lunes 29 abril
SUCESOS  |   | Redacción aG

Detenido en un pueblo de Granada acusado de colocar cebos envenenados que mataron a dos perros

Además, han localizado más de 300 plantas en su cortijo y una escopeta que fue robada en La Zubia en 1999

La escopeta hallada por los agentes en el interior del cortijo del arrestado. Foto: Guardia Civil

La Guardia Civil, en el marco de la operación Prado Largo, ha detenido en un pueblo de Granada a un hombre de 42 años, con antecedentes policiales, como presunto autor de un delito relativo a la protección de la flora, fauna y animales domésticos por la colocación de cebos envenenados y la muerte de dos perros, acusado además de un delito de tenencia ilícita de armas, otro contra la salud pública por cultivo de droga y otro delito de defraudación de electricidad.

El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) de Granada puso en marcha esta operación el pasado septiembre, justo después de que murieran dos perros envenenados por Aldicarb en las inmediaciones del Peñón de la Mata, en el término municipal de Cogollos Vega, ha informado el Instituto Armado en un comunicado.

Aldicarb es un insecticida de uso fitosanitario cuya comercialización y uso fueron prohibidos en el año 2007 por el riesgo potencial que representaban para las personas y la fauna.

Los cebos envenenados que acabaron con la vida de los dos perros, y que casi le cuesta la vida a un tercero, aparecieron en la zona poco antes de que se abriera la veda de caza.

Método ilegal

El Seprona de la Guardia Civil persigue esta práctica, habitual en el pasado, por la que los presuntos autores colocan cebos envenenados con el fin de eliminar los depredadores naturales de las piezas de caza.

Este método de control de depredadores es ilegal porque no es selectivo, es cruel y afecta a otras especies a las que no va dirigido como especies protegidas y animales domésticos, como por ejemplo los dos perros que murieron envenenados. De hecho, el lugar en el que aparecieron los cebos envenenados forma parte de las áreas de dispersión de los linces ibéricos que la Junta de Andalucía liberó en Sierra Arana.

Tras la denuncia de la muerte de los dos perros, agentes del Seprona junto con la Unidad Canina de la Estrategia Andaluza contra el Veneno y agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, realizaron una inspección donde apareció uno de los perros muertos, y localizaron dos cebos de carne envenenada con Aldicarb colocados estratégicamente en una zona de paso de animales y dentro de los límites de uno de los cotos de caza del término municipal de Cogollos Vega.

Los investigadores del Seprona de la Guardia Civil de Granada con sus pesquisas averiguaron que uno de los responsables del coto había sido visto por varios testigos en la zona donde más tarde encontraron los cebos envenenados.

Vigilancia discreta

Una vez identificado el posible sospechoso, los agentes del Seprona le realizaron una vigilancia discreta hasta recabar las pruebas suficientes para que el juzgado de Instrucción competente de Granada autorizara el registro de su vivienda y la parcela en la que está construida.

Lo primero que registró la Guardia Civil fue el coche que el detenido tenía estacionado dentro de la parcela junto a su vivienda. En él localizaron una bolsa con restos de Aldicarb debajo del asiento del conductor.

Dentro de la vivienda los agentes encontraron una escopeta de caza que había sido robada en la localidad de La Zubia en 1999, 361 cartuchos del mismo calibre de la escopeta y un visor telescópico de caza. En este punto hay que hacer constar que el detenido carece de licencia de armas.

El registro siguió en el exterior y en un bancal cercano a la vivienda los agentes encontraron 12 plantas de cannabis sativa. La sorpresa de los agentes se produjo al inspeccionar el siguiente bancal, donde vieron extendidos varios fardos de los que se utilizan para la recolección de la aceituna y encima un amplio manto de restos de poda de olivo.

Al removerlos descubrieron una puerta metálica que daba acceso a un contenedor que había sido enterrado y que contenía todo lo necesario para el cultivo “indoor” de cannabis y más 290 plantas en avanzado estado de crecimiento. Por último, la Guardia Civil también descubrió una doble acometida ilegal de electricidad.

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