jueves 28 marzo
Opinión  |   |

La provincia 53

En el pasado Pleno celebrado el viernes 23 de febrero nuestro municipio aprobó el hermanamiento con la Daira Saharaui de Yereifia, una población que sobrevive en el exilio tras el abandono que sufrió la colonia española del Sáhara Occidental el 26 de febrero de 1976 por parte del gobierno español y la posterior ocupación marroquí.

Muchos de los jóvenes españoles, y no tan jóvenes, desconocen que hasta hace sólo 42 años España contaba con la provincia número 53, con coches cuyas matrículas empezaban por SH y donde sus ciudadanos llevaban el mismo DNI español que nos identifica hoy día. Este desconocimiento es fruto del selectivo y controlado contenido que forma parte de nuestro sistema de enseñanza, pese a ser éste un hito histórico, a la vez que lamentable, de nuestra historia reciente.

El gobierno español no respetó en su momento la transición natural hacia la independencia del territorio en el proceso de descolonización, al igual que tuvo lugar en otras muchas zonas de África, si no que firmó un acuerdo con Marruecos y Mauritania, no refrendado por la comunidad internacional, en el que cedía la tutela de un territorio que ya luchaba por su independencia desde 1973, año en el que se creó el Frente Polisario y que luchaba por la celebración de un referendum de autodeterminación que hoy en día aún sigue sin celebrarse.

Quién no ha abandonado en todo este tiempo al pueblo Saharaui han sido los cientos de familias españolas que mediante aportaciones a los campos de refugiados o con la acogida temporal de niños y niñas del programa "Vacaciones en Paz", liberándolos en la época estival de una media de 43ºC sobre un desierto de polvo y piedras, dan la oportunidad de tomar un respiro de sus numerosas cadencias nutricionales y de atención médica, mermada cada vez más por los recortes de los gobiernos a la ayuda humanitaria de la que dependen, y que se ha visto reducida en los últimos años en un 60% por los efectos de la crisis.

En un viaje realizado por dos concejales de nuestra corporación que iniciaron el proceso de hermanamiento, se pudo comprobar de primera mano la situación tan precaria que padecen estos campamentos de Tinduf, donde para alimentar a sus cabras utilizan el cartón remojado de las cajas que llegan con ayuda humanitaria.

Es un pueblo que vive con la esperanza de recuperar una tierra con la que poder autoabastecer sus necesidades mínimas y dejar de depender como sociedad de la caridad de países terceros, entre ellos el que traicionó su destino como pueblo.

Jesús Gutiérrez Osborn
Concejal de la Asamblea Ciudadana de Gójar

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