martes 23 abril
Opinión  |   |

La salud de Granada está en el aire

El informe anual sobre la calidad del aire que todos los años elabora el Ministerio de Medio Ambiente pone negro sobre blanco lo que cualquier persona de Granada es capaz de adivinar. Ha pasado un año más y el equipo municipal no ha hecho nada para frenar y reducir el aumento imparable de los niveles de contaminación atmosférica (CA) en nuestra ciudad.

La contaminación atmosférica urbana es un problema muy grave de salud pública, hasta el punto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha organizado recientemente la primera conferencia mundial sobre contaminación del aire y salud. La contaminación del aire es responsable de la muerte de más de 38.000 personas anualmente en España. En Granada los niveles de CA que sufrimos diariamente nos restan casi un año de vida en promedio, y es responsable de los altos niveles de mortalidad por enfermedades del corazón que padece nuestra ciudad. Además, la CA causa innumerables daños a la salud. Entre ellos, enfermedades respiratorias y cardiovasculares, retraso en el desarrollo infantil y daños en el recién nacido. El Instituto de Investigación del Cáncer de la OMS, con sede en Lyon (Francia) y máxima autoridad científica mundial en cáncer, ha declarado a la “contaminación atmosférica urbana” como cancerígeno demostrado para los seres humanos. Así pues los y las granadinas tenemos un grave problema de salud pública.

Este problema se debe fundamentalmente al tráfico urbano, como lo demuestra el hecho de que los niveles de los contaminantes se reduzcan sustancialmente durante el fin de semana, en comparación con los días laborables de la semana.

Según una información publicada recientemente el, el gobierno de Paco Cuenca está trabajando en una ordenanza municipal, que obligará a que los vehículos se pongan una pegatina de la DGT que indicará el grado de contaminación que emiten, y que depende sobre todo del año de fabricación. Aquellos más contaminantes, en función de dicha pegatina, tendrán prohibido el acceso a todo el centro de Granada, en aquellos días con niveles elevados de CA, según determine el propio Ayuntamiento. Eso sí, parece que esta ordenanza no llegará antes del verano de 2019, qué casualidades de la vida, cuando Paco Cuenca y su equipo ya no estén al mando del ayuntamiento (elecciones municipales de mayo mediante).

No se apreciarán durante este mandato los efectos de las otras medidas que incluiría dicha ordenanza como las limitaciones de velocidad en días de alta contaminación, algunas bonificaciones fiscales, o la prohibición del paso por el centro de grandes camiones o autobuses turísticos. Tampoco será obligatorio que todos los vehículos de transporte público, como los taxis y autobuses, sean eléctricos o bien híbridos, y no contaminantes por ello. En definitiva, el gobierno municipal ha sido incapaz de poner en marcha en esta legislatura la mayoría de medidas necesarias para reducir los niveles de CA, establecidas en el vigente plan de mejora de la calidad del aire 2017-2020. Y dejan para el futuro la restricción de la circulación según la pegatina de la DGT, que solo permitirá entrar y circular por Granada a los vehículos más nuevos y con tecnologías eléctricas o no contaminantes, es decir, a día de hoy, vehículos caros. De este modo, discriminarán negativamente la movilidad de la mayoría, porque ni en el corto ni en el medio plazo podrán acceder a automóviles etiquetados como «no contaminantes». Hay que recordar además, que cada vez más jóvenes y familias trabajadoras tienden a vivir fuera del centro urbano, justamente por la alta especulación del precio de la vivienda en el centro urbano granadino.

Únicamente la creación del Área Metropolitana de transportes, que multiplique el uso del transporte público y permita restar miles de vehículos de la circulación urbana será eficaz para reducir los niveles de CA de nuestra ciudad, hacer la movilidad urbana más eficiente, no perjudicar a la mayoría de vecinos y vecinas, y mejorar nuestra salud.

En definitiva, con las medidas que no ha tomado, ni toma, ni tomará el gobierno del Sr. Cuenca, no se conseguirá una reducción relevante de los niveles de CA en el corto o en el medio plazo. Granada continuará incumpliendo la normativa de calidad del aire. Y sobre todo, continuaremos respirando un aire tóxico. ¿De verdad que a nadie del gobierno municipal se le ha ocurrido pensar en el daño que a la imagen turística de nuestra ciudad, nuestra principal industria, le está haciendo que Granada aparezca sistemáticamente en todo tipo de informes de los gobiernos europeos y las grandes instituciones mundiales, como una ciudad con el aire tóxico?

En este, como en otros temas cruciales para el gobierno de Granada, Paco Cuenca ocupa el gobierno, pero sin la más mínima intención de gobernar.

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Columnista
Antonio Daponte

Médico. Doctor en Salud Pública y coportavoz de Vamos Granada

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