martes 19 marzo
Opinión  |   |

Ataque a la escuela pública

Nos encontramos ante un nuevo fiasco de la Junta de Andalucía. La rabieta ante la inminente aprobación de la nueva ley educativa, la van a utilizar para deteriorar a la escuela pública. Privarla de servicios esenciales, como el de comedor escolar, generará dudas e incertidumbre en las familias. Este es el sutil camino emprendido por Imbroda y Moreno, para que la escuela pública no sea una opción.

Con esta decisión, en Granada capital, nueve colegios se quedarán sin este imprescindible servicio que afecta, de manera directa, a más de doscientas niñas y niños de las familias más vulnerables económicamente. Supone, por tanto, dejarles sin el desayuno, el almuerzo y la merienda que les proporciona este servicio. Es indignante. Por si fuera poco, también afectará a cientos de familias que se verán privadas de conciliar con su vida laboral, así como a las monitoras y los monitores escolares que perderán su puesto de trabajo.

Esta incompresible situación se amplía al resto de la provincia. Se suman cuarenta y cinco colegios a los que, añadido a los problemas anteriores, se les une el obstáculo que le va a suponer a las familias que inician la temporada de la aceituna, por poner un ejemplo inmediato.

En definitiva, el presidente de la Junta y el consejero de educación, señores Moreno e Imbroda, han demostrado su falta de sensibilidad con las familias más vulnerables, con la conciliación laboral y con los profesionales que atienden este servicio. Dejan fuera de toda duda, además, la falta de empatía ante una situación tan extrema como la que nos está tocando vivir consecuencia de los efectos de la COVID-19.

Una vez más, queda claro que no todos los partidos políticos son iguales. En la hoja de ruta del anterior gobierno socialista, siempre estuvo universalizar el acceso a este servicio tan esencial. Incluso, en los peores años de la crisis del 2008, los comedores siempre estuvieron a pleno rendimiento a pesar de la política de austeridad impuesta por Rajoy. Recordemos que se impedía cubrir las bajas en un plazo de diez días o sustituir las jubilaciones del personal laboral. Fueron tiempos difíciles pero, aún así, ningún centro educativo quedó sin comedor escolar. Se buscaron fórmulas alternativas y planificando, la alimentación de los menores, la conciliación para las familias y los puestos de trabajo, fueron la prioridad.

Sin embargo, cuando hay falta de previsión, no se prioriza, no se cree en los servicios públicos y se actúa por rabietas impulsivas, pasa lo que está pasando. Con el PP, Ciudadanos y VOX hay miles de niñas y de niños que, desde el inicio de curso, no tienen servicio de comedor (nueve colegios) y, por si fuera poco, esta cifra se multiplicará a partir de enero y hasta no se sabe cuando. Todavía recuerdo los mantras del denominado trifachito. Venían a cambiar no sé cuantas cosas. Lo que nunca nos dijeron es que sería para peor.

No es práctica habitual de estos tres partidos políticos hacer partícipe a la comunidad educativa en la búsqueda de soluciones. De nuevo pierden una oportunidad para escuchar. Siempre en beneficio de las niñas y de los niños, se puede discutir si, tras la plena universalización de este servicio, el modelo necesita una revisión; si consecuencia de la pandemia, nos encontramos ante una oportunidad para ofrecer alternativas que favorezcan un servicio de proximidad, saludable y de mayor calidad, apostando por las pequeñas empresas locales del sector... Seguro que hay multitud de posibilidades para ser analizadas y debatidas aunque, en ningún caso, para eliminar los comedores de los colegios ni para contemplar alternativas que vayan en perjuicio de la calidad de los alimentos o la precariedad en el empleo.

De nuevo vuelven a arrinconar a las familias, a los equipos directivos, a las monitoras y monitores del servicio de comedor, a las empresas del sector y a aquellas otras de ámbito más local, ninguneándolas y privándolas de un servicio imprescindible y de una oportunidad para generar nuevos puestos de trabajo.

También echo en falta la iniciativa de aquellos ayuntamientos en los que gobierna alguno de estos partidos. ¿Han visto a Luis Salvador, alcalde de Granada, coger la bandera de esta causa? La ocasión y la situación bien lo merece pero, una vez más, ni está ni se le espera. Esta es la nueva política. Recuerdo cuando decían que “Granada, lo primero”. De nuevo la frase quedó incompleta. Omitió, “si me deja Juanma Moreno”.

Animo a todas las asociaciones de madres y padres, equipos directivos y profesionales del sector a que no suelten la bandera que otros no cogen. La causa así lo merece. A corto plazo hay que resolver esta situación. A medio y largo plazo hay que evitar cualquier decisión que vaya en contra de desprestigiar y agraviar a la escuela pública.

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Columnista
Jacobo Calvo

Secretario de Organización del PSOE de Granada capital y docente

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