Otro pelotazo
¡Bomba! Recientemente nos hemos despertado con la gran oferta: recuperar el Teleférico de Sierra Nevada. Para ello, el gran urbanista y defensor del medio ambiente, el Presidente del Partido Popular de Granada, Sebastián Pérez, la misma organización que tiene a casi todo el grupo municipal investigado por presuntos delitos urbanísticos y de pertenencia a organización criminal nos propone la gran inversión pública que gestionarían varios fondos de inversión que explotarían la línea, se supone, mediante concurso. Y esto es así, porque, ya se sabe; lo que debe hacer la Comunidad Autónoma y el Ayuntamiento es poner el dinero público para que luego un fondo de inversión o varios gestionen el servicio público, porque la Administración Pública no sabe.
La propuesta, en sí mismo, está hueca y no cuenta con un mínimo estudio que sustente, de forma creíble, el coste económico y el impacto medioambiental, eso sí, de lo que está seguro es que va a ser muy rentable. ¿Cómo la LAC?
En el sentido de la supuesta rentabilidad, se dice que el proyecto generará una inversión de 40.475.000 euros, cuando el coste del proyecto es de 129.550.000 €. Mal empezamos porque los números no cuadran y, además, se oculta que la entidad Teleférico Sierra Nevada S.A. sólo tiene un capital social de 600.000 €, repartido entre varias empresas. Esto, nos lleva a la conclusión que el dinero se pedirá a la banca, aumentando así la deuda de las instituciones públicas, entre otras, el Ayuntamiento de Granada, que ya tiene un endeudamiento de 300 millones de euros, generada por el sabotaje a las cuentas públicas municipales que han hecho los sucesivos gobiernos del Partido Popular en nuestra ciudad. Es decir, más deuda por la ciudadanía de Granada, mientras, nuestros recursos naturales explotados por fondos buitre.
Vayamos a lo práctico. Según dice el gran valedor de la propuesta se va a generar un empleo equivalente a 2084 empleos que se emplearían, se supone, en la construcción del Teleférico, sin embargo, la citada sociedad mercantil hace una estimación de 26 puestos de trabajo fijos, repartidos entre empleados de la instalación, administrativos y personal directivo, a lo que habría que añadir alguna contratación laboral más para mantenimiento. Pues, las cuentas tampoco salen y parece más que probable que el verdadero negocio se consiga por las recalificaciones urbanísticas, expropiaciones y similares. De nuevo, un pelotazo.
El desprecio al impacto medioambiental es evidente, pues lejos de que se produzca una reducción del tráfico rodado a la Estación de Sierra Nevada, va a incrementarse pues, el coste del billete del Teleférico por persona va a superar con creces lo que cuesta subir en automóvil; con 20 euros suben 4 personas, ya que, ese es el coste del carburante que se consume cuando se utiliza el coche. El desconocimiento de la realidad es temerario, se ignora a sabiendas, que ya está faltando agua que asista a los cañones de nieve, lo que limita sustancialmente las perspectivas de negocio en un futuro mediato. Vamos, que tiene toda la pinta que va a ser una inversión ruinosa para el presupuesto público.
Pero también, se parte de la idea de que somos tontos, que no sabemos leer, cuando en el mismo proyecto se alerta respecto a que el impacto de la construcción, afectará con gravedad a la flora y a la fauna presente, que goza de especial protección, lo que unido, al brutal movimiento de tierras obligará a abrir nuevos caminos y accesos, repercutiendo en lo que se denomina el drenaje secundario, cuyo resultado tendrá un efecto destructivo para la existencia y vida del Parque Nacional de Sierra Nevada.
Así mismo, la propuesta esconde otro asuntillo, cual es, la construcción de urbanizaciones. Es la segunda parte de la película rosa que nos exhiben, que tendrá como consecuencia directa la privatización de suelo público protegido, de lo que se encargará una empresa cuyo capital social, dicho en Román Paladín, no da ni para poner las casetas de la feria. Lo dicho, un pelotazo.
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