jueves 28 marzo
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Lo que unánimemente nos funde

Artículo Gregorio Cámara 26 de mayo

Se especula con mucha frecuencia, sobre todo en periodos electorales, por la unidad del PSOE. Sin ir más lejos, el pasado jueves Vicente Gomáriz tuvo la amabilidad de entrevistarme para Granada Hoy y preguntarme por ello. Le contesté –y es la reflexión que quiero trasladarles- que allí donde hay mucha democracia es lógico que se expresen voces discordantes, que haya críticas y debates internos que finalmente se resuelven en unidad y fortaleza en torno al programa y a los objetivos comunes. Créanme. No fue una respuesta convencional hecha con la esperable actitud políticamente correcta de un candidato al Congreso, sino constatación de la pura realidad de un partido político que siempre, a lo largo de su dilatada historia de 137 años, se ha enriquecido y fortalecido con su pluralismo interno y su capacidad para la autocrítica y el debate profundo.

Tras la entrevista, volviendo a casa, recordé a este propósito una muy breve y expresiva nota de Fernando de los Ríos en El Socialista del 13 de diciembre de 1924, titulada 'Después del Pleno', en la que valoraba que la disparidad en la apreciación de los hechos que se trataron en el mismo (se refería al Comité Nacional del PSOE) y en la táctica a seguir no dio ni el más ligero motivo para que la unidad se resquebrajara. “Cada vez -decía- nos sentimos más estrechamente ligados con lo que ideal y realmente es y representa para la vida nacional el Partido Socialista. Su propio vigor no solo hace posible, sino exige la existencia de minorías interiores que, mediante la polémica objetiva y respetuosa, mantengan vivo y en actitud de crítica al Partido".

Las razones son profundas y podemos aplicarlas a la realidad que hoy vivimos. Nuestra Constitución exige que tanto la estructura como el funcionamiento de los partidos políticos sean democráticos. Esta exigencia es enteramente lógica. Si la democracia es participación y garantía de los derechos, competición y control, estos elementos deben estar presentes y asegurados con suficiencia en la vida interna de los partidos, en tanto que de ellos va a depender la configuración y ejercicio del poder político democrático, al proyectarse con su actuación sobre el conjunto de las instituciones y la sociedad. Para que haya democracia interna en los partidos es imprescindible que aflore el debate, cuanto más profundo y significante, mejor.

Hoy diríamos, siguiendo la estela de la reflexión de Fernando de los Ríos, que los partidos políticos tienen la obligación de mantenerse permanentemente “en modo debate” también interno, no solo externo. Desconfiemos de aquellos que se sostienen sobre la opacidad de las decisiones de la cúpula dirigente y la atonía de una militancia mayoritariamente pasiva y espectadora o de aquellos otros que descansan sobre el cesarismo populista de un líder que hace y deshace a su antojo con el amén de su dirigencia y sobre el pedestal de una militancia en realidad sumisa, aunque enfervorecida por eslóganes, símbolos y consignas.

Es verdad que los partidos tienen que hablar a la ciudadanía y en las instituciones alto, claro y con una sola voz. De ello dependerá la coherencia y la fortaleza de sus actuaciones. Esta es la razón por la que esa misma ciudadanía exige simultáneamente democracia y unidad a las formaciones políticas. Pero esa unidad no es un punto de partida sino de llegada, la condensación final de un pluralismo previo nacido de la natural complejidad de los asuntos públicos y de la diversidad de enfoques y tendencias. Que el debate trascienda no es sino cuestión de transparencia. Cuanto más se debatan los asuntos, cuantas más perspectivas los iluminen, mayor será la capacidad para abordarlos con realismo, adecuación y suficiencia. Lo importante será la conclusión y la observancia de las decisiones que se adopten. El Partido Socialista siempre ha dado muestras de esa profunda democracia interna y de ese sentido de unidad de acción una vez adoptadas las decisiones mediante los cauces democráticos internos.

Fernando de los Ríos explicó muy bien por qué esto era así. Decía: “La causa liberal y socialista, dos aspectos de una misma obra, nos requiere cada vez más apremiantemente a laborar con entusiasmo por un desarrollo poderoso del Socialismo en nuestro país; esta es la preocupación que a todos, unánimemente, nos funde; lo demás son incidencias en la marcha”.

Nuestro sistema constitucional se asienta sobre un gran pacto social y democrático que se ha visto profundamente dañado a lo largo de este oscuro y destructivo periodo de gobierno del Partido Popular. Necesitamos reparar ese profundo daño. Necesitamos proteger y garantizar suficientemente el Estado del bienestar, en especial los derechos básicos. Necesitamos revitalizar nuestro Estado de Derecho y algunos derechos fundamentales que han sido pisoteados. Necesitamos mejorar la calidad de nuestra representación política y de nuestras instituciones democráticas. Necesitamos fortalecer simultáneamente la calidad del autogobierno de nuestros territorios, la unidad del Estado y el respeto e integración democrática de la diversidad. Necesitamos una Europa más democrática, social y solidaria. Todo esto es lo que unánimemente nos funde a los socialistas, porque es lo que la mayoría de la ciudadanía sensatamente demanda.

Esas mimbres solo pueden ser trenzadas con los valores, principios y derechos que nacen de la libertad y la igualdad. El Partido Socialista es y representa una potente fuerza que ha dado sobradas muestras en el tiempo y en el espacio de saber entrelazar productivamente esos dos grandes principios de manera eficaz y razonable, alejado tanto del inmovilismo como de peligrosos radicalismos. Las soluciones a los problemas de la España de hoy están en la socialdemocracia, cuyo principales lemas son la libertad y la justicia social. Están contempladas con racionalidad, concreción y realismo en nuestro programa, fruto de un proceso de gran debate interno y expresión de unidad. Lo demás, como dijera D. Fernando, son “incidencias en la marcha”.

Gregorio Cámara Villar
Catedrático de Derecho Constitucional y candidato socialista al Congreso por Granada

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