Con Ciudadanos, Granada pierde
Analizando la forma de proceder de Ciudadanos en la gestión de los centros educativos de la ciudad y de la provincia, en el Parque de las Ciencias, en la Escuela de Salud Pública y en el Plan de Empleo de la ciudad, hay elementos coincidentes, y preocupantes, que paso a detallar.
Como primer aspecto a destacar, utilizan a un “explorador”. Su misión es lanzarse al ruedo para decir y decidir todo aquello que, en apariencia, les pasa por la cabeza. Parecen no tener filtros. Ni el diálogo ni el consenso son herramientas a tener en cuenta en su toma de decisiones. Estamos hablando de Manuel Olivares, concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de la ciudad, que va por libre sin contemplar aportación alguna. Un claro ejemplo ha sido su forma de tirar por tierra nueve millones de euros para el proyecto “Granada, en clave de empleo” dirigido a casi dos mil personas. Pone de manifiesto su falta de voluntad y, en definitiva, su forma de proceder o imponer. Idéntica forma de actuar ha sido la de Antonio Jesús Castillo, el dimitido delegado de Educación de la provincia, que hizo oídos sordos a cada paso que dio.
El segundo elemento es el “apagafuegos”, el verdadero jefe. Es quien dicta la hoja de ruta a seguir. En una primera fase está escondido. Es el titiritero que maneja los hilos de la marioneta. Aparece en escena cuando el explorador fracasa en su misión. Asume un rol dialogante, supuestamente mediador, erigiéndose como el salvador de la causa. En realidad, agota los tiempos con un único objetivo: no modificar ni una coma en la hoja de ruta trazada. Estamos hablando de Luis Salvador en Granada y de Javier Imbroda consejero de Educación en la Junta. Ambos también de Ciudadanos.
El tercer elemento es el “cómplice”. Está o están tras las siglas del Partido Popular y de VOX. Guardan silencio sepulcral y apoyan cualquier decisión. Su objetivo es el interés particular, estén o no de acuerdo con la misión. En la trastienda, es más que seguro que den una voz más alta que otra pero de cara a la ciudanía demuestran un único bloque.
El cuarto elemento es el “traidor”. Es una metamorfosis del “apagafuegos”. Estamos hablando de la misma persona. Traiciona a los suyos y, lo que es peor, traiciona a la ciudadanía. Venden al “explorador” hasta humillarlo. Se ve claramente como Luis Salvador desprecia a su segundo, Olivares, y lo somete al escarnio público. Después, ejecuta su plan y Granada se queda sin los fondos europeos. Justo la misma forma de proceder de Imbroda con el delegado de Educación, en esta ocasión forzando su dimisión.
No ha sido casual ninguno de los pasos dados por Ciudadanos. Es sencillo poner negro sobre el blanco el modelo que la derecha quiere para Granada y para Andalucía. Sus formas les delatan. Tras una aparente ingenuidad y un falso buenismo, la consecuencia es que Granada con Ciudadanos pierde. La realidad es que se han esfumado más de nueve millones euros provenientes de fondos europeos dirigidos a generar empleo. Si nada cambia, perderemos la gestión del Parque de las Ciencias y harán desaparecer la Escuela Andaluza de Salud Pública. Y, veladamente, seguirán desmantelando la red de centros educativos públicos de la ciudad y la provincia.
Ante este escenario no sorprende la reacción de la ciudadanía, ni tampoco la de los grupos políticos para hacer visible tanta inoperancia y despropósito. Granada acabó el 2019 abrazando al Parque de las Ciencias como acto simbólico para reivindicar que la gestión es para la ciudad. Hace unos días, las familias y la comunidad educativa salieron a la calle para paralizar la “reorganización” de los centros educativos, término eufemístico tras el que se esconde un claro ataque a la escuela pública. El pasado domingo hubo una concentración para, entre otras reivindicaciones, defender nuestra prestigiosa Escuela Andaluza de Salud Pública. Ayer, PSOE y Podemos-IU tuvieron que abandonar el Pleno extraordinario tras una nueva tomadura de pelo del alcalde en relación al Proyecto “Granada, en clave de empleo”.
Olivares y Castillo tienen su parte de responsabilidad por ser cómplices activos de una estrategia (o eso, o les han mentido). Pero que nadie nos maree, las cabezas calientes son Luis Salvador y Javier Imbroda.
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