La verdadera la gestión sanitaria en Andalucía
Leo con asombro el artículo triunfalista de Nicolás Navarro sobre la sanidad pública andaluza y no puedo evitar señalar algunas omisiones de datos objetivos en su análisis. Este hecho me hace exponer en estas líneas algunas cuestiones que este señor debería haber contado a la ciudadanía. Aunque los presupuestos históricos son una realidad, la dependencia de transferencias y fondos europeos debería matizar el optimismo expresado.
Es cierto que, en los últimos años Andalucía, tiene presupuestos sanitarios “históricos” pero lo son gracias a transferencias históricas del Gobierno de España y a los Fondos europeos. Un apunte importante que olvida matizar.
Como tampoco recuerda que durante el periodo 2012-2018, Andalucía sufrió una reducción significativa de financiación, generando dificultades para mantener servicios públicos, incluyendo la sanidad. Desde 2018, aunque ha habido un aumento de financiación (6.000 millones más), los resultados en la gestión sanitaria plantean interrogantes.
Sí, señor Navarro, Andalucía cuenta con un presupuesto histórico. Sin embargo, la Junta de Andalucía lejos de reforzar nuestra sanidad pública y superar los déficits generados con los recortes de Rajoy, favorece la sanidad privada. Pero hay más datos.
La gestión del PP ha colocado en este lustro a la sanidad pública andaluza en el último puesto del ranking de CCAA, según la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP). Los esfuerzos, como el Plan de Choque contra las listas de espera, han demostrado ser insuficientes y cuestionables. Llevan aplicando la misma receta cinco años. Es evidente que no funciona. Más de 2.000 millones de euros han ido a parar a manos de empresas sanitarias privadas, cuando deberían haberse destinado a reforzar nuestros servicios sanitarios públicos.
Andalucía sufre las mayores listas de espera del país, más de un millón de andaluces esperan una cirugía o una consulta externa. En nuestra provincia son 93.769 granadinos y granadinas los que están a la espera para ser atendidos por un especialista u operarse. Más del 10 por ciento de la población.
Esta situación es escandalosa. En nuestra Comunidad desde que gobierna el PP, la lista de espera quirúrgica ha aumentado un 165%, 127.000 pacientes más. En junio de 2023 (últimos datos publicados) había 203.375 personas esperando una operación. Un 35,5% de aumento en el último año.
Terribles también los datos de la lista de espera para una consulta externa: Andalucía la peor de toda España. 841.731 andaluces esperando una consulta en junio de 2023. Desde 2018, la lista de espera para consultas externas ha aumentado casi un 300%, 619.000 pacientes más. En España, la tasa media de pacientes en lista de espera para consultas externas es de 78,47 cada 1.000 habitantes y en Andalucia de 101,57. Uno de cada diez andaluces y andaluzas están pendientes de una consulta externa y esperan más que en cualquier otra comunidad autónoma, 121 día de media, mientras que, en el País Vasco, Castilla La Mancha o La Rioja solo tres, cuatro personas están en esta situación y esperan 70-80 días menos. La gestión sanitaria del PP sí que genera desigualdades con el resto de comunidades autónomas.
Otro aspecto a considerar es la financiación de infraestructuras sanitarias. Mientras en 2018 la Junta financiaba el 42%; en 2023 financió el 5%, puesto que el resto se realizó con transferencias del Estado y fondos europeos. Las promesas de nuevos centros como los de la capital, Albuñol, Peligros o Salobreña son aplaudidas pero si se construyen será gracias a la financiación del Gobierno de España. El esfuerzo de la Junta será mínimo. Moreno Bonilla prefiere desviar fondos a la privada y hacer regalos fiscales a las élites económicas. Eso sí, lo veremos en todas las inauguraciones. Esto es algo así como: “Paga Pedro, invita Juanma”.
Y digo, “si se construyen” porque este gobierno “promete mucho, pero cumple poco”, exactamente un 28%. Este es el grado de ejecución del presupuesto en inversiones sanitarias.
Es relevante señalar para recordarle al señor Navarro que algunas reformas de la comunidad terapéutica de salud mental del hospital San Cecilio y en la unidad de hospitalización infanto – juvenil se han realizado gracias a los fondos del Plan de Acción Salud Mental 2022-2024 del Ministerio de Sanidad. Este Plan también financiaba reformas en las unidades de salud mental de Baza, Guadix, la Alpujarra y en la comunidad terapéutica del hospital Virgen de las Nieves, reformas en que al no citarlas en su relato triunfalista sospecho que no se habrán realizado. Este gobierno andaluz y esta Consejería de Salud trabajan poco.
Por último, indicarle al señor Navarro, que Andalucía ha recibido del Ministerio de Sanidad una inversión sin precedentes en el marco del Plan de Inversión en Alta Tecnología (INVEAT): 313 millones de euros para adquirir tecnología avanzada y mejorar la capacidad diagnóstica y terapéutica de nuestra sanidad pública. El quirófano “Da Vinci y el GammaKnife han sido posibles gracias a esta financiación desde el gobierno de España.
Me gustaría pensar que Nicolás Navarro no conocía estos datos cuando escribió esta oda a la gestión sanitaria de Moreno Bonilla y que de haberlos conocido hubiera contenido sus alabanzas.
Con los datos sobre el papel, y con las consecuencias en las vidas de tantas personas que toca es pedir a los responsables sanitarios que pidan perdón por tanto daño y engaño. Los dirigentes del PP nunca dijeron a la mayoría que les votó, que les dejarían sin sanidad pública y que tendrían que contratar un seguro privado para recibir atención sanitaria a tiempo.
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