sábado 27 abril
Cultura  |   | Redacción aG

El Teatro Alhambra presenta ‘The generosity of Dorcas’, una danza de éxtasis físico y mental

El bailarín Mattero Sedda protagoniza el fascinante y conmovedor solo con música firmada por Dag Taeldeman

El espectador disfrutará de 50 minutos de danza en un espacio negro. Foto: Gabinete

El Teatro Alhambra, dependiente de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, ha presentado el espectáculo ‘The generosity of Dorcas’, del creador multidisciplinar belga Jan Fabre para este viernes y sábado, a las 21.00 horas. Con este espectáculo se prosigue la programación de danza contemporánea establecida para el espacio escénico.

Fabre es considerado uno de los artistas más innovadores y versátiles de nuestros días. Ha producido trabajos como artista visual, director de teatro, coreógrafo y autor. A lo largo de los años, ha creado varios proyectos en solitario para sus intérpretes, incluyendo solos de danza y monólogos de teatro tales como ‘Angel of Death’ y ‘Another Sleepy Dusty Delta Day’ (con Ivana Jozic), ‘Preparatio Mortis’ (con Annabelle Chambon) o ‘Quando l’uomo principale è una donna’ (con Lisbeth Gruwez), entre otros.

Con esta nueva pieza, Fabre quiere honrar la generosidad de Matteo Sedda, un bailarín italiano que ha sido parte del reparto original y el proceso creativo de la aclamadísima ‘Mount Olympus. To glorify the cult of tragedy. A 24-hour performance’.

‘The Generosity of Dorcas’ es un solo de danza de 50 minutos, fascinante y conmovedor. Un escenario negro y oscuro acoge al intérprete. El bailarín se mueve libremente. Encima de su cabeza se observarán cinco hileras de cuerdas de lana de diferentes colores; cada cuerda termina en una gran aguja que apunta hacia abajo, como un cielo, o una lluvia de agujas sobre la cabeza del artista.

A través de la repetición de varios movimientos seleccionados a partir de la música compuesta por Dag Taeldeman, el bailarín llega a un estado de éxtasis físico y mental, a un trance, mientras que se deja guiar por las ondas de la música. Transportado por el ritual de la danza, el intérprete lentamente transciende y cambia a un estado más elevado del ser, como Dorcas en la resurrección.

Esta es la sexta vez que Jan Fabre colabora con el músico y compositor Dag Taedelman, en cuya creación, el ritmo paulatinamente se vuelve más y más rápido. Con tambores sonando constantemente, sensuales solos de bajos y diversas voces, la pieza va in crescendo hasta alcanzar un clímax agitado y grandioso.

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