domingo 5 mayo
Opinión  |   |

La alcaldesa sale cara

Los granadinos y granadinas empezaremos el año pagando más al ayuntamiento. Como en una carta de reyes magos al revés, Marifrán nos subirá el agua, la basura, el autobús, las pistas deportivas y hasta el cementerio. A falta de otra idea, Carazo tira del recurso facilón del mal político: el sablazo al ciudadano medio.

Llama especialmente la atención la subida del IBI. A pesar de haber repetido hasta la saciedad que bajaría los impuestos, ha tardado menos de un año en subirlos. La alcaldesa vuelve a encajar otra vez en el estereotipo de político que hace lo contrario de lo que dice. Se darán cuenta los 1.600 locales comerciales que este año pagarán más IBI. No quiero ni pensar lo que estarán a punto de gritar el presidente de los empresarios granadinos, Gerardo Cuerva, o la federación de empresarios de hostelería… Seguro.

Además de subir el IBI a centenares de autónomos y pequeños empresarios, las ordenanzas fiscales nos dejan una especie de gobierno al revés que elimina algunas de las bonificaciones fiscales que ya existían y que eran más interesantes, como la exención de la tasa de primera actividad para nuevos empresarios o las bonificaciones en el IAE por el uso de energías renovables.

Este año pagaremos más por casi todo sin que sepamos muy bien por qué. Desde que Marifrán ganó las elecciones todavía no ha explicado qué piensa hacer con Granada. Ya van ocho meses de silencio e improvisación, sin haber entendido que gobernar no es levantar la persiana del ayuntamiento por la mañana. Un gobierno necesita rumbo, objetivos y liderazgo, todo lo que nuestra alcaldesa todavía no nos ha mostrado. Granada necesita una estrategia a largo plazo, unos logros evaluables y una gestión pública impecable. No es suficiente con pasearse y sonreír mientras los ciudadanos y ciudadanas intentan salir adelante.

La propuesta de presupuestos para 2024 también refleja un afán recaudatorio sin contrapartidas. Ya nos han dicho que media ciudad pasará a ser zona azul con aparcamiento de pago y que doblarán el número de licencias para terrazas, una ciudad de coches y mesas por la calle. Pero no nos han dicho si esos nuevos ingresos servirán para mejorar la calidad del aire, la ampliación metropolitana del metro o la teleasistencia de los mayores. No lo dicen porque no lo saben, porque no tienen ni idea de qué hacer con Granada y porque realmente les importa más el estar que el hacer.

No creo que el PP haya comprendido la responsabilidad que supone una mayoría absoluta. Cuando un partido recibe una confianza así tiene la obligación de transformar, de mejorar la vida de la gente de forma significativa. No es suficiente con ocupar el poder y hacer relaciones públicas. El ayuntamiento debe resolver problemas, no convertirse en uno de ellos.

Carazo nos va a salir cara. Y lo peor no es el dinero sino la falta de pulso, la ausencia de ambición, la improvisación como norma. Las oportunidades para Granada siguen estando en la industria del conocimiento, en la ciencia, en la innovación, en las antípodas de lo que hace el ayuntamiento. A este paso, no solo es que mantener esta alcaldesa nos va a salir por un ojo de la cara, sino que podemos perder el futuro mientras ella encuentra las llaves del gobierno.

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Columnista
Pablo Hervás

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