo llegado muy cerca del 5% en 2010 y por otro lado que las 3 naciones mencionadas se mueven entre un 5 y un 6%. En términos de gasto per cápita, lejos quedan los poco más de 1000 Euros de España frente a los cerca de 6000 de Noruega o los casi 3500 de Suecia.

Sin embargo, y paradójicamente, el gobierno español ha puesto mucho más énfasis en el mantenimiento de las pensiones (a corto plazo, dado que a largo plazo el sistema actual no se mantiene) en una estrategia cortoplacista y electoralista dado que la pirámide poblacional española muestra que el voto mayoritario corresponde a pensionistas y mayores de 50 años. Los menores de 18 años no dan votos y la horquilla de 18 a 50 es menor en número, votan menos y son menos fieles en su voto por lo que es un jardín más complicado de cultivar.

Es aquí donde el pacto generacional salta por los aires y con él las perspectivas de desarrollo social y económico, nublándose este escenario con una posible debacle de futura precariedad y dependencia que ya se atisba en las generaciones de entre los 30 y 40 años actuales.

La cuestión es si algún grupo político se está preocupando por esto aún con el riesgo de no interesarle demasiado a su bolsa de votantes mayoritaria actual. De los 4 partidos políticos mayoritarios, el PSOE realizó una propuesta el 8 de febrero de este año donde establece un marco muy genérico sin ninguna propuesta específica y menos de financiación, el PP parece que lo tiene muy claro sobre su política de recortes y continuista de la situación actual y Podemos no apoya ningún pacto por la educación y tampoco realiza ninguna propuesta clara y concisa más allá de generalidades. Tan sólo parece haber un partido que ha decidido poner en negro sobre blanco las claves que están minando el pacto generacional y establecer un marco educativo claro sobre un horizonte de tiempo duradero. Así Ciudadanos, establece propuestas diferenciadas para la educación no universitaria y para la educación universitaria.en dos documentos donde se concretan acciones necesarias e imprescindibles y que cuando uno las lee, lo primero que se le viene a la cabeza es que son de sentido común.

De este modo, sobre la base del actual fracaso educativo se establece como objetivo fundamental reducir las tasas de repetición y abandono haciendo hincapié en las habilidades no cognitivas desde edades muy tempranas y con tutorías personalizadas. Por supuesto, se establece la gratuidad de libros y ayuda con otros gastos para las familias para fomentar la igualdad de oportunidades y, como no podría ser de otra manera, se dignifica al profesorado con una formación y carrera docente motivadora que sitúe a nuestros profesores como la base sobre la que se fundamenta el futuro de una sociedad. A nivel universitario se establece la autonomía universitaria con sistemas de gobierno en los que los gestores (rectores, gerentes,...) deban responder por su gestión, eliminación de la burocracia universitaria que asfixia al profesorado y lo desmotiva y un mayor nivel de internacionalización hacia dentro y hacia fuera que sitúe a la universidad española en el contexto global.

Estas son sólo algunas de la propuestas que se pueden consultar en la web en su totalidad. Finalmente, Albert Rivera ha hecho el planteamiento que cierra el círculo de las propuestas educativas que no es otro que la inversión del 5% del PIB en educación como objetivo para 2017, lo cual situaría a España en el grupo de los países en cabeza garantes del pacto intergeneracional. En todo caso, es crucial poner remedio a las carencias del sistema educativo dando respuesta a las necesidades básicas que garanticen que las futuras generaciones podrán contribuir al desarrollo del conocimiento y, por extensión, del progreso social y económico.

Daniel Arias-Aranda
Catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Granada

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