martes 19 marzo
Opinión  |   |

Egoísmo de clase

Señoras, señores, se celebraron las elecciones generales del 10-N y, con ellas, el baile de máscaras ha terminado. Ciudadanos, Partido Popular y el blanqueado Vox ya empiezan a barrer para casa, relegando al ostracismo a toda persona o colectivo cuya necesidad tenga que ser sufragada por quienes más tienen, imperando el peor y más despreciable “egoísmo de clase”. Veamos algunos ejemplos.

“Granada en clave de empleo” perseguía capacitar a casi dos mil personas en situación de riesgo de exclusión social a través de más de cien itinerarios profesionales diferentes. El casi extinto partido naranja va a dejar perder doce millones de euros recibidos de fondos europeos para tal fin. El deslenguado Olivares, que poco o nada ha aprendido de la debacle de su partido en Granada, nos quiere hacer el juego del trilero para confundir a la ciudadanía más de lo que él está este preciso momento. La realidad es una. Eso de cualificar profesionalmente a personas con dificultades de acceso al mercado laboral les fastidia, vaya que no se les pueda seguir explotando y que unos pocos se enriquezcan a costa del trabajo de muchos.

Adiós a doce millones sin temblarle el pulso, como tampoco le tiembla a Luis Salvador y Sebastián Pérez al subir las tarifas del cementerio de Granada. Es sorprendente querer imponernos una subida del seis por ciento. Sirva como recordatorio que es Emucesa la empresa concesionaria de explotar los servicios del Cementerio de San José. Llámeme mal pensando, pero el PP ya se encargó de lucrarse a costa de Emucesa, como ha reconocido la exconcejala del PP María Francés. Y un apunte más; los beneficios de la empresa concesionaria, a día de hoy, están por encima del millón de euros, con sueldos que, en algunos casos, superan los noventa mil euros.

Como no se conforman, van a barrer de un plumazo el primer protocolo de emergencia para mejorar la atención a los migrantes recién llegados (PECOL). ¡Qué cosas! Vaya que la información que reciban durante su primer mes en España les dé criterio para tomar decisiones de acuerdo a sus necesidades. Es a lo que nuestra sociedad debería aspirar y dejar como legado a generaciones venideras; una ciudad más justa, inclusiva y socialmente comprometida con unos principios éticos universales.

También han recortado en más de un sesenta por ciento las ayudas para colectivos sociales de nuestra ciudad, reduciendo de noventa mil a cuarenta mil euros esas ayudas a entidades sin ánimo de lucro. O lo que es lo mismo, limitando la puesta en marcha de proyectos de desarrollo social, el asesoramiento y orientación educativa y profesional o la implementación de medidas de inclusión social, por poner algunos ejemplos. Y se quedan tan panchos.

Suma y sigue. Se ha abierto el plazo para solicitar una bonificación en la tasa de la basura para quienes menos tienen. Posiblemente usted no se haya enterado de esta ayuda, ya que el partido moribundo que desgobierna esta ciudad prefiere callar y ahorrar sin complejo ni dilema moral alguno. Les ha tocado a los del PSOE hacer una campaña informativa por todos los barrios, además de incluirlo como punto a tratar en cada una de las ocho juntas municipales de distrito, tal y como ya hacía cuando gobernaban.

Y rematan reduciendo a la mínima expresión el servicio dado por las ludotecas de Chana, Ronda y Zaidín. Es un servicio imprescindible para estos barrios ya que, además de ser un espacio educativo y lúdico, también se convierte en un servicio necesario para que las familias puedan conciliar o dotarse de unas prestaciones que, en algunos casos, no se les puede ofrecer desde casa.

Podría acabar hablando del cierre del Pabellón Mulhacén, de la reducción del número de efectivos de la Policía Local dedicados a la violencia de género o de la disminución del número de actividades dirigidas a personas mayores en los centros cívicos, pero lo haré con una reflexión final para aquellos que difaman a la política con el mantra de que “todos son la misma cosa”. Es evidente que no. Unos trabajan para su élite, para conservar y ampliar sus privilegios, para seleccionar, para excluir y para expulsar. Otros están justo en todo lo contrario. Y no es cosa de hace un año o de un lustro, ya son ciento cuarenta años. Que los tiempos líquidos en los que vivimos no nos hagan perder el norte.

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Columnista
Jacobo Calvo

Secretario de Organización del PSOE de Granada capital y docente

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