Toma y daca
Recientemente, en sede de la Comisión de Grandes Contratos del Ayuntamiento de Granada han intervenido dos extraordinarios economistas, Carlos Sánchez Mato (Madrid) y Luis G. Chacón Martín (Granada), el primero identificado en el ámbito ideológico de la izquierda y el segundo, una referencia en el campo liberal. La razón de sus ponencias es el contrato de INAGRA y desde ópticas distintas llegan a la misma conclusión, que la ciudad debe recuperar el Servicio de Recogida de Residuos Sólidos Urbanos, incluso, en el caso de tener que financiar el pago de la deuda (Chacón Martín).
Sin embargo, el gobierno local sigue sin darse por aludido y sigue con su erre que erre de malgastar el dinero público llenando el bolsillo amigo privado al tiempo que endosa a la ciudadanía el coste de una pésima gestión del servicio público.
A la vista de las consideraciones de los citados ponentes, muy bien documentadas y que se expusieron en la Comisión de Grandes Contratos del Ayuntamiento de Granada al respecto de lo que podríamos llamar el nuevo contrato público de la basura, que termina este año, parece más que claro que lo que interesa a la ciudad es el ahorro en un gasto que, a todas luces, está desorbitado y que tendría como consecuencia directa la mejora de las políticas públicas municipales. Esto se podría conseguir con la gestión directa del servicio públicos municipal y eliminar a los intermediarios que lo único que logran es encarecer el servicio sin que este mejore, además de endosarnos a los granadinos el IVA de la facturación de INAGRA (3,700 euros al año), lo que no se pagaría si el servicio de limpieza fuera de gestión directa.
Se ha afirmado por los intervinientes en la citada Comisión que el ahorro inmediato, además del IVA, por la gestión directa del servicio se situaría en un mínimo de 5,5 millones de euros al año y que podría llegar a 8 millones que representaría un 20% de ahorro. Si a esto le añadimos el Know How (convenio colaboración con CESPA (Ferrovial) que pagamos a la corporación empresarial que gestiona el servicio cada año, que se dejaría de pagar en caso de la gestión directa del servicio, supondría un ahorro, dicho en cifras redondas de unos 2 millones de euros anuales. Total, hablamos de un mínimo de más de 10 millones de euros al año de ahorro, dinero que se podría invertir en políticas públicas, de creación de buen empleo, pago a proveedores y apoyo al emprendimiento empresarial autóctono de la ciudad. En definitiva, a menos deuda, más ingresos.
Conviene explicar que es el “saber hacer”, es sencillamente, el conjunto de capacidades y habilidades que un individuo o una organización poseen en cuanto a la realización de un tarea específica. Estas capacidades dan valor a la empresa al ir un paso por delante en cuanto al resto del mercado. En román paladino, que el personal público del Ayuntamiento de Granada es tonto de capirote y no sabe gestionar en beneficio de la ciudad el servicio público, por ese motivo, se paga ese extra a la empresa concesionaria del servicio de limpieza el Know How.
No obstante, aún dichos pagos la ciudad no está limpia, a no ser que hablemos del cogollo del centro (tampoco es para tirar cohetes de satisfacción). La ciudad es el centro y sus barrios y solo basta un paseo para ver que la limpieza y el cuidado de la ciudad está muy lejos de tener un mínimo aceptable.
Granada tiene una deuda tan elevada que da vértigo. Una parte de solución está dada. El futuro de las generaciones venideras está comprometido como consecuencia de un modelo de gobernar en la ciudad a la vieja usanza, que lleva de la mano a la corrupción y al nepotismo, sin olvidar el monopolio que lleva ínsito la adjudicación del servicio de limpieza a una sola empresa, lo que nos trae otros condicionamientos de dependencia, no son pocos los enchufados políticos que pasan a formar parte de la gestión privada del servicio. Es el toma y daca.
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