El abrazo del oso
El PP ha quedado tocado y hundido en Cataluña. Y no solo el PP, también Ciudadanos. El sorpasso de VOX les ha dejado fuera de juego. Es lo que tiene blanquear a la ultraderecha. Han sabido ocupar los espacios que PP y Cs le han puesto en bandeja. Primera estación: Cataluña. No será la única.
Todo empezó en Andalucía cuando Juanma Moreno dio cabida a VOX en el gobierno autonómico, regalándole un “estando sin estar”. Era la estrategia del abrazo del oso. Pensó que así lo llevaría al terreno de la irrelevancia y acabaría cargándoselos políticamente. Nada más lejos de la realidad.
Hagamos el mismo análisis con el otro cómplice, Ciudadanos. La jugada no le ha podido salir peor. Dormir con su enemigo ha llevado a Arrimadas y a sus palmeros contra las tablas. Ni tan siquiera a la casilla de salida. El final de Ciudadanos será su propia extinción.
Blanquear a la ultraderecha está teniendo consecuencias nefastas para PP y CS, y las tendrá para la estabilidad política, económica y social de nuestro país. El abrazo del oso ha sido de VOX a Casado y a Arrimadas. Tontos útiles, dirían algunos. Y a estas alturas, ya nadie está ajeno a esta realidad. De puertas para afuera nos hacen creer que la culpa es de Yoko Ono o del chachachá. De puertas para adentro, lo tienen claro. Igual de claro que Cayetana Álvarez de Toledo o el propio Sebastián Pérez. La primera dijo ayer que la responsabilidad no es de Bárcenas ni de la abstención, la responsabilidad es de Casado. Igual de claro lo dejó Sebastián Pérez en Granada, hace un año, cuando declaró que no podía entender cómo se defiende a un partido que es la quinta fuerza en la ciudad (Ciudadanos), como tampoco entendía “por qué se vendió la ciudad de Granada”.
En clave local, ya se entiende el nerviosismo de Luis Salvador, César Díaz y de los aparatos del PP y Cs en Granada. El primero ya sabía lo que iba a pasar en Cataluña. Ni más ni menos que la antesala de lo que ocurrirá en Granada. Para Ciudadanos será aún peor, ya que la nefasta gestión de Salvador en la alcaldía le hará desaparecer del mapa político. Ahora se entienden tantas reuniones y fotografías con Bendodo, Carazo y con todo lo que huela a PP. Le falta presentar su pésimo currículum vitae en Infojobs para ver si en la calle Génova de Madrid, o donde vaya a parar ahora el PP, terminan de hacerle caso al alcalde chaquetero.
Mientras tanto, el partido de Trump y Bolsonaro en nuestro país, se frota las manos. Su jugada ha sido maestra. Primero le sacó partido a las redes sociales y ahora se lo ha sacado al Partido Popular y Ciudadanos. VOX pasa a ser el voto útil de las derechas. También en Granada. Los salvapatrias de Ciudadanos y Partido Popular han sido meras liebres que le han allanado el camino a los que defienden el veto parental en los centros educativos, a quienes justifican la violencia de género y a quienes proponen a Trump para el Premio Nobel de la Paz.
Ante este panorama, aún hay camino por andar. No está todo perdido. El PSOE está haciendo de muro de contención. 140 años de historia avalan una experiencia y un saber hacer. Luces largas, compromiso y unas fuertes convicciones a prueba de bombas, permiten tener un gobierno en España, lejos de excentricidades, que apuesta por no dejar a nadie atrás. Los golpes en el pecho los demuestra con responsabilidad, diálogo y una actitud propositiva. También en la oposición. El PSOE de Granada lo hace a diario en el Ayuntamiento de Granada: desbloquea unos presupuestos, propone medidas concretas para rescatar a la ciudad, ejerce el liderazgo y la interlocución con todos los colectivos de la ciudad…Y un sinfín de acciones que le ponen de parte de Granada y de los granadinos. Por esto Paco Cuenca es la referencia en Granada. Por esto Salvador Illa gana en Cataluña. Por esto a Pedro Sánchez no le ha pasado factura estar en el gobierno de España. La ciudadanía sabe valorar las actitudes y los estilos.
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