domingo 5 mayo
Opinión  |   |

Las réplicas del caos

Reconozco que siento fascinación por la “teoría del caos”. No tanto por mi conocimiento sobre ella, más bien escaso, como por su propio nombre, que parece encerrar una contradicción en sus términos, ¿se puede teorizar sobre el desorden o la confusión absolutos?. También por su sugestiva utilización en la literatura o el cine. Según la teoría “en ciertos sistemas complejos pequeñas variaciones en las condiciones iniciales pueden implicar efectos impredecibles en el futuro.

La vinculación de esta interesante teoría al no menos sugerente concepto del “efecto mariposa” la hacen aún más atractiva. El aleteo de una mariposa en Hong Kong (o en Brasil) puede desatar una tempestad en Nueva York (o en Texas).

Fueron varios los periodistas que recurrieron a esta teoría para hablar de la inesperada anticipación electoral en Madrid. En la metáfora éste sería la tempestad y el aleteo de la mariposa habría sido el anuncio de una moción de censura en Murcia por parte de PSOE y Ciudadanos.

Personalmente pienso que la presidenta Ayuso tenía ya en mente la posibilidad de dicho adelanto electoral y que la moción de censura en Murcia constituyó la coartada que le permitía justificar mínimamente el anticipo electoral a destiempo y en plena pandemia. Lo mismo que intuyo que el presidente Moreno Bonilla está pensando en anticipar las elecciones en Andalucía aunque está esperando el aleteo de la mariposa que le permita hacerlo con los menores riesgos posibles.

Lógicamente el PP, animado por el éxito obtenido en Madrid, pretende convertirlo en la ola que le permita conseguir el gobierno del Estado lo más pronto posible. Con este triunfo logra tapar la estrepitosa debacle que sufrió en Cataluña hace sólo tres meses. Ya se apresta a diseñar su estrategia para intentar replicar su triunfo madrileño. Ya se verá si la experiencia es extrapolable o y si lo es en la misma forma.

A posteriori todo tiene fácil explicación, lo complicado es acertar antes. Es evidente que el PP ha acertado en esta contienda electoral, tanto como lo es que el PSOE es el gran derrotado de la misma. De Ciudadanos ya se daba por descontado su fracaso.

Ahora bien, la victoria del PP se daba por descontada. Aunque luego determinadas crónicas periodísticas la magnifiquen de forma exultante, no se puede olvidar que la derecha lleva gobernando en Madrid más de 25 años consecutivos, incluso en medio de sus peores escándalos de corrupción cuyo epicentro se situaba precisamente en esa Comunidad. La victoria se basa fundamentalmente en que ha absorbido los anteriores votos de Ciudadanos y frenado el ascenso de VOX. Quizás más sorprendente haya podido resultar que también haya recibido mayoritariamente los votos derivados de la elevada movilización electoral e incluso haya podido restar parte del electorado perdido por el PSOE. Preocupante resulta que su campaña haya tenido tantos aires trumpistas y que tantos medios de comunicación se hayan aprestado a amplificar tan simples mensajes.

Ninguna encuesta anticipó la enorme bajada del PSOE. Aunque todo el mundo reconoce la deficiente campaña electoral realizada y las enormes contradicciones y giros que evidenció en tan escaso margen de tiempo. Que Gabilondo asumiera la política fiscal de Ayuso no parece la mejor manera de arañarle votos. Tampoco le hizo un favor su partido al filtrarse su propuesta de eliminar la desgravación por declaración conjunta en el IRPF. Ni sus giros respecto a si pactaría o no con Pablo Iglesias.

La candidatura de Más Madrid ha obtenido unos resultados positivos. En datos absolutos y en términos simbólicos, sobrepasanado al PSOE, aunque sea por un escaso margen de votos. No obstante no deberían hacer una lectura equivocada de estos resultados. Sin duda les ha beneficiado su buen hacer en la oposición durante dos años, el perfil de su candidata, Mónica García, médica de profesión en plena pandemia, o su propio enfoque de campaña. Pero también muy probablemente se hayan beneficiado de un trato amable por parte de los grandes medios de comunicación,que arreaban muy fuerte contra Pablo Iglesias, sin duda el enemigo a batir para los poderes fácticos en España. Tampoco creo que sea extrapolable este éxito electoral a otros procesos fuera de Madrid. Por contra, si en Madrid la división de la izquierda no implica despilfarro de votos, en circunscripciones más pequeñas resultaría catastrófica.

Por su parte Unidas Podemos mejora su resultado anterior pero no lo hace de acuerdo a sus expectativas por lo que se percibe como un cierto fracaso. Probablemente la retirada de Pablo Iglesias de la política es algo que ya tenía en mente desde hace algún tiempo. La larga e infame persecución de que ha sido objeto no tiene precedentes en la política democrática española. Ni siquiera es comparable con la de Julio Anguita, al que se denostó durante tanto tiempo. No hay líder ni persona que pueda soportar tal acoso durante tanto tiempo.

Si alguna conclusión se pude extraer de los resultados en Madrid es que el futuro inmediato de la izquierda en España pasa porque su presencia en el Gobierno tenga reflejo en la mejora de las condiciones de vida de la mayoría de la gente. Que sus promesas de más democracia, mayor justicia social, mejores servicios públicos... se plasmen en medidas reales y eficaces que sirvan para mejorar la calidad de vida de la gente que sostiene este país.

Respecto a las fuerzas autodenominadas del cambio, Madrid demuestra que es necesaria la colaboración desde la pluralidad. Porque se necesitan proyectos solventes, capaces de combinar la voluntad de cambio con la capacidad de llevarlo a cabo realmente. Superar de una vez la tentación de conformarse con ser cabezas de ratón antes que colas de león.

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Columnista
Miguel Martín Velázquez

Portavoz de Podemos Granada

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