sábado 27 abril
LA CÍNICA INTERVIÚ  |   | Francisco Barajas

“La ciudadanía no está alejada de la política, sino de ciertas formas de hacer política”

Juan José Martín Arcos (PSOE): “Hay que desenmarañar el estado de las cosas para que la política vuelva a una senda de utilidad pública”.

Juan José Martín Arcos se ha convertido en el parlamentario más joven. Foto: aG

Juan José Martín Arcos se ha convertido en el parlamentario más joven. Foto: aG

Juan José Martín Arcos, licenciado en Química, treinta y dos años y concejal electo de Juventud, Comunicación, Turismo y Comercio del equipo de gobierno del PSOE en el Ayuntamientote Pinos Puente, es el nuevo parlamentario andaluz socialista que sustituye a la ya ex parlamentaria Clara Aguilera. Un político joven en un hombre con los años precisos para dedicarlos a la política que últimamente está algo deteriorada por las travesuras políticas y por los pecadillos políticos de hombres públicos, mujeres también, que han antepuesto sus egoísmos, personalismos y fanfarrias corruptas variadas a su condición de servidores públicos honrados, trabajadores e íntegros al servicio del pueblo soberano. Felicidades, señor Martín Arcos, don Juan José. Y sea usted bienvenido al mundo político autonómico. Se necesita gente joven para el mundo político, y porque entendemos que estos hombres, también mujeres, pueden aportar formas nuevas en la vida política porque son muy necesarias para el buen navegar de la democracia. Interesante entrevista, por las respuestas del señor Martín Arcos, y tan nítida como hacer autocrática constructiva. La democracia regenerada necesita personas jóvenes honestas, trabajadoras, éticas y con ganas de servir a la sociedad civil. Gracias.

Pregunta.- La juventud al poder… ¿Y como se le queda el “body” al conocer que es usted el parlamentario andaluz más joven de esta legislatura actual?

Respuesta.- Personalmente, estoy muy orgulloso de poder llevar a cabo esta importantísima responsabilidad. Es sin duda un reto importante y espero estar a la altura de las exigencias. Pero no por el mero hecho de ser joven, sino porque para cualquier persona dispuesta a asumir este tipo de responsabilidades, la vocación de servicio público siempre se plantea en estos términos, sea en un Ayuntamiento, en el Parlamento andaluz o en cualquier otra institución pública. En política, la gente no se clasifica por edades, sino por opiniones. Obviamente, a mayor capacidad de decisión, mayor es la posibilidad de hacer política y mayor el reto. Lo de la juventud yo no lo veo como una anomalía. Pertenezco a una generación que está llegando ahora a la vida pública, y que ha visto los males del sistema y ha sentido tanta vergüenza como indignación. Llevo mucho tiempo haciendo política con gente joven que demuestran responsabilidad y buen hacer. La juventud no es un valor, pero sí puede aportar una frescura o conexión con problemas específicos de carácter generacional. Nada más.

P.- El viento da alas a todo aquello, animal u cosa, que no las tiene… ¿Los químicos suelen ser excelentes políticos, o quizá son mejores investigadores?

R.- Para estar en política personalmente creo que es necesario, en primer lugar, sentirse ciudadano. Para ayudar a mejorar la vida colectiva uno debe sentirse tan ciudadano como el resto, con sus preocupaciones y problemas. En segundo lugar, hay que tener vocación pública, o lo que es lo mismo, querer ayudar a solucionar esas preocupaciones y problemas. Y en tercer lugar, ser honesto con lo que uno piensa y siente. Con esos ingredientes, cualquiera puede ser político porque cualquiera se puede sentir ciudadano con vocación de servicio público y demostrar honestidad consigo mismo. Da igual si es químico, médico, jornalero o está en paro.

P.- Un pueblo es ese espacio territorial en el que todavía se puede vivir con buena calidad de vida… ¿Pinos Puente es una república local en la que todavía se puede vivir agradablemente?

R.- En esa tarea estamos. Desde que en 2011 empezáramos una nueva etapa en Pinos Puente, nuestro afán no ha sido otro que trabajar por mejorar nuestros pueblos e intentar hacer que nuestros vecinos se sientan orgullosos de su pasado, de su presente y de su futuro como pueblo. Y se nota cuando el barco rema en la misma dirección y hay un gran capitán que ayuda a ello, porque una de las cosas que más nos alegra, es cuando fuera de Pinos Puente nos dicen que no paramos de hacer cosas y que la gente tendrá que estar contenta. Pero en realidad, quien mejor contestará esa pregunta, serán los ciudadanos en mayo de 2015.

P.- Se necesitan políticos que no sepan meter las manos en el cajón del pan público… ¿El PSOE debería de convocar elecciones anticipadas para paliar en algo la pésima imagen de algunos políticos y ex políticos socialistas y socialdemócratas que están imputados en lo de los ERE?

R.- ¿Por qué unas elecciones anticipadas son un bálsamo contra una mala imagen vinculada a la corrupción? Sinceramente pienso, que lo que crea mala imagen es la impunidad ante la comisión de un delito. Es decir, mirar para otro lado o justificar una mala praxis. Yo soy partidario de que se tomen todas las acciones judiciales para que el peso de la ley caiga sobre quién haya delinquido y en ese caso, pague su deuda con la sociedad. Pero también es cierto, que en el plano político esto no es suficiente. Los partidos políticos tenemos que ser más cuidadosos e incorporar mecanismos internos para que lo que uno haga mal no lo paguen todos los compañeros honrados que dedican su tiempo y energías de forma ejemplar. El PSOE andaluz está entendiendo ese mensaje.

P.- Dimitir es un verbo poco usado por todos los políticos españoles… ¿Por qué los políticos  dimiten raramente en España, y a diferencia de los políticos de otros países europeos, por ejemplo?

R.- En cualquier caso, la dimisión es una decisión personal. En algunas ocasiones, si uno piensa que no se ha equivocado y lo puede demostrar, puede decidir quedarse para demostrarlo. En otros casos, si uno se equivoca y cree que antes de irse debe enmendarlo, a lo mejor el no dimitir también puede sentirse un acto de responsabilidad. En lo que afecta a los partidos políticos, creo que lo importante es que se puedan tomar medidas si de verdad puede afectar al buen trabajo que lleva a cabo el conjunto de sus miembros.

P.- Maridajes políticos y compadreos políticos… ¿Usted está satisfecho con la participación de Izquierda Unida (IU) en el actual Gobierno de Andalucía?

R.- En un sistema democrático basado en mayorías parlamentarias, los Gobiernos compuestos por diversas fuerzas políticas no deberían sorprendernos siempre y cuando compartan los objetivos de Gobierno, como es el caso. Yo accedí al cargo de concejal por primera vez cuando en mi Ayuntamiento gobernaba un tripartito formado por Izquierda Unida, el Partido Popular y un partido independiente. En las elecciones siguientes, el PSOE obtuvo una holgada mayoría absoluta. En ese caso, se puede pensar que la ciudadanía no percibió ese acuerdo como positivo para el municipio. Sin embargo, creo que el Gobierno de la Junta de Andalucía está marcando una agenda diferente de salida de la crisis mucho más social, a pesar de las imposiciones del Gobierno central que nada ayudan a ello, pero por lo general, estoy satisfecho aunque a veces se generen problemas o tensiones. Además, hasta ahora, parece que las encuestas respaldan las políticas del gobierno andaluz.

P.- A vista de lo que puede suceder con Cataluña y posteriormente puede pasar con Euzkadi… ¿Debería España de converger rápidamente a un Estado Federal?

R.- Lo que hace falta son más mecanismos multilaterales para coordinar las acciones políticas en los distintos territorios. La apuesta del PSOE desde la declaración de Granada es reformar la Constitución y el resto de leyes para definir un modelo final, y creo que esa es la apuesta colectiva para que podamos seguir conviviendo y compartiendo un proyecto en común. En este sentido, vivimos en una época de blancos o negros, y creo que en política, los grises tienen mucho que decir. Hay que perder el miedo a debatir, especialmente si se hace de forma serena, racional y con argumentos, sobre éste y otros asuntos donde se requiere la unidad de todos los partidos políticos.

P.- Parece que ya no es el mejor alcalde el Rey… ¿Se puede soñar con la Tercera República Española, o es un quimera que no se va a realizar nunca?

R.- Este es un debate complejo que se banaliza con demasiada frecuencia. Revisar la forma de Estado debe hacerse de forma seria y, a mi juicio, pensando en que el objetivo debe de ser encontrar una fórmula con la que se puedan sentir identificados la mayor parte  de los ciudadanos. Sea como fuere, antes de convocar un referéndum habría que hacer un debate serio sobré que entendemos por República y qué tipo de República queremos, para que cuando los ciudadanos votemos sepamos lo que estamos votando. Y por supuesto, hace falta mucha más pedagogía para convencer de por qué España debe de ser republicana. Para mí, ser republicano es un sentimiento, y como tal, hay que mimarlo y sembrarlo. La República no puede surgir como un mal menor, si queremos que nazca sana y vividera. Bajo esas condiciones, bienvenida la Tercera República.

P.- Hablando de alcaldes… ¿El alcalde más votado debería de ser con listas abiertas?

R.- Cambiar las reglas del juego democrático siempre es complicado, puesto que puede haber tentaciones por parte de quién tiene más capacidad de veto para imponer mecanismos que le beneficien. Yo pienso que es positivo replantearnos las reglas del juego y adaptarlas a las nuevas exigencias democráticas, pero de nuevo, hace falta un debate serio y no partidista. La apertura de listas electorales puede ser un valor positivo, siempre y cuando haya mecanismos de transparencia y garantía de igualdad. Por ejemplo, en la financiación de las campañas y en el acceso a los recursos de comunicación. En cualquier caso, lo que sí creo que es menos democrático es limitar la posibilidad de que un grupo de partidos que gana las elecciones pueda gobernar en pro de otro que ha sido más votado individualmente. Vuelvo al caso de Pinos Puente. Un tripartito desplazó a la lista más votada y luego los ciudadanos después de cuatro años quisieron un cambio y votaron en consecuencia. Creo que este sistema, aunque pueda mejorarse, no funciona mal.

P.- El Parlamento de Andalucía nunca ha sido muy generoso con Granada… ¿Será usted solo un dedo que aprieta el botón que le han mandado en su grupo político que apriete en el Parlamento de Andalucía?

R.- Bueno, me va a permitir que no comparta ese sentimiento de agravio. Los Gobiernos  de la Junta de Andalucía han ayudado al desarrollo de nuestra provincia con luces y sombras, supongo que como para el resto de provincias. Andalucía es una comunidad que en población y extensión territorial supera a algunos estados miembros de la Unión Europea y que además ha tenido un atraso secular respecto a otras zonas de España. Por lo tanto, ya le digo, aunque haya cosas que mejorar, yo creo que el saldo ha sido positivo para el conjunto de Andalucía y para Granada. En cualquier caso, yo soy partidario de convencer a mis compañeros de grupo primero, y después al resto de fuerzas políticas, que si algo es bueno para Granada será bueno para Andalucía en su conjunto y para España. No entiendo la política de otra manera.

P.- Juventud divino tesoro… ¿Y la sociedad española, la andaluza igualmente, está apartada o alejada de la vida pública porque solo es un instrumento que vota y porque la política cada día está más alejada de la ciudadanía?

R.- Soy de los que piensa que la ciudadanía no está alejada de la política, sino de ciertas formas de hacer política. Como decía anteriormente, si un ciudadano se preocupa de lo colectivo, ese ciudadano es político. Otra cosa es que hoy en día haya un entramado complejo de relaciones que diluyen la toma de decisiones y al final nos perdamos en él como ciudadanos y nos genere sentimientos de desconfianza o de indignación. Decisiones de política económica que afectan a muchas personas tomadas en órganos de dudosa procedencia democrática, imposibilidad de los gobiernos de tomar ciertas medidas, y por supuesto, el mal uso de algunas de las libertades que tenemos los servidores públicos por nuestra dedicación y que algunos ciudadanos interpretan como privilegios. Creo que hay que empezar a desenmarañar el estado de las cosas para que la política, que no es otra cosa que el poder de lo colectivo, vuelva a una senda de utilidad pública.

P.- Las mutaciones políticas son como los cambios de chaqueta… ¿Socialismo y socialdemocracia es lo mismo en el PSOE?

R.- Las definiciones ideológicas son complejas y, por supuesto, deben hacerse en su momento histórico. Las clasificaciones políticas no son producto del capricho ni de la casualidad, sino que surgen de los problemas plantados por la realidad. El PSOE es un partido que a día de hoy acepta las reglas del juego democráticas y que nace de la tradición obrera y socialista. Si miramos su historia completa, observamos un denominador común: una lucha constante por la igualdad y la libertad por encima de privilegios u otras discriminaciones económicas o sociales. Esto no quita que a veces el PSOE haya implementado o apoyado ciertas políticas que hayan tenido efectos contrarios. Sin embargo, mientras que exista en el PSOE esa preocupación por la desigualdad en todas sus formas y personas que luchen por eliminarla, en la calle y las instituciones, será un partido de izquierdas merecedor del apoyo electoral de quiénes compartan esa forma de entender el mundo. Y sé bien que hay muchas personas dentro del PSOE dispuestas a seguir dando esa batalla por lo que su proyecto político seguirá teniendo futuro.

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