Investigados cinco menores en Granada tras golpear y dar botellazos a varias personas por diversión
Los hechos se producían principalmente los viernes y sábados en una misma zona de la ciudad
La Policía Nacional de Granada ha investigado a cinco menores como presuntos integrantes de un grupo que habría iniciado una oleada de agresiones físicas violentas e indiscriminadas, incluso a botellazos, sin ningún motivo aparente y con el único fin de divertirse con ellas.
Los hechos han sucedido desde el pasado marzo con un incremento de las agresiones ocurridas entre las 20.00 y las 23.00 horas en el Distrito Sur de la ciudad, siempre por varios miembros del grupo, según ha indicado el cuerpo policial en una nota.
La investigación se inició cuando agentes del Grupo de Menores (Grume) detectaron un incremento en el número de denuncias recibidas por agresiones físicas violentas. Los hechos se produjeron principalmente los viernes y sábados en una misma zona.
Tras su análisis, elaboraron una hipótesis en la que se estableció un patrón común, tanto en el ámbito de actuación, como en el 'modus operandi', llegando a la conclusión de que los ataques fueron realizadas por los mismos autores.
En los ataques, uno de los jóvenes supuestamente se acercaba a las víctimas mientras estas se encontraban sentadas en un banco del parque o caminando por la calle y les solicitaba un cigarrillo o similar. Al rechazar la petición, volvía con otros miembros del grupo y, sin más, la emprendían a golpes e incluso botellazos, sin ninguna otra causa que justifique dicha actuación.
Algunas de las víctimas necesitaron asistencia sanitaria por las lesiones sufridas, ya que se trataba de un grupo muy numeroso con un elevado grado de violencia. Además, varios ocultaban sus rostros, muy posiblemente para dificultar su identificación.
No obstante, los investigadores contaron con la colaboración de otras unidades de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, principalmente de la Unidad de Prevención y Reacción en el establecimiento de vigilancias y dispositivos específicos en los que se identificó a menores que se encontraban en el lugar establecido y en la franja horaria interesada, cuyas características físicas eran coincidentes con las aportadas por las víctimas.
Los primeros dispositivos revelaron la identidad de algunos de estos jóvenes y se apreció una disminución "considerable" del número de ataques lo que, unido a las múltiples pesquisas llevadas a cabo, derivó en la investigación de cinco menores que estarían implicados en estos sucesos cometidos de forma grupal.
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