jueves 25 abril
Opinión  |   |

Un año, dos ausencias

En mayo de 2019, el PSOE conseguía la victoria en las elecciones locales de Granada. Desde 1987 los socialistas no lograban ganar en la capital. Con diez concejales se situaban como primera fuerza política en la Plaza del Carmen, tres ediles más que la segunda candidatura, seis más que la tercera, y siete más que la cuarta y la quinta. Todos los titulares de aquella fecha señalaban, sin lugar a dudas la victoria del Partido Socialista Obrero Español. Sin embargo, la aritmética de la composición del Pleno hizo posible que un partido con solo cuatro concejales pudiera obtener la alcaldía. Ahora se cumple un año de aquella circunstancia.

Si echamos la vista a los titulares de aquellos días, podemos ver cómo hasta pocos minutos antes de la celebración del pleno para la elección del Alcalde, la situación no estaba nada clara. Mil rumores, teorías y componendas se mezclaban en el día a día. Bastaba ver las caras de los corporativos para comprobar que hasta la lectura del último voto emitido, nadie aseguraba que no hubiese sorpresa y que alguien no atendiera a un pacto o compromiso que aún a día de hoy, no se conoce. Lo que mal empieza, mal acaba. Ese parto precipitado, forzado, fuera de las fronteras de Granada, y oscuro (por poco transparente), ha sido el camino en el que se ha enmarcado el año transcurrido desde entonces hasta estos precisos momentos.

Entiendo y comprendo que los balances se pueden ver desde distintas ópticas, y por tanto se le puede dar un sentido positivo o negativo dependiendo de quién los realice. Por eso, y para tratar de hacerlo del modo más objetivo posible, he ido analizando mes a mes cuales han sido los hechos mas significativos que han merecido y motivado los titulares de la prensa local.

El primer dato que resalta es la falta de convocatoria de pleno ordinario que es el órgano que marca y refleja la iniciativa del gobierno. Nada menos que hasta finales de septiembre no se celebra el primero que, además, se caracteriza por centrar el debate en la convulsa situación política con insinuaciones de moción de censura y falta de estabilidad del equipo de gobierno. Todo ello, ya ponía en evidencia que los socios que habían hecho posible la elección del alcalde, tenían entre sí importantes diferencias. El debate del dos más dos, marcó el arranque del mandato de esta corporación. Aún a día de hoy, si bien es cierto que languidecido, se sigue manteniendo que en el último momento, y tras un cambio de cromos, se estrecharon la mano las cabezas electorales del Partido Popular y de Ciudadanos comprometiéndose ambos a compartir la alcaldía de Granada. Uno niega al otro, y éste reniega del primero. Pero a día de hoy uno sigue siendo el Alcalde, y el otro su Primer Teniente. Continuará.

La segunda gran cuestión que aparece en el reflejo de la acción de gobierno, es la subida generalizada del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) un 3% a todas las familias. Sin mirar o atender a otros criterios que pudieran compensar la capacidad económica de sus titulares, el Pleno del Ayuntamiento aprobó (solo con los votos en contra del PSOE) un incremento que ahora en estos meses se está viendo repercutido en los recibos que se están girando para su cobro.

En diciembre, la gestión del Gobierno municipal se centró en la subvención de los nueve millones de euros que la ciudad podría recibir para el Plan Granada en Clave de Empleo. En esta ocasión se puso de nuevo en evidencia la falta de estabilidad del bipartito. Incluso el concejal delegado del área, llegó a amenazar con su dimisión. Fueron días de idas y venidas, informaciones contradictorias, apoyo de los sindicatos mayoritarios, Pleno extraordinario convocado conjuntamente por la oposición para al final, llegar a una renuncia definitiva del proyecto. Nueve millones que ahora, con la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, seguramente serían de buena ayuda.
A comienzos del presente año, la protagonista fue la denominada Comisión de Contratos. Otro nuevo espectáculo que en esta ocasión evidenciaría aún más la brecha en el bipartito y acabaría con la dimisión del Presidente del Partido Popular. Una comisión que nacía con la finalidad de ser un elemento de transparencia y que, al final se aceptó que la presidiera la ultraderecha, acabó su corta existencia sin hacer prácticamente nada hasta la dimisión de Miralles a finales de abril. A día de hoy no se sabe nada de esta comisión, pero puso de manifiesto las tensiones del equipo de gobierno.

Después llegó la declaración del estado de alarma... caracterizado (salvo honrosas excepciones) por el silencio y clamorosas ausencias.

En las duras circunstancias que estamos viviendo resalta sin lugar a dudas el acuerdo alcanzado para dotar de unos presupuestos al Ayuntamiento después de tantos años sin conseguirlo. En momentos en los que la confrontación y el enfrentamiento parece lo más común, el hecho de que surjan acuerdos para sumar y avanzar aún con posiciones políticas muy diferentes, otorga más valor e importancia al papel de los partidos, y especialmente de la generosidad del PSOE. En esta ocasión otra clamorosa ausencia, ahora de quien preside la corporación.

Un año caracterizado por la falta de iniciativas por parte del equipo de gobierno, por sus divisiones y por ausencias muy significativas que tendrán consecuencias políticas.

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Columnista
José María Corpas

Concejal del Grupo Municipal Socialista y Secretario de Política Municipal del PSOE de Granada capital

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