Rescatar Granada
Afirma Yuval Noan Harari que “los sapiens pueden cooperar de maneras extremadamente flexibles con un número incontable de extraños. Esta es la razón por la que los sapiens dominan el mundo, mientras que las hormigas se comen nuestras sobras y los chimpancés están encerrados en zoológicos y laboratorios de investigación”.
Esto leído así, de sopetón, puede resultar tan gráfico como la desagradable tragicomedia que estamos viviendo en el Ayuntamiento de Granada.
Llevamos años inmersos en una situación política que está teniendo como principal perjudicada a nuestra ciudad y, por extensión a las personas que vivimos o trabajamos en ella. Granada es una de las ciudades con más potencialidades no solo de Andalucía, sino de toda España, y si me apuran de Europa, con una Universidad puntera en el mundo. Digamos que tenemos todas las cualidades básicas y sin embargo (y en esto coinciden muchos también) nos cuesta un trabajo enorme sacar proyectos en común.
En el 2016, y en unos momentos extremadamente complicados, un PSOE solo con ocho concejales se vio en la necesidad de formar gobierno en la ciudad tras una operación policial que sacó al alcalde del PP por la puerta de atrás. En aquel momento, solo el sentido de la responsabilidad fue lo que impulsó al PSOE al cambio de gobierno. Si analizan aquellos años podrán concluir que fueron muy escasas las ocasiones en las que el equipo de gobierno socialista tuvo el apoyo del resto de los grupos. Aquella situación se presentaba más como una ocasión para destruir y desgastar a Paco Cuenca que para alcanzar acuerdos de futuro.
Es cierto que en España, quizás por la forma en la que hemos construido nuestra democracia que es muy joven todavía, no tenemos una tradición de colaboración y consenso. Pero parece obvia la necesidad de cambiar las actitudes, y también las aptitudes, en pos del necesario consenso.
Estos días estamos de nuevo asistiendo a momentos esperpénticos y surrealistas en la Plaza del Carmen. Dos años han estado enfangados en el lodazal del dos mas dos. Primero negándolo todos los actores (menos uno); luego aceptándolo todos los sujetos (menos uno), y en cualquiera de los casos teniendo a Granada en un segundo plano. Ahora, y dinamitando la situación, abandonando el barco nada más y nada menos que ocho de los miembros del Junta de Gobierno Local provocando con ello el bloqueo administrativo del Ayuntamiento. En todas esas acciones, ¿dónde está el interés colectivo? La verdad es difícil encontrarlo.
Y en esa situación, en una clara muestra más de irresponsabilidad, el Alcalde sigue atrincherado acompañado solo y exclusivamente por un fiel escudero. ¿A qué espera para dimitir.?
La verdad es que la situación en estos momentos es muy compleja pues los números son los que son, y por mucho que se especule solo existen dos soluciones factibles. La primera, y entiendo que la más razonable es que el Alcalde dimita y se convoque un nuevo pleno de investidura. Si hay un acuerdo que alcance los catorce votos, obtendrá la alcaldía con el candidato que se proponga. Y si ese acuerdo no se logra, gobernará la lista más votada en la ultimas elecciones que fue la del PSOE. Pero si esa solución no se da, la única alternativa es presentar una moción de censura que necesita 14 firmas para que prospere.
¿Cuánto tiempo vamos a aguantar los grupos municipales en esta situación? Los días pasan y todos coinciden que la prolongación de la situación provocará daños irreversibles, incertidumbre, inseguridad jurídica, etc.
Ante esta situación de parálisis e inmovilismo, el grupo mayoritario del Ayuntamiento ha tenido que mover ficha poniendo encima de la mesa un programa, como ha hecho paco Cuenca, de cuarenta medidas para rescatar la ciudad, y tratar de desbloquear la situación del Ayuntamiento. Un conjunto de propuestas absolutamente abiertas a los distintos grupos y a la propia sociedad. Se trata de un conjunto de alternativas pensadas para el futuro de esta ciudad, con el único objetivo de que de una vez por todas se pueda romper la parálisis y la inacción en la que estamos inmersos. Un plan de rescate para que pongamos por delante a esa Granada que queremos construir. La decisión la tienen ahora el resto de formaciones políticas llamadas a ser valientes y elegir d sumarse al equipo del rescate, un equipo que debería estar respaldado por 22 firmas que avalen, llegado el caso, el certificado de caducidad de un equipo de gobierno que nació bajo el tufo de la mentira y la traición y que ha certificado el periodo más turbio en el Consistorio desde la llegada de la democracia, además de provocar una terrible crisis institucional, sin precedentes, con unos costes que habrá que avaluar.
