lunes 6 mayo
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Raphael fue, es y siempre será aquel

El artista de Linares pone el broche de oro a las noches de verano en el Generalife con un repertorio basado en su pasado pero con un presente y futuro que palpita en cada tema

Raphael abrió su concierto con 'La Noche' y su versión actualizada. Foto: Álex Cámara

Con el latido palpitante de quien se siente más joven que nunca a cada día que pasa y un público entregado en cuerpo y alma de principio a fin, Raphael ha protagonizado este sábado una cita única, con la Alhambra y el Generalife como testigos de excepción de un artista inigualable que fue, es y siempre será aquel.

Su actuación puso el broche de oro al Ciclo 1001 Músicas que se celebra en el recinto monumental, en el que la magia del artista impregnó cada rincón del peculiar escenario de cipreses sin que faltaran sus temas más laureados, pero también los que dan forma a su gira 'Victoria', en la que los tonos y la música actual lo rejuvenecen a sus 80 años.

Apenas dando los cinco minutos de rigor para los más apurados, a las 21.36 horas Raphael apareció en el escenario poniendo en pie el patio de butacas del Generalife, lo hizo con los sones de 'Yo soy aquel' para reivindicarse una y otra vez con que ni ha cambiado ni cambiará sobre las tablas.

Así, inició casi dos horas de concierto de hasta 24 temas que no pueden faltar en la memoria colectiva para recordar a Raphael, que con 'La Noche' abrió la cita con la luna como testigo de excepción para dar paso a 'De tanta gente', siempre con un juego de luces esencial para que el público viera al cantante, pero también él a sus fieles súbditos.

"Sigo siendo el Raphael de siempre", reivindicó durante la interpretación de 'Yo sigo siendo aquel', con un grito en una noche en la que mantuvo gestos desafiantes al ritmo de sus letras entre el amor y el desamor, siguió sus temas con sus muñecas y manos y bailó a los sones que marcaba la banda que le acompañaba sobre el escenario.

“Que placer estar con ustedes esta noche en este lugar increíble", interpeló el artista a los asistentes, de los que alguno le respondieron "como tú". Raphael insistió varias veces sobre el escenario que queda cantante para rato: "Es un orgullo estar una vez más, y las que quedan, en Granada".

Raphael dejó momentos para todo sobre el escenario junto a su banda. Foto: Álex Cámara

Una noche para todo

La noche tuvo momentos para el jolgorio y la alegría, pero también para la parte más dura de una relación entre dos personas y en esas, Raphael, fue combinando como si de una montaña rusa se tratara uno y otro palo. Así, pasó del 'Cierro mis ojos' en su versión más romántica y sencilla al 'Digan lo que digan' en una adaptación rockera y peleona que invitaba al público a acompañarle en la letra. Esto ocurrió también, casi de forma obligada, con 'Mi Gran Noche'.

Llegó el momento también para intercalar sones con los fantasmas de 'A punto de besarle', el ritmo de 'La canción del trabajo' o la abdicación total del público con 'Estuve enamorado'. A capella quiso llevar al escenario 'A que no te vas', en el que solo el bajo y los grillos fueron el acompañamiento musical de un momento tan íntimo como que el Raphael ofrece en sus actuaciones por muchas miles de personas que le acompañen en el recinto.

Después de 45 minutos sobre las tablas, Raphael se perdió por primera vez entre los cipreses antes de continuar con otro bloque de repertorio, en el dio más protagonismo al piano de la mano de 'Amor mío' y llevó el concierto hasta el terreno de temas de otros artistas y que le han acompañado en su carrera.

Sucedió así con la versión de 'Lo saben mis zapatos' de Pablo López, del que dijo, sentado sobre una silla de oficina; que en este disco nuevo temas como este le ha traído "muchas novedades a la hora de interpretar una canción. Esta es totalmente maravillosa".

'Nadie', 'Cuando tú no estás' o 'La quiero a morir' fueron conduciendo al público en la noche en uno de los puntos más emblemáticos que pueda tener Granada, en donde también sonaron los compases de 'Llorona', el 'Gracias a la vida' de Joan Báez y Mercedes Sosa que él versionó en 1975 o el 'Se nos rompió el amor' de Rocío Jurado que, junto a Vanessa Martín, adaptó en 2020.

Raphael se entregó en cuerpo y alma a sus fieles. Foto: Álex Cámara

Gran sabor en la recta final

Raphael quiere ser eterno y va camino de ello. La recta final de su concierto la dejó, como los buenos menús, para los mejores sabores que guarda en su repertorio. Así, fue él el que se entregó 'En carne viva' al público antes de interpretar 'Que sabe nadie', en la que dejó a la banda tocando uno de sus clásicos obligatorios en cada noche de conciertos.

Los tres últimos sorbos de su idilio con Granada fueron para 'Yo soy aquel', en la que demostró la complicidad total con quienes fueron a verlo, sin importar que el otoño ya diera sus primeros coletazos con un descenso de la temperatura. El público se puso en pie para bailar, porque aunque los conciertos de Raphael tienen butacas, sus admiradores son tan indomables como él sobre el escenario.

'Escándalo' retumbó en toda la ciudad antes de la despedida de la mano de 'Como yo te amo', en la que reconoció su relación incondicional con Granada: "Nos veremos muchas veces durante todo el tiempo que nos queda, que va a ser mucho. Tenemos que vernos". Y ahí comenzó a interpretar la canción 24 en la que lanzó un trozo de corazón al público, el que lo lleva en volandas por muchos años que pasen para seguir siendo aquel.

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