Fray Leopoldo sigue presente en Granada 67 años después
Cientos de personas procedentes de distintas provincias de Andalucía en su mayoría han visitado este jueves la cripta del fraile limosnero
La cripta que acoge en Granada los restos de Fray Leopoldo de Alpandeire se ha convertido este jueves, como cada 9 de febrero, en un continuo ir y venir de fieles que, con su visita, renuevan su devoción al beato malagueño en el 67 aniversario de su muerte.
Desde primeras horas de esta mañana, cientos de personas procedentes de distintas provincias de Andalucía en su mayoría, pero también de fuera de la comunidad, confluyen en la cripta del fraile limosnero, en una afluencia continua que suele iniciarse en días previos al aniversario pero que alcanza su máxima concurrencia el día de hoy.
Alfonso Ramírez, vicepostulador de la Causa de Fray Leopoldo, ha explicado que el hecho de que hace ya unos años decidieran abrir a diario la cripta ha evitado las largas colas que solían registrarse el día del aniversario de la muerte para visitar la tumba del fraile, con el mármol ya desgastado en el punto en el que se permite pasar la mano.
"Desde la primera misa de la mañana -se celebrarán seis a lo largo de todo el día-, los bancos de la iglesia han estado casi llenos", señala el vicepostulador de la causa, que indica que llevan recibiendo visitas y excursiones organizadas desde principio de la semana: "Ya no se reducen al día 9, quien no puede venir ese día lo hace en los anteriores".
Todo el que tenga 80 años, incluso algunos menos, ha podido conocer al fraile, dice Ramírez.
De hecho, algunos le relataban hoy que la abuela de la familia llegó a conocerlo porque vivía cerca de él: "Los niños lo rodeaban y él se entretenía con ellos, de tal manera que a veces tenía que abrirse paso como podía porque los chiquillos no le dejaban".
En los últimos años, el aniversario de la muerte se ha acompañado de alguna que otra novedad, como la bendición del pan de Fray Leopoldo, "unos panecillos pequeños que hacen las salesas del Cerrillo de Maracena" para ser repartidos entre los fieles.
También, explica, se celebra el tránsito (a la otra vida) del fraile, con la lectura de los salmos y fragmentos del Evangelio elegidos por San Francisco de Asís para el suyo propio.
Nacido en la localidad malagueña de Alpandeire en 1864, el conocido como fraile limosnero, Francisco Tomás Sánchez Márquez, tomó el hábito capuchino en el convento de Sevilla en 1899, momento en el que cambió su nombre por el de Leopoldo.
En 1904 llegó a Granada, donde se quedó definitivamente y donde se hizo muy popular por su oficio de fraile limosnero, que siguió hasta su muerte en esta ciudad a los 92 años el 9 de febrero de 1956.
El 12 de septiembre del 2010 tuvo lugar la beatificación su beatificación, que fue presidida por Angelo Amato, prefecto de la congregación de las causas de los santos y delegado pontificio para la celebración.