viernes 10 mayo
BALONCESTO | LA CONTRACRÓNICA  |   |

La paloma no aguantó la presión

El Palacio de los Deportes se quedó mudo con la derrota ante Breogán Lugo por uno, en un choque en el que la grada creyó hasta el último suspiro

Una paloma fue protagonista en la grada hasta que se marchó al descanso. Foto: Fermín Rodríguez (ACB Media)

El partido del Covirán Granada ante Breogán no se lo quiso perder nadie. Entre los más de 8.000 espectadores que llenaron el Palacio de los Deportes de Granada se encontraba una inesperada aficionada al baloncesto, que bien por desconocimiento o por verdadera pasión se coló entre las gradas: una paloma doméstica.

Cuando aún quedaba media hora para que comenzara el partido el bullicio en el Palacio no era demasiado y el ave sobrevolaba a sus anchas las gradas de la instalación deportiva granadina, quizá buscando una salida, pero el caso es que la paloma se 'tragó' toda la primera parte pero el animal no aguantó la presión.

No fue para menos. La tarde comenzó bien pero se fue torciendo hasta el descanso en el Palacio, en donde los marcadores electrónicos anunciaban la presentación de Valencia Basket en lugar de Breogán. Cosas de los nervios, los mismos que había en gran parte de la grada, deseosos de ver ganar a los suyos en un Palacio en el que la calefacción, sin ser invierno, caldeó más de la cuenta las gradas.

El Covirán Granada tenía ante sí dos metas al acabar la tarde. La primera de ellas ganar el partido y la segunda hacerlo con una diferencia de más siete. Lo empezó a palpar el equipo granadino cuando se puso con más de media permanencia en el bolsillo hasta que quedaban 4.25 para el final, pero el Breogán empezó poco a poco a echar hielo en el Palacio de Deportes hasta acortar la renta a un 18-17 al final del primer cuarto.

El segundo cuarto fue para olvidar, pues el parcial de los visitantes de 2-9 nada más reanudarse dejó heladas las gradas de la instalación del Zaidín fruto del acierto de un Anthony Polite que se convirtió en la peor pesadilla para instalar un 36-45 antes del paso por vestuarios. El Palacio de Deportes de Granada volvía a sufrir y era consciente de que tocaba remar, como los participantes de un original concurso con una canoa que se celebra en el descanso.

La afición granadina arropó a los suyos, mientras que desde Lugo llegaron unos 200 aficionados. Foto: Fermín Rodríguez (ACB Media)

Reacción tras el descanso y otra vez los árbitros

Alrededor de 200 aficionados se cruzaron media España para llegar hasta Granada y animar a Breogán Lugo, por momentos se dejaron notar más que los locales cuando el marcador les era favorable. Luego la película fue por barrios, según se fue moviendo el electríonico.

A falta de 5.24 para el final del tercer cuarto el norteamericano Scott Bamforth fue el encargado de volver a encender la caldera con un triple que puso la distancia cuatro abajo para los de Pablo Pin. Entonces, un rebote defensivo recuperó los cánticos en la grada para tratar de apretar, además de hacerlo contra los árbitros, de nuevo con decisiones más que controvertidas.

"Eso es, antideportiva", gritó el Palacio de los Deportes mientras los árbitros revisaban una acción que con cinco abajo para los granadinos terminó de meter en el partido a los de Pablo Pin, a menos de un minuto para finalizar el tercer cuarto, con la ayuda de Quintela y el acierto de Valtonen y Rousselle, quien puso la victoria a solo un punto y que volviera el "lo, lo, lo, lo, lo, lo, lo".

Cuando quedaban cinco minutos para el final del partido la instalación del Zaidín estalló después de la canasta de Valtonen que puso por delante otra vez a los de Pablo Pin, pero Robinson se sacó un triple de la chistera con el que el miedo volvió a casa y no por Navidad. Una antideportiva volvió a poner a los gallegos cuatro arriba,ante lo que la afición local rescató el "vamos Granada" para tratar de despertar.

Pero después de varios errores defensivos y ofensivos, unidos a alguna decisión más que discutible de los árbitros, pusieron seis arriba a los lucenses a falta de dos minutos. De nuevo el drama se mascaba en el Palacio de Deportes hasta que aparecieron Cheatham y Bamforth con sendos triples que reactivaron a la parroquia local. Kramer puso el 84-85 a falta de un segundo.

En Granada somos de tener prisa para salir de los sitios. Y el baloncesto no está exento de ello. El Covirán Granada tuvo la última acción a falta de 1,3 segundos para acabar, con posesión, para cayendo de uno llevarse la victoria, pero la jugada no salió bien y los visitantes se llevaron la victoria que los mantiene vivos y al equipo de Pablo Pin obligado a ganar al menos otro partido más para seguir peleando por la permanencia. Habrá que ver si para entonces la paloma aguanta o no la presión.

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