Presumir de gestión (I)
No es fácil para un ciudadano de a pie valorar si un equipo de gobierno gestiona bien los recursos de la Administración de la que es responsable. Resulta complicado distinguir la propaganda de la realidad, más aún siendo ésta tan compleja técnicamente. Es cierto que siempre existen indicadores que muestran de forma más sencilla la situación, pero aún así no resulta comprensible dado que o no se explican o se exponen de forma interesadamente selectiva y de la la forma más benévola para el gestor.
Durante los últimos meses presume el PP de una buena gestión en el Ayuntamiento de Granada cuyo resultado sería una clara mejora de las finanzas municipales e insiste especialmente en la reducción del Periodo Medio de Pago a Proveedores (PMP). Ciertamente se trata de un indicador relevante dentro de la gestión económica municipal. Y en efecto sus valores son realmente buenos en los últimos meses. Por primera vez en muchos años el tiempo medio de pago de facturas a proveedores baja de los 30 días que exige la ley. Pero lo que no se explica es cuánto de la misma se debe al mérito de la propia gestión del gobierno municipal y qué parte se debe a causas externas.
El Ayuntamiento venía arrastrando una pesada deuda financiera ocasionada por una pésima gestión de los gobiernos del alcalde Torres Hurtado (PP), de los que precisamente formó parte la actual alcaldesa, señora Carazo. Tal endeudamiento derivó en la prohibición legal de contratar nuevos préstamos. Esta situación provocó que el Ayuntamiento tuviera que hacer frente a una enorme carga financiera, pagando elevados intereses y amortizaciones de capital. Esta carga financiera alcanzó su cima en el periodo 2017/19 cuando se llegaron a pagar hasta 33 millones/anuales, casi 90.000 euros/día. Una auténtica losa.
Producto de esta sangría, mientras se pagaba a los bancos se dejó de pagar a los proveedores, con los que se generó una creciente deuda y a los que de hecho se convirtió en los nuevos prestamistas del Ayuntamiento. Esta situación conllevó a que el PMP se disparara hasta alcanzar su récord en agosto/2019, con el gobierno del PP y Ciudadanos (Cs), en el que se tardaba en pagar las facturas una media de 243 días, más de 8 meses. Desde entonces, y con altibajos, la tendencia ha sido a la rebaja paulatina del PMP.
Cada una de las sucesivas corporaciones (PP-Cs, PSOE y nuevamente el PP) han venido presumiendo de esa evolución positiva. Pero para conocer cuales sean sus respectivos merecimientos deberían haber explicado, más allá de las autoalabanzas genéricas, qué medidas concretas adoptaron para mejorar las cuentas municipales, algo que realmente nunca se ha hecho seriamente.
En mi opinión hay tres decisiones o circunstancias principales que están en la base de esta mejora del PMP, aunque no son las únicas. Ninguna de ellas es de iniciativa municipal.
La primera fue la denominada Medida 5, implementada por el gobierno central (PSOE con apoyo de Unidas Podemos) en noviembre de 2019, es decir inmediatamente después de que el Ayuntamiento alcanzara su pico máximo de PMP. Consistió en refinanciar gran parte de la deuda financiera (la relativa al Fondo de Pago a Proveedores), unos 53 millones, rebajando el tipo de interés (1,311%), ampliando diez años el plazo de amortización y aplicando dos años de carencia. Esta medida facilitó al Ayuntamiento un mínimo de 7 millones anuales de liquidez.
La siguiente fue una medida obligatoria, puesta en marcha también por el gobierno central (PSOE+Unidas Podemos) en 2023, que consistía en convertir en deuda bancaria a diez años buena parte (35,6 millones) de la deuda del Ayuntamiento con proveedores. Esta medida no solo contribuyó a reducir el PMP a corto plazo sino que al tener el préstamo contraído un tipo de interés muy favorable y con dos años de carencia, se favorecía a medio plazo la gestión financiera municipal.
La tercera ha sido la financiación extraordinaria que ha recibido el Ayuntamiento a través de las liquidaciones complementarias de su Participación en los Ingresos del Estado (PIE), derivadas del aumento de los ingresos del Estado producto del crecimiento económico del PIB en los últimos años. Por este concepto el Ayuntamiento recibió un ingreso extraordinario de casi 20 millones en 2024, correspondiente a la liquidación definitiva de la PIE de 2022. Además, por supuesto, del aumento sucesivo de estos ingresos, que han crecido en 24 millones anuales en los últimos 4 años.
Hay otras circunstancias que explican también parte de la mejora financiera del Ayuntamiento. Una de ellas, muy relevante, es la venta de su Patrimonio Municipal del Suelo. Por este concepto se han ingresado más de 25 millones durante los últimos cuatro años (2021/2024). Esta venta tiene dos particularidades. La primera, que implica la pérdida de patrimonio municipal y por tanto una importante descapitalización. La segunda, que desde los sucesivos gobiernos municipales se ha renunciado a acometer cualquier tipo de política municipal en materia de vivienda. Con la que está cayendo.
(Continuará).