Nuestro alcalde "Salvador"
No hace mucho, llame la atención sobre que era muy importante conocer la historia de como nació el Estatuto Andaluz. No fue la victoria de ningún partido, sino del pueblo andaluz que, de forma pacífica y masiva, utilizando la vía constitucional, consiguió el grado máximo de autogobierno. El consenso se fraguó bajo la premisa del equilibrio territorial e institucional, por eso, las consejerías se repartieron por el territorio andaluz (eso ha desaparecido) e instituciones como el TSJA intentaron desvertebrarlo, si bien todavía no lo han conseguido gracias a la reacción popular ciudadana. Sin embargo, y de momento, se han llevado la gestión del Parque de las Ciencias y quieren desmontar la Escuela Andaluza de Salud Publica para hacer no se sabe qué en Sevilla. A eso, hay que añadir el abandono institucional de Granada que ya llega al ninguneo y a considerar que somos tontos.
El servilismo personal del alcalde de Granada, D. Luís Miguel, raya la ofensa a la inteligencia media. Sus preocupaciones son favorecer los desahucios de los más desfavorecidos, traicionar a miles de familias honradas que tienen que soportar los cortes estratégicos de la cueva de la eléctrica regida por cleptócratas que campa como Pedro por su casa mientras que el Sr. Regidor municipal le echa las culpas al cultivo de marihuana, cuando el mismo es consciente de la mentira con la que sostiene tan falaz argumento, cuando es sabido en el Distrito Norte, que precisamente en los inmuebles donde se dice que se hace tal cultivo psicotrópico, curiosamente en esas viviendas no se producen desahucios. Son domicilios de propietarios que se alquilan a terceros que son los que vigilan el cultivo, de lo que, llama la atención, es cosa de los “inquilinos” de cuya actividad nada conocen los arrendadores.
A lo anterior, hay que sumar que el dueño del bastón de mando municipal ahora dice que apoya el ramal central del ferrocarril en detrimento del trazado que conocemos como “Corredor del Mediterráneo”, que se encuadra dentro del programa de la Unión Europea para 2021, señalado como año Europeo del Ferrocarril, lo que, además, de significar una importante inversión que construiría un trazado que no es excluyente y es circular, que desde Almería cruzaría nuestra provincia y desde aquí (Bobadilla) saldrían dos ramales, uno para Sevilla y otro para Algeciras. Este proyecto, sin duda, incluiría a Granada, que sí quedaría excluida del citado ramal central que es el proyecto que apoya el alcalde Nuestro Salvador, que es lo que le han ordenado y lo más conveniente para él si quiere mantener su actual estatus, eso sí, el hombre, dentro de su bien queda pide por favor que no se olviden de Granada. De nuevo Sevilla en el epicentro, continuando en su concentración de poder político, económico e institucional, o que es lo mismo, más desequilibrio y aislamiento para la parte oriental de Andalucía.
La desconfianza y el desapego crece en Granada. La concentración de poder en Sevilla no ayuda a Andalucía y eso no es culpa de las gentes de Sevilla, vaya esto por delante, esa es una responsabilidad exclusiva de determinados supuestos representantes de la ciudad y de la provincia granadina entregados, sumisos y obedientes a los jefes de sus partidos y esto como condición para que aquellos mantengan su cargo. De seguir así, provocarán la desafección a la institución andaluza y con ello provocarán la ruptura del consenso que hizo posible el Estatuto de Autonomía.
Simultáneamente, Nuestro Salvador, para demostrar su preocupación por los intereses de la ciudad centra sus esfuerzos en seguir con la privatización del servicio público de limpieza que supondrá un importante sobre coste a los granadinos que tendrán que soportar uno de los servicios más caros (40 millones de euros) de Andalucía y de peor calidad. ¿Que mal habremos cometido para tener tal penitencia?
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