martes 23 abril
Opinión  |   |

La izquierda cuadra las cuentas

Siempre me llamó la atención el mito de que la derecha gestiona mejor que la izquierda los asuntos económicos, como si el voto y la capacidad de administrar un presupuesto estuvieran unidos en un cromosoma que solo tienen algunos. Como si no hubiera ministras, comerciantes o gerentes de autoescuela que cuadran sus cuentas y votan lo que les da la gana.

Es una idea peregrina incluso desde un punto de vista ideológico. Esa “derecha empresarial” en la que se basa el mito estaría orientada al beneficio individual, a la obtención del dividendo, a la creación de valor para el dueño. Justo lo contrario que requiere la administración de lo colectivo, que debe orientarse al servicio público de calidad y a la mejora de las condiciones de vida de los que más lo necesitan, algo que no debieron entender muy bien Aznar, Rajoy y Feijoo, todos ellos funcionarios públicos.

El mito del político-empresario que gestiona el dinero de todos con el mismo éxito que el suyo propio se derrumba continuamente a base de Trumps y Berlusconis. También en España, donde esa derecha sobradamente preparada nos dejó agujeros como la Gürtel valenciana de los Camps&Cia, la contabilidad en sobres de Bárcenas SL, o aquellas “tarjetas black” de Caja Madrid de las que tiraban aventajados economistas como Rodrigo Rato.

En Granada también sabemos que el mito no es cierto. Nos lo enseñó aquel alcalde del PP que gobernó durante trece años y salió del ayuntamiento escoltado por la Unidad de Delitos Económicos de la Policía. Además del susto, la eficacia gestora de la derecha también nos dejó el Ayuntamiento en quiebra, un escándalo mediático nacional y un reguero de casos judiciales todavía pendientes de sentencia. Un legado amplio que -con los años- hemos descubierto que también incluye a una de sus concejalas como candidata a la alcaldía, una heredera.

Sabemos que es un cuento porque, desde que Paco Cuenca es alcalde, han empezado a cuadrar las cuentas. Bajar a 56 días el periodo medio de pago a proveedores significa que los empresarios de Granada pueden confiar en su ayuntamiento a la hora de cobrar, permite cumplir el plan de ajuste municipal y supone levantar la losa que habían dejado al ayuntamiento los modélicos gestores de la derecha quienes, por ejemplo, en 2020, tardaban 120 días en pagar las facturas.

También están la bajada del 2% en el IBI, la aprobación del primer presupuesto en años, los 45 millones de fondos europeos conseguidos, la reducción de la deuda municipal, la mejora de la recaudación, la reducción del billete del autobús, las inversiones en los barrios, la mejora del remanente de tesorería, las bonificaciones fiscales con orientación social y el haber alcanzado todo ello en un clima de acuerdo político centrado en el interés de la ciudad.

No hacen falta fórmulas mágicas ni escuelas de negocios. Es suficiente con un proyecto de ciudad claro, mucho trabajo y honestidad incontestable. Paco Cuenca ha conseguido -en muy poco tiempo- cuadrar las cuentas de una ciudad que dejaron en quiebra, gestionarla con rigor y ponerla a funcionar. Ni Granada es una empresa ni los ciudadanos somos clientes. El presupuesto municipal es una herramienta al servicio de la gente, de sus problemas y de sus retos de futuro. Haríamos bien en ponerlo en manos de quien ya ha demostrado gestionarlo con eficacia, de quien sabe qué hacer con él y cómo hacerlo.

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Columnista
Pablo Hervás

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