domingo 5 mayo
Opinión  |   |

Ponga un centro comercial en su vida

Las cosas ya vuelven a ser en Granada lo que nunca debió dejar de ser. La primera alcaldesa de nuestra ciudad, fiel a sus enseñanzas y sus maestros ya ha empezado a enseñar la patita y dibuja su verdadero proyecto. Es verdad que durante la campaña fue poco, muy poco generosa mostrándonos pistas de lo que tenía pensado para Granada. Era mucho más importante cargar las tintas en una serie de mentiras basadas en el lado más populista de esta señora relacionadas con la limpieza que, oh milagro, siete meses después de empezar su mandato ha dejado de ser una responsabilidad gubernamental y pasa a ser una cuestión que descansa sobre los hombros de la ciudadanía.

Decíamos que Carazo y compañía ya han enseñado las cartas de su verdadero modelo: un centro comercial en los antiguos terrenos de la piscina Miami. Y hay que reconocer que Carazo, como bien nacida, es muy agradecida a quien le ha enseñado todo en política. No me refiero a Moreno Bonilla, el secuestrador de las competencias de Granada. Hablo de Torres Hurtado con todo su legado, de sobra conocido. Hasta el momento, la alcaldesa ha volado en la nube que la gestión de Paco Cuenca le ha brindado. Solo se ha bajado de ella una vez y ha sido para ponernos la carne de gallina. La propuesta de un parque comercial en aquel lugar es una locura por varias razones. Una de ellas es la apertura, nuevamente, de una vía especulativa a través de un bocado a la vega.
Otra, porque la saturación del espacio ya debería ser un indicativo bastante evidente para descartar la propuesta, si es que lo que importara de verdad fuese el interés comercial de la ciudad. El centro comercial Neptuno o el Hipercor ya cumplen esa función, con más o menos éxito.

Una razón más que casi se une a la anterior pone el foco en la saturación de la movilidad en un espacio en el que conviven, amén de los centros comerciales ya mencionados, centros educativos como el Generalife o el fray Luis de Granada, junto a las dos salidas de la circunvalación más usadas, la de Recogidas y Méndez Núñez, además del Camino de Purchil que, para los usuarios de las conexiones con los municipios de esa parte de la Vega conocen y sufren.

Y la última razón, no menos importante: el comercio local es lo último que necesita. Sobre este asunto sí podríamos llamar la atención sobre la especial manía que Carazo está demostrando con el sector comercial de Granada a quien, no solo quiere imponer otro macroespacio en la puerta de sus establecimientos, sino que le ha subido el IBI que es la mejor manera que la alcaldesa tiene de apoyar a los comerciantes.

Aquí están las verdaderas credenciales de la derecha de toda la vida, el verdadero modelo de ciudad con el que siempre nos complica la existencia y pervierte otras acciones encaminadas a diseñar una Granada más apegada a la realidad social de quienes la vivimos, una ciudad de barrios vertebrados a través de un comercio sólido y un transporte público eficaz, con proyectos encaminados a la transformación del modelo económico, tal y como asentó el PSOE de la ciudad de Granada durante los dos mandatos recientes.

Dijo una vez John Lennon que la vida es eso que pasa mientras hacemos otros planes. Si se me permite, parafraseo y digo que la vida en Granada es eso que se intenta cada vez que la derecha no gobierna.

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Columnista
Juanjo Ibáñez

Concejal del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Granada

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