Multas de hasta 3.000 euros en la cruzada de Granada contra las despedidas de soltero
El objetivo es erradicar conductas "inadecuadas" que perturben la seguridad ciudadana
Granada ha reactivado, a través de un reciente bando municipal del alcalde, Francisco Cuenca, su cruzada contra las despedidas de soltero por la alteración y perturbación que este tipo de fiestas pueden provocar en la ciudad, que ha reforzado los controles para garantizar una adecuada convivencia y que cuenta con sanciones de hasta 3.000 euros para infracciones graves.
En el bando, el regidor recoge que la ciudad es un espacio colectivo en el que todas las personas tienen derecho a encontrar "su realización personal, política, social, con las condiciones ambientales óptimas, lo que implica deberes de solidaridad, respeto mutuo y tolerancia".
Preservar ese espacio público de civismo, con pleno respeto a la dignidad y a los derechos de todos, es una competencia que el Ayuntamiento tiene regulada a través de una ordenanza de medidas para fomentar y garantizar la convivencia ciudadana, recuerda el alcalde.
Con la llegada de una nueva estación del año, cuando se detecta un auge de las llamadas despedidas de soltero, Cuenca ha encargado a la Policía Local el "cumplimiento exhaustivo" de la referida ordenanza de la convivencia, con la consiguiente denuncia de cuantas infracciones puedan detectarse.
El objeto, señala el bando, es erradicar conductas "inadecuadas" que perturben la seguridad ciudadana, con hincapié en infracciones como el consumo de sustancias que puedan generar dependencia como bebidas alcohólicas y drogas.
Además, las personas que no respeten las normas de comportamiento que establece la ordenanza en la vía y en los espacios públicos serán requeridas para que cesen en su actitud y, en caso de negativa, podrán ser desalojadas.
También recoge que está prohibido hacer necesidades fisiológicas, como defecar, orinar o escupir, en cualquiera de los espacios definidos en la ordenanza, que también regula la contaminación acústica derivada de diferentes emisores de ruidos y vibraciones que sobrepasen los límites.
Entre otras cuestiones, se prohíbe cualquier acción que provoque una elevación de los niveles sonoros por encima de los límites establecidos, con la obligación de respetar el descanso del vecindario y de evitar la producción de ruidos que alteren la normal convivencia, independientemente de la hora del día.
En concreto, señala que el uso de radios, televisores, equipos e instrumentos musicales, megáfonos de propaganda o publicidad y similares en la vía pública solo podrá hacerse con autorización municipal.