sábado 27 abril
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Arranca el Ramadán para la comunidad musulmana de Granada, el mes de la renovación física y espiritual

En la ciudad y provincia hay unas 30.000 personas de distintas comunidades que pueden participar en este periodo de ayuno durante el día

Alrededor de 30.000 personas forman parte de la comunidad musulmana de Granada y de ellos una amplia mayoría participa desde el pasado martes en el Ramadán, el mes en el que se produce el ayuno diario para renovarse física y espiritualmente ante Dios.

Se trata de un periodo esencial para esta comunidad, que tiene en la Mezquita Mayor de Granada, situada en el Albaicín; uno de los puntos neurálgicos durante los próximos 30 días para su práctica, según ha explicado Suleyman Lago, miembro de la comunidad islámica de Granada.

"Es un mes que Dios nos ha prescrito para ayunar durante el día y para nosotros tiene importancia, porque es una renovación anual de todo", ha señalado Lago, que se define como "gallego de pura cepa" dentro de la comunidad musulmana con origen español y que recalca que durante estos días se focaliza todo en la "renovación física en el cuerpo y también espiritual interior".

Este practicante del islam recuerda que ahora se habla "mucho" de los ayunos intermitentes, sin embargo defiende que el Ramadán, que obliga a no comer durante las horas de sol, tiene "muchos siglos de historia".

Algunas de las imágenes de la práctica del Ramadán en la Mezquita Mayor de Granada. Fotos y vídeo: Álex Cámara

En Granada hay actualmente alrededor de 30.000 musulmanes de distintas comunidades, entre ellos de origen español y desde hace 40 años procedentes de otros puntos como senegaleses o marroquíes.

Aquellos que practican el Ramadán, que empieza en la salida del sol y acaba en la puesta del sol; deben aguantar todo el día sin comer ni beber, si bien Lago subraya que "no se trata de un martirio".

"Tomamos un desayuno para aguantar todo el día y cuando llega el momento en el que el sol se ha puesto hacemos unas peticiones para que Dios nos acepte el ayuno que hemos hecho ese día y ya se rompe el ayuno con unos dátiles, leche o un vaso de agua, a veces lo tienes que romper con lo que lleves encima", subraya.

El hecho de convivir en una ciudad como Granada les hace ser más conscientes "de la importancia" que tiene el disfrutar de cuándo pueden y cuando no comer, explica Lago, quien apunta incluso al hecho de que sus hijos, que van al instituto, no toman agua en situaciones como las clases de Educación Física, lo que "causa asombro" entre compañeros y profesores.

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