Como leones panza arriba
El Granada CF rompe el pronóstico de quienes creían que perdería sí o sí en San Mamés · Pina afloja la cartera para pagar las entradas de los valientes que fueron a Bilbao
Los jugadores del Granada CF se despiden con una ovación de los cien aficionados granadinos desplazados a San Mamés. Foto: LOF
En las inmediaciones del Estadio de San Mamés, a escasos metros del nuevo templo futbolístico de Bilbao, la antesala de un partido del Athletic suele estar llena de buen ambiente aunque el partido se juegue por la mañana. Así, el desayuno es un buen momento para informarse ante quién juegan los rojiblancos, a qué equipo reciben y qué aspiraciones deben tener los bilbaínos.
-"¿Es que hay partido hoy?", pregunta en una cafetería una señora recién levantada a un aficionado con una bufanda que lo destapa como seguidor de 'los leones'.
-"Si, jugamos con el Granada", responde el aficionado a la mujer mientras esta va tomando asiento en el establecimiento.
-"¿El Granada? Bah, eso está hecho. El Granada...", añade la ignorante 'futbolera' para sentenciar que los leones de la Alhambra no serán capaces de hacer nada ante los de la Catedral. Pero aún quedaba mañana por delante. Y vaya si quedaba.
Todavía tenían que pasar cosas hasta que en torno a las 14.00 horas el Granada CF celebró el tercer empate de la era José González y el quinto de seis partidos sin conocer la derrota. Por ejemplo que los aficionados granadinistas desplazados hasta Vizcaya estuvieran a punto de pagar los 45 euros que les iba a costar alojarse en la 'jaula' más alta de San Mamés para presenciar el partido.
Pero entonces, una llamada justo ante las taquillas les daba la primera de las dos buenas noticias que iban a recibir en el domingo. "Quique Pina paga las entradas", les avisaban desde el club. El ahorro era más que considerable después de cruzarse, como por ejemplo Fran y José Antonio, el país de punta a punta.
Pina pagó la entrada a todos estos aficionados rojiblancos desplazados a San Mamés. Foto: Luis F. Ruiz
Una vez dentro del estadio bilbaíno los que nunca lo han visitado pueden constatar de la grandeza del estadio. Sus dimensiones lo convierten en un templo de obligada visita para cualquier aficionado futbolero, en el que desde que saltan los equipos a calentar se respira clase y señorío. Por ejemplo, los rojiblancos -los del Granada CF-, este domingo de blanco, fueron aplaudidos al saltar al césped.
También es un momento significativo cuando suena el himno del Athletic con su grito de guerra o cuando las cosas salen bien a sus jugadores. Las ovaciones se suceden constantemente.
Y en todo este ambiente, el Granada CF tuvo sus altibajos. Momentos buenos, malos y regulares. Fue en este último estado en el que consiguió quedarse gran parte del partido para en el minuto 77 Peñaranda calló algunas de las mismas bocas que el día después del Valencia intentaron responsabilizarlo de no se sabe bien el qué.
Con el punto en la buchaca, el Granada CF ha vuelto a confirmar que San Mamés es un estadio en el que convendría jugar más que un partido a lo largo de la temporada. El bagaje al menos en cinco partidos no puede ser más positivo, teniendo en cuenta el escenario del que se trata: dos victorias, un empate y dos derrotas.
A estas alturas de temporada, puntuar, aunque sea solo uno, siempre viene mejor que sacar cero. El Granada CF sigue dando demostración de que quiere quedarse en Primera División y es algo que lo defiende como 'gato' panza arriba, o en el caso de este domingo, como leones.
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