sábado 4 mayo
Opinión  |   |

Su majestad el coche

Las ciudades están hechas a medida de los coches. Lo primero que se pinta en el plano son las calles, las rotondas y los aparcamientos. Calculamos el flujo de vehículos y el número de carriles necesarios. Nos unimos por autovía a la ciudad de al lado. Vamos al taller, a la gasolinera y al área de lavado. Construimos carreteras y nos vamos ordenando para vivir a su alrededor.

Un coche es una pésima decisión económica. Vivimos para trabajar y trabajamos para el coche. Es el segundo objeto más caro que tenemos, después del piso. Y luego vienen el combustible, el mantenimiento, las averías, los seguros y los impuestos. Un coche ni siquiera es una inversión, cada día vale menos que el anterior, es sencillamente un gasto enorme. Por eso, el metro nos hace ricos. Imagínate lo que ahorra una persona de Maracena o de Albolote que trabaja en el PTS: la cochera de casa, el parking del trabajo y, si quiere, hasta el propio coche. Lo mismo que ahorrarían en La Zubia o en Ogíjares si tuvieran un metro en la puerta.

El problema número uno de nuestra ciudad y alrededores es el aire contaminado que respiramos. Hasta que no compartamos esta visión no podremos solucionarlo porque es un problema inapreciable a la vista y creer en lo que no se ve es cuestión de fe, por eso los ateos tienen más cáncer de pulmón. Sabemos que es lo que más contamina, pero preferimos el coche a la salud. Y, no es que el coche sea antipático, es que sencillamente nos está liquidando.

Uno podría pensar que las alcaldesas están para hacer lo correcto, pero ellas prefieren darnos la razón para que las sigamos votando. Por eso Granada practica el culto al coche con bendición municipal. Nos hemos inventado una ‘Zona de Bajas Emisiones’ en la que todos y todas podremos seguir emitiendo lo que nos dé la gana porque solo prohíbe a los vecinos de los pueblos de al lado, los tubos de escape de los granadinos contaminan menos que los de fuera.

La alcaldesa también abre barra libre con la zona ORA. Quien tenga tarjeta de residente ya no tendrá que aparcar cerca de su domicilio, sino que podrá hacerlo en toda la ciudad. Es importante que podamos ir en coche a todas partes y que aparquemos en la puerta. Eso es el progreso y la Sra. Carazo sabe bien lo que quiere la mayoría absoluta de sus votantes. Después vendrán los parkings en los bordes de la ciudad, los viales por la vega y el cierre de todos los anillos. Los coches circulan por las venas que mantienen vivos los cuerpos de las ciudades. Es lo que hay.

En ese plan de ordenación urbana que están redactando los constructores de Granada para que luego apruebe el ayuntamiento del PP, seguirá reinando el coche. Los propietarios de los nuevos pisos de medio millón en las afueras podrán bajar a Granada tranquilamente, circular y aparcar en el centro, que para eso lo tenemos y aquí está su alcaldesa para que nadie lo ponga en duda.

El transporte colectivo y las zonas peatonales ya solo habitan en los programas electorales de los partidos que no ganan en Granada. Son propuestas de un tiempo que nunca termina de llegar y de un futuro que a muchos les suena a viejo. Seguiremos esperando una oportunidad. En esta ciudad en la que reina el coche algunos todavía soñamos con una Granada republicana.

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Columnista
Pablo Hervás

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